03-06-2019 21:32
Cositas.
Acabado Ultima III: Exodus.
No he encontrado ninguna imagen del final del juego en la versión NES, que es a la que estaba jugando, pero realmente no hay gran cosa que ver. Ni siquiera pude ver a Exodus, el malo que le da nombre al juego. Esto es debido al giro final del juego, que es donde radica la parte sci-fi de esta entrega en concreto. Sí, en Ultima III no existen naves espaciales ni viajes a otros planetas como en los dos juegos anteriores. En lugar de eso, el malo final en realidad... es un programa informático. Efectivamente es el vástago de Mordain y Minax, porque ambos fueron quienes programaron su código.
Una vez tienes suficiente nivel y te has matado a grindear pasta, tu objetivo consiste en hacerte con una serie de objetos que están repartidos en diversas mazmorras o lugares concretos. Se necesita el glifo del fuego para poder atravesar la lava, un cuerno plateado para espantar a la serpiente gigante que protege el castillo de Exodus, y sobre todo las cuatro tarjetas que tienes que insertar en el altar (léase ordenador) para derrotar a Exodus.
El castillo de Exodus no es ni por asomo tan horrible como lo era el castillo de Minax en Ultima II. Aquí te asaltan los enemigos más difíciles del juego, pero tanto la clériga como el mago tienen un hechizo hacia el final de sus listas que mata a todo bicho viviente. Y aunque no siempre acierta, sigue siendo la mejor forma de pasar por este condenado lugar. Lo malo es que cuesta tantos MPs que solo podrán lanzarlo una vez por combate, y luego aún tienen que recuperarlos caminando. La idea aquí es usar el pathfinding de los enemigos fuera del combate para bloquearlos detrás de muros mientras tú caminas arriba y abajo recuperando tus MPs para el próximo combate. Es ruin, pero funciona.
El juego ni siquiera tiene un final propiamente dicho. Tras insertar las tarjetas que bloquean el programa de Exodus, tienes que escapar del castillo antes de que se derrumbe y... Te meten los créditos por la garganta. No esperaba nada espectacular, pero esto es pasarse un poco. XD
Me ha gustado: Ver como va evolucionando la saga. Cada vez se va notando más como el worldbuilding avanza, especialmente en comparación al primer juego, donde el 99% de las localizaciones eran inútiles. Aquí los objetivos te hacen visitar más lugares.
No me ha gustado: El grindeo es infinitamente más doloroso que en los dos juegos anteriores.
Después de eso, empecé con el Legend of Grimrock.
Para los que no lo conozcan, la trama va de que tú llevas a un grupo de cuatro prisioneros acusados de un crimen que no han cometido (como el Equipo A), y como condena os lanzan al pozo del monte Grimrock, una montaña siniestra e inhóspita en cuyo interior hay todo un complejo de túneles, criptas y mazmorras. Los prisioneros deben descender la mazmorra de la montaña y, si logran salir, ganan su libertad. Pero lo más probable es que mueran.
Siempre me he declarado fan de los dungeon crawlers, y de hecho el mes pasado me compré unos cuantos, pero éste era uno que siempre había tenido pendiente. Por ahora solo he bajado al tercer piso, e ignoro cuantos hay en la mazmorra, pero el juego es muy old school y me recuerda muchísimo a juegos de la onda del Eye of the Beholder y similares.
El juego te permite añadir tus propias imágenes para tus personajes, así que no dudé en aferrarme a la oportunidad de bastardizarlo creando un equipo de cuatro waifus doki doki kawaii desu.
Porque la enfermedad no es algo que se combate, sino que se abraza.
Esta semana fue más interesante en FFXIV.
Mientras descansaba un poco de tanto subir profesiones y me daba una vuelta por Gridania, descubrí que había un nuevo NPC Moguri que intercambia un tipo de objetos que no había visto antes por distintas cosas. Entre ellas está el silbato de Pegaso. El Pegaso es una montura que se obtiene realizando misiones en un contenido opcional llamado Diadem, pero éste contenido está muerto, así que a no ser que se te de bien sobornar a la gente es bastante complicado hacerse con el caballo de marras. Por supuesto, siendo el estúpido coleccionista de monturas y mascotas que soy, me interesé mucho por el hecho de que el silbato estuviese a la venta, así que decidí ver donde podía conseguir estos objetos para intercambiarlos por él.
