Cosillas que comentar esta semana.
Acabado
Septerra Core.
Y menos mal, porque ya empezaba a volverme loco incluso usando el truco de las muertes instantáneas en combate.
Hay varios momentos en los que el juego te hace adentrarte en una mazmorra que contiene una mazmorra que a su vez contiene una mazmorra... Y luego al derrotar al jefe te hacen CAMINAR todo el trayecto de vuelta. Creo que las ruinas del laboratorio de Jinam son el peor caso. En un momento de la historia, el reino de Jinam es destruido con un arma que básicamente hace que se desestabilice el centro gravitacional de su corteza terrestre, haciendo que empiece a ascender y, al final, acabe aplastado contra la corteza de la tercera capa. Llegado a cierto punto, descubres que necesitas un prototipo de arma que se estaba desarrollando en Jinam, y para ello tienes que ir a los laboratorios, que ahora se encuentran básicamente en el subsuelo de la tercera capa, como si fuesen un sandwich. Y para llegar a ellos tienes que meterte en la cripta del cementerio de la Ciudad del Viento, y bombardear unas cuantas paredes de tierra antes de poder abrir una ruta subterránea. En las catacumbas hay un puzzle de interruptores que van abriendo y cerrando caminos, justo antes de llegar a la zona del laboratorio, que es algo molesto porque te hace ir arriba y abajo mientras buscas la combinación de caminos correcta. Una vez lo superas, se abre el camino a los laboratorios subterráneos y ahí dentro hay como tres mazmorras más, conectadas por un solo punto central. Las tienes que hacer en un orden determinado porque una te da la llave para progresar en la siguiente, y al final obtienes el prototipo. Y ahora, para salir, tienes que recorrer todo el camino hacia atrás, incluyendo deshacer el puzzle de interruptores de las catacumbas. Un verdadero coñazo.
Con respecto a la parte final del juego, es todo como un cúmulo de decisiones cuestionables. Para empezar, el juego divide el grupo en tres equipos, algo como la Torre de Kefka en
Final Fantasy VI. Sin embargo, aquí el juego crea los grupos por tí. El primer grupo consta de Grubb, Runner y Badu. El segundo grupo es mejor, porque consta de Led, Araym y Lobo. El tercer grupo es Maya, Selina y Corgan. Estoy CONVENCIDO de que estos grupos fueron creados a posta por los desarrolladores para putear, porque el primer grupo consta de los tres peores personajes del juego, el segundo tiene a Led y a Lobo, que se atacan mutuamente si no has realizado su sidequest, y el tercero tiene el mismo problema con Selina y Corgan. No solo eso, sino que el tercer grupo es el que se enfrenta contra el jefe final. Así es, el juego no te deja elegir que personajes quieres llevar contra Doskias. Son Maya, Selina y Corgan, por huevos.
Mencionar también que el combate contra Doskias es extremadamente anticlimático. El tipo no tiene ninguna segunda fase ni nada parecido, es simplemente un tío con espada. No solo eso, sino que ni siquiera tiene su propio tema musical. De hecho, ningún jefe lo tiene. Todos ellos usan temas de combate genéricos. Habiendo dicho esto, los combates y el mapa mundi son los únicos momentos donde el juego tiene música para empezar. Y no sé si esto es bueno o malo, porque la música que está ahí es bastante rallante y repetitiva.
Por cierto, que el giro de personalidad de Diskias en la última escena del juego es... 10/10, Xehanort approved.
Me sabe mal hablar tan mal de este juego porque al final de los créditos sueltan que fue creado en memoria a varias personas, pero no puedo decir que haya sido divertido de jugar en absoluto.
Me ha gustado: El concepto del mundo en si. Las diferencias entre las siete capas.
No me ha gustado: Los combates son la auténtica definición del tedio. Ausencia de banda sonora alrededor de todo el juego, y música mediocre y repetitiva en los pocos momentos en los que hay. Tener que rehacer mazmorras que ya te has pasado, hacia atrás. Falta de dirección en muchos momentos que hace que des vueltas innecesarias buscando cosas y enfrentándote a más combates. Historia contada con un ritmo acelerado e inconsistente. Giros argumentales carentes de impacto debido a esto.
Habiéndome quitado eso de encima, he retomado la partida de algo mucho mejor. Al menos por ahora. Es hora de volver a
Divinity II: Ego Draconis.
Refrescando un poco la memoria, la protagonista es una recién titulada matadragones, cuyo trabajo consiste en lo que el nombre de su orden indica. Justo después de su "graduación" y superada la última parte de su entrenamiento, un dragón es avistado en un valle cercano, así que se dirige allí junto con su capitana. Sin embargo, diversas cosas las separan, y al llegar al punto de reunión se topa con una caballera del dragón moribunda. Los caballeros del dragón son los némesis de los matadragones, pero ésta, con el último aliento de vida, acaba metiendo su alma o algo así dentro del cuerpo de la protagonista, lo cual convierte a tu personaje en una caballera del dragón también a efectos prácticos.
Y nótese que hablo de la prota en género femenino porque yo siempre juego con personaje femenino. Puede ser un tío si queréis.
El caso es que la caballera del dragón empieza a hablar en tu mente y te dice que vayas a la torre que hay en el centro del valle para hablar con el mago que vive allí, y de esta conversación sale a la luz el obvio giro argumental de que los dragones no son los malos malísimos que los matadragones te hacen creer, sino que el conflicto parece haber sido originado por un tipo llamado Damián el Maldito, que enfrentó a ambas partes para mantenerlas ocupadas mientras él traza sus funestos planes.
Tengo un buen amigo que se llama Damián. Podéis apostar vuestros traseros a que voy a estar atormentándole con bromas sobre este juego mientras dure mi partida.
Sea como sea, he empezado a notar un pequeño problema y es que a mi parecer hay DEMASIADOS enemigos por el campo abierto. Y la inmensa mayoría de ellos tienen algún arma o hechizo a distancia, así que no es nada raro explorar un par de segundos y ser absolutamente bombardeado por flechas y escupitazos venenosos que vienen de tres direcciones a la vez. Como punto positivo, parece que los enemigos no respawnean una vez los matas. Es uno de esos juegos donde los enemigos son finitos. Al menos los que aparecen de forma natural, si luego hay algunos eventos que generan más enemigos ya es otra cosa.
Espero que el juego no tire demasiado por el lado de
Divine Divinity, donde el emplazamiento de los enemigos parecía casi como si alguien hubiese esparcido purpurina por el mapa.
Otras pequeñas cosillas... No, no jugué a
Digimon Story: Cyber Sleuth esta semana. Bueno, sí que jugué, pero muy poco y no tengo nada que decir sobre él. Por otra parte, he decidido abandonar definitivamente el
Animal Crossing: New Horizons. Me quita demasiado tiempo y no lo estoy disfrutando tanto como esperaba. Ayer fue el primer día desde su compra que no lo toqué, y por ahora no tengo intención de hacer que esto cambie. Quizá si meten una mega-expansión como la del
New Leaf lo vuelva a encender en el futuro, o quizá lo juegue una vez al més para pillar los insectos y peces que me permitan completar el museo, pero por lo demás ya le he dicho adiós al juego.
Ah si, y subí todas mis profesiones de crafteo al nivel 40 en
FFXIV. Hoy mismo empiezo la escalera hacia el nivel 50, que es el máximo del juego base. A partir de ahí, no tengo ni idea de que habrán hecho con estas clases en las expansiones. Será interesante.
Y eso fue esta semana.