Resulta que está llevándose a cabo un evento y yo ni me había enterado. Tengo hasta finales de Junio para conseguir mi Pegaso. Y para hacerlo hay que correr unas mazmorras en concreto. Entre ellas, las raids de la Torre de Cristal.
La Torre de Cristal son las tres raids de 24 personas que vienen con el juego base, y están basadas en Final Fantasy 3. Son un contenido del que era muy consciente de su existencia, pero que siempre me había dado algo de palo hacer porque no me gustan las multitudes (ni a mi PC tampoco, para que engañarnos). Pero por las noches sueño con un caballo sexy con alas, así que decidí dar el paso y hacer que mis sueños se hiciesen realidad.
Hace tanto tiempo que no hago contenido real en este juego que voy a darme el gustazo de explayarme.
Después de esta primera raid, dos personajes nuevos aparecen y te explican un poco el trasfondo del imperio de Allag, y como el emperador Xande logró conquistar toda la tierra conocida, hasta que llegó un momento en el que le vino un ramalazo nihilista y decidió que si él debía morir tarde o temprano, se llevaría todo su imperio con él. Así que hizo un pacto con una entidad del vacío e intentó liarla parda. Y lo hizo, pero no de la forma que tenía pensada. El cataclismo que desató destruyó su imperio y hundió la torre del emperador en las entrañas de la tierra... Hasta que miles de años más tarde otro cataclismo causado por Bahamut despertó a la torre y a todos sus habitantes.
Así que ahora nos toca meternos dentro y pararle los pies a Xande. La siguiente raid es la Torre de Syrcus. Ya os diré que tal fue.
Acabado Ultima III: Exodus.
No he encontrado ninguna imagen del final del juego en la versión NES, que es a la que estaba jugando, pero realmente no hay gran cosa que ver. Ni siquiera pude ver a Exodus, el malo que le da nombre al juego. Esto es debido al giro final del juego, que es donde radica la parte sci-fi de esta entrega en concreto. Sí, en Ultima III no existen naves espaciales ni viajes a otros planetas como en los dos juegos anteriores. En lugar de eso, el malo final en realidad... es un programa informático. Efectivamente es el vástago de Mordain y Minax, porque ambos fueron quienes programaron su código.
Una vez tienes suficiente nivel y te has matado a grindear pasta, tu objetivo consiste en hacerte con una serie de objetos que están repartidos en diversas mazmorras o lugares concretos. Se necesita el glifo del fuego para poder atravesar la lava, un cuerno plateado para espantar a la serpiente gigante que protege el castillo de Exodus, y sobre todo las cuatro tarjetas que tienes que insertar en el altar (léase ordenador) para derrotar a Exodus.
El castillo de Exodus no es ni por asomo tan horrible como lo era el castillo de Minax en Ultima II. Aquí te asaltan los enemigos más difíciles del juego, pero tanto la clériga como el mago tienen un hechizo hacia el final de sus listas que mata a todo bicho viviente. Y aunque no siempre acierta, sigue siendo la mejor forma de pasar por este condenado lugar. Lo malo es que cuesta tantos MPs que solo podrán lanzarlo una vez por combate, y luego aún tienen que recuperarlos caminando. La idea aquí es usar el pathfinding de los enemigos fuera del combate para bloquearlos detrás de muros mientras tú caminas arriba y abajo recuperando tus MPs para el próximo combate. Es ruin, pero funciona.
El juego ni siquiera tiene un final propiamente dicho. Tras insertar las tarjetas que bloquean el programa de Exodus, tienes que escapar del castillo antes de que se derrumbe y... Te meten los créditos por la garganta. No esperaba nada espectacular, pero esto es pasarse un poco. XD
Me ha gustado: Ver como va evolucionando la saga. Cada vez se va notando más como el worldbuilding avanza, especialmente en comparación al primer juego, donde el 99% de las localizaciones eran inútiles. Aquí los objetivos te hacen visitar más lugares.
No me ha gustado: El grindeo es infinitamente más doloroso que en los dos juegos anteriores.
Después de eso, empecé con el Legend of Grimrock.
Para los que no lo conozcan, la trama va de que tú llevas a un grupo de cuatro prisioneros acusados de un crimen que no han cometido (como el Equipo A), y como condena os lanzan al pozo del monte Grimrock, una montaña siniestra e inhóspita en cuyo interior hay todo un complejo de túneles, criptas y mazmorras. Los prisioneros deben descender la mazmorra de la montaña y, si logran salir, ganan su libertad. Pero lo más probable es que mueran.
Siempre me he declarado fan de los dungeon crawlers, y de hecho el mes pasado me compré unos cuantos, pero éste era uno que siempre había tenido pendiente. Por ahora solo he bajado al tercer piso, e ignoro cuantos hay en la mazmorra, pero el juego es muy old school y me recuerda muchísimo a juegos de la onda del Eye of the Beholder y similares.
El juego te permite añadir tus propias imágenes para tus personajes, así que no dudé en aferrarme a la oportunidad de bastardizarlo creando un equipo de cuatro waifus doki doki kawaii desu.
Porque la enfermedad no es algo que se combate, sino que se abraza.
Esta semana fue más interesante en FFXIV.
Mientras descansaba un poco de tanto subir profesiones y me daba una vuelta por Gridania, descubrí que había un nuevo NPC Moguri que intercambia un tipo de objetos que no había visto antes por distintas cosas. Entre ellas está el silbato de Pegaso. El Pegaso es una montura que se obtiene realizando misiones en un contenido opcional llamado Diadem, pero éste contenido está muerto, así que a no ser que se te de bien sobornar a la gente es bastante complicado hacerse con el caballo de marras. Por supuesto, siendo el estúpido coleccionista de monturas y mascotas que soy, me interesé mucho por el hecho de que el silbato estuviese a la venta, así que decidí ver donde podía conseguir estos objetos para intercambiarlos por él.
Resulta que está llevándose a cabo un evento y yo ni me había enterado. Tengo hasta finales de Junio para conseguir mi Pegaso. Y para hacerlo hay que correr unas mazmorras en concreto. Entre ellas, las raids de la Torre de Cristal.
La Torre de Cristal son las tres raids de 24 personas que vienen con el juego base, y están basadas en Final Fantasy 3. Son un contenido del que era muy consciente de su existencia, pero que siempre me había dado algo de palo hacer porque no me gustan las multitudes (ni a mi PC tampoco, para que engañarnos). Pero por las noches sueño con un caballo sexy con alas, así que decidí dar el paso y hacer que mis sueños se hiciesen realidad.
Hace tanto tiempo que no hago contenido real en este juego que voy a darme el gustazo de explayarme.
Spoiler: Laberinto de los Antiguos
La primera raid consiste en una sala central desde donde se accede a tres alas distintas, cada una con su jefe. Una vez derrotas a los tres jefes, aparece un agujero en el centro por el que te tienes que tirar para llegar al jefe final de la raid. Creo que se pueden derrotar a los jefes en cualquier orden, pero siempre he visto a la gente hacer el mismo: Izquierda, centro y derecha.
El ala derecha consiste en un puñado de piscinas de ácido que va subiendo y bajando, dejando pequeñas islitas seguras que a menudo son bombardeadas por los ataques en área de los enemigos. El mismo jefe del ala está en medio de una de estas piscinas.
Jefe 1: Dragón de Huesos
Tiene los ataques de aliento típicos de un dragón y muy pocos puntos de vida para ser un jefe, pero esto es debido a que en realidad hay que matarlo tres veces, porque las primeras dos resucita.
Pero su principal mecánica radica en tres esqueletos que salen a atacarte llegado cierto punto en combate. Si el dragón muere y los esqueletos siguen vivos, de pronto todos ellos se giran y corren hacia el dragón. Si llegan a él explotan creando un ataque masivo en área que daña a todo el mundo y hace bastante pupa. Si el dragón muere y los esqueletos estaban muertos, los esqueletos se levantan de nuevo y van hacia él con las mismas intenciones, pero caminando lentamente.
La idea aquí es que tienes que llevar a los esqueletos lo más lejos del dragón posible, matarlos, y entonces matar al dragón. Cuando los esqueletos se levantan de nuevo, tienes que matarlos antes de que lleguen al dragón y exploten. Si los has llevado lo suficientemente lejos tendrás suficiente tiempo para matarlos antes de que lleguen. Exploten o no, el dragón resucitará y hay que repetir el tema de nuevo.
Cada vez que resucita, la sala se va llenando con más ácido y hay menos sitio donde luchar. Durante su tercera y última fase invoca también unos enemigos voladores que empiezan a causar estragos por ahí, pero no vale la pena fijarse mucho en ellos, y además no invoca a los esqueletos durante su tercera fase, que es la única parte complicada del combate para empezar.
En el ala central la mazmorra obliga a la raid a dividirse en tres grupos. Cada uno tiene que luchar contra un Atomos (el bicho horrendo de Final Fantasy que tiene una boca que en realidad es un portal dimensional) sobre un puente, pero el Atomos está protegido por un campo de fuerza que tiene que desactivarse manteniendo un botón pulsado... en otro de los puentes. Es decir, que cada uno de los tres grupos tiene a su vez que dividirse en dos: Uno que mate al Atomos, y otro de al menos cuatro personas para activar el botón en el suelo que desactiva el campo de fuerza que protege al Atomos de otro grupo. Mientras tanto van apareciendo enemigos que un tanque tiene que guiar hacia los del botón para que los maten allí sin que los que le están dando pal pelo al Atomos tengan que molestarse con ellos (y así los del botón tienen algo que hacer). Una vez los tres Atomos han muerto, se pasa al siguiente jefe.
Jefe 2: Thanatos
La idea aquí es que Thanatos es invulnerable a todo el mundo menos a los que tienen un bufo especial. En los bordes de la sala hay unos NPCs que van lanzando este bufo a intervalos regulares, pero a lo largo del combate aparecen enemigos que van hacia los NPCs e intentan matarlos. Básicamente, hay un grupo de 8 personas que tiene el bufo puesto durante un minuto, antes de que éste pase a otro grupo de 8 personas. Esas personas tienen que concentrarse en Thanatos. El resto tienen que proteger a los NPCs y matar a los enemigos que aparezcan. No recuerdo nada más, creo que eso es todo.
El ala izquierda tiene un combate contra un Bom gigante protegido por tres demonios. Hay que separar a los demonios y matarlos antes de que el Bom crezca demasiado y explote, pero además se van creando otros Boms por el escenario que deben ser destruidos en el acto o de lo contrario explotan y te volatilizan. La idea aquí es que ciertos tipos de enemigos tienen prioridad frente a los otros, pero al final todos mueren relativamente rápido.
Jefe 3: King Behemoth
Este es el jefe más raro de la instancia. El bicho está sobre una plataforma con cuatro torres en los extremos, y todo el suelo está electrificado, causando daño constante, aunque es negligible. No obstante, con el tiempo las torres van acumulando energía e intensificando la electricidad. Antes de que estén cargadas del todo alguien tiene que acercarse a las terminales al pie de las torres para ir descargándolas de forma periódica.
Mientras tanto, el Rey Begimo ruge y hace caer piedras del cielo. Estas piedras quedan en la sala y son importantes para evitar el ataque final del jefe, en el cual el tipo pilla complejo de Sephiroth y hace caer un meteorito gigante en medio de la sala. Todos los jugadores tienen que protegerse detrás de estas piedras o de lo contrario mueren en el acto.
Durante todo el combate van apareciendo Boms y gigantes de hierro. Los boms van derechitos a las terminales de las torres para intentar destruirlas, pero explotarán sin dudarlo si encuentran una roca por el camino, privando a los jugadores de su protección. Los gigantes de hierro son más erráticos. Por lo general siguen las normas del agro y los tanques pueden mantenerlos controlados, pero hay veces que de pronto se les cruzan los cables y corren hacia una roca para empezar a golpearla con entusiasmo hasta que la rompen, lo cual no es bueno.
Tras derrotar a los tres jefes, se abre el pozo que lleva al jefe final.
Jefe final: Phlegethon
Para ser el jefe final, a mi me pareció más fácil que los otros tres.
El tipo es un gigantón con espada que tiene bastantes ataques en área, pero eso no es nada que no se haya visto en muchos otros jefes. Cada cierto tiempo invoca unos enemigos con forma de mano que agarran a un jugador y lo atrapan, dejándolo inútil y empezando a hacerle daño. Los otros jugadores tienen que matar a estas manos para liberar a sus compañeros.
Pero la mecánica principal del combate es un ataque llamado Ancient Flare. Cuando Phlegethon empieza a cargar este ataque, los jugadores tienen que correr hacia la parte exterior del círculo, donde hay tres botones que deben ser activados. Para activarlos, cuatro personas mínimo tienen que ponerse sobre ellos, igual que los de los combates contra los Atomos de antes. Esto hace que un campo de fuerza rodee el centro de la sala y Ancient Flare quede neutralizado. Si uno solo de estos botones tiene a menos de cuatro personas sobre él, Ancient Flare es wipe instantáneo.
El ala derecha consiste en un puñado de piscinas de ácido que va subiendo y bajando, dejando pequeñas islitas seguras que a menudo son bombardeadas por los ataques en área de los enemigos. El mismo jefe del ala está en medio de una de estas piscinas.
Jefe 1: Dragón de Huesos
Tiene los ataques de aliento típicos de un dragón y muy pocos puntos de vida para ser un jefe, pero esto es debido a que en realidad hay que matarlo tres veces, porque las primeras dos resucita.
Pero su principal mecánica radica en tres esqueletos que salen a atacarte llegado cierto punto en combate. Si el dragón muere y los esqueletos siguen vivos, de pronto todos ellos se giran y corren hacia el dragón. Si llegan a él explotan creando un ataque masivo en área que daña a todo el mundo y hace bastante pupa. Si el dragón muere y los esqueletos estaban muertos, los esqueletos se levantan de nuevo y van hacia él con las mismas intenciones, pero caminando lentamente.
La idea aquí es que tienes que llevar a los esqueletos lo más lejos del dragón posible, matarlos, y entonces matar al dragón. Cuando los esqueletos se levantan de nuevo, tienes que matarlos antes de que lleguen al dragón y exploten. Si los has llevado lo suficientemente lejos tendrás suficiente tiempo para matarlos antes de que lleguen. Exploten o no, el dragón resucitará y hay que repetir el tema de nuevo.
Cada vez que resucita, la sala se va llenando con más ácido y hay menos sitio donde luchar. Durante su tercera y última fase invoca también unos enemigos voladores que empiezan a causar estragos por ahí, pero no vale la pena fijarse mucho en ellos, y además no invoca a los esqueletos durante su tercera fase, que es la única parte complicada del combate para empezar.
En el ala central la mazmorra obliga a la raid a dividirse en tres grupos. Cada uno tiene que luchar contra un Atomos (el bicho horrendo de Final Fantasy que tiene una boca que en realidad es un portal dimensional) sobre un puente, pero el Atomos está protegido por un campo de fuerza que tiene que desactivarse manteniendo un botón pulsado... en otro de los puentes. Es decir, que cada uno de los tres grupos tiene a su vez que dividirse en dos: Uno que mate al Atomos, y otro de al menos cuatro personas para activar el botón en el suelo que desactiva el campo de fuerza que protege al Atomos de otro grupo. Mientras tanto van apareciendo enemigos que un tanque tiene que guiar hacia los del botón para que los maten allí sin que los que le están dando pal pelo al Atomos tengan que molestarse con ellos (y así los del botón tienen algo que hacer). Una vez los tres Atomos han muerto, se pasa al siguiente jefe.
Jefe 2: Thanatos
La idea aquí es que Thanatos es invulnerable a todo el mundo menos a los que tienen un bufo especial. En los bordes de la sala hay unos NPCs que van lanzando este bufo a intervalos regulares, pero a lo largo del combate aparecen enemigos que van hacia los NPCs e intentan matarlos. Básicamente, hay un grupo de 8 personas que tiene el bufo puesto durante un minuto, antes de que éste pase a otro grupo de 8 personas. Esas personas tienen que concentrarse en Thanatos. El resto tienen que proteger a los NPCs y matar a los enemigos que aparezcan. No recuerdo nada más, creo que eso es todo.
El ala izquierda tiene un combate contra un Bom gigante protegido por tres demonios. Hay que separar a los demonios y matarlos antes de que el Bom crezca demasiado y explote, pero además se van creando otros Boms por el escenario que deben ser destruidos en el acto o de lo contrario explotan y te volatilizan. La idea aquí es que ciertos tipos de enemigos tienen prioridad frente a los otros, pero al final todos mueren relativamente rápido.
Jefe 3: King Behemoth
Este es el jefe más raro de la instancia. El bicho está sobre una plataforma con cuatro torres en los extremos, y todo el suelo está electrificado, causando daño constante, aunque es negligible. No obstante, con el tiempo las torres van acumulando energía e intensificando la electricidad. Antes de que estén cargadas del todo alguien tiene que acercarse a las terminales al pie de las torres para ir descargándolas de forma periódica.
Mientras tanto, el Rey Begimo ruge y hace caer piedras del cielo. Estas piedras quedan en la sala y son importantes para evitar el ataque final del jefe, en el cual el tipo pilla complejo de Sephiroth y hace caer un meteorito gigante en medio de la sala. Todos los jugadores tienen que protegerse detrás de estas piedras o de lo contrario mueren en el acto.
Durante todo el combate van apareciendo Boms y gigantes de hierro. Los boms van derechitos a las terminales de las torres para intentar destruirlas, pero explotarán sin dudarlo si encuentran una roca por el camino, privando a los jugadores de su protección. Los gigantes de hierro son más erráticos. Por lo general siguen las normas del agro y los tanques pueden mantenerlos controlados, pero hay veces que de pronto se les cruzan los cables y corren hacia una roca para empezar a golpearla con entusiasmo hasta que la rompen, lo cual no es bueno.
Tras derrotar a los tres jefes, se abre el pozo que lleva al jefe final.
Jefe final: Phlegethon
Para ser el jefe final, a mi me pareció más fácil que los otros tres.
El tipo es un gigantón con espada que tiene bastantes ataques en área, pero eso no es nada que no se haya visto en muchos otros jefes. Cada cierto tiempo invoca unos enemigos con forma de mano que agarran a un jugador y lo atrapan, dejándolo inútil y empezando a hacerle daño. Los otros jugadores tienen que matar a estas manos para liberar a sus compañeros.
Pero la mecánica principal del combate es un ataque llamado Ancient Flare. Cuando Phlegethon empieza a cargar este ataque, los jugadores tienen que correr hacia la parte exterior del círculo, donde hay tres botones que deben ser activados. Para activarlos, cuatro personas mínimo tienen que ponerse sobre ellos, igual que los de los combates contra los Atomos de antes. Esto hace que un campo de fuerza rodee el centro de la sala y Ancient Flare quede neutralizado. Si uno solo de estos botones tiene a menos de cuatro personas sobre él, Ancient Flare es wipe instantáneo.
Después de esta primera raid, dos personajes nuevos aparecen y te explican un poco el trasfondo del imperio de Allag, y como el emperador Xande logró conquistar toda la tierra conocida, hasta que llegó un momento en el que le vino un ramalazo nihilista y decidió que si él debía morir tarde o temprano, se llevaría todo su imperio con él. Así que hizo un pacto con una entidad del vacío e intentó liarla parda. Y lo hizo, pero no de la forma que tenía pensada. El cataclismo que desató destruyó su imperio y hundió la torre del emperador en las entrañas de la tierra... Hasta que miles de años más tarde otro cataclismo causado por Bahamut despertó a la torre y a todos sus habitantes.
Así que ahora nos toca meternos dentro y pararle los pies a Xande. La siguiente raid es la Torre de Syrcus. Ya os diré que tal fue.