16-09-2018 17:23
Acabo de pasarme el capítulo 4 de Disgaea 5.
Para desbloquear las diferentes clases tienes que subir la maestría de ciertas clases determinadas, lo cual me está llevando a ciclar personajes metiéndolos y sacándolos del grupo con la intención de que todos acaben subiendo de nivel. Esto ha provocado que los enemigos del modo historia estén subiendo de nivel más rápido que yo, así que he tenido que echar mano a rejugar ciertos niveles y a meterme un par de veces en el Item World para hacer un grindeo ligero.
Para los que no hayan jugado nunca a un Disgaea, el Item World es un modo de juego opcional en el que tú pillas un objeto que tengas en el inventario (sea de curación, de equipo, o de lo que sea), y me "introduces" en él como si fuese un viaje cuántico a nivel molecular. Lo que realmente es es básicamente una serie de niveles seguidos generados de forma aleatoria. Cada diez niveles te dan la oportunidad de salir del Item World o de seguir indagando más profundo, y a medida que vas bajando, el nivel de ese objeto sube, de forma que aumentan sus estatus (cura más, obtienes mejores stats cuando lo equipas, etc...).
Hay un montón de pequeñas mecánicas en el item World. Por ejemplo, están los "Inocentes", que son peña que habita dentro del objeto y aumenta sus stats. Por ejemplo, puedes obtener una espada que tiene un Gladiador (+4 de ataque) y un Estratega (bonificación a experiencia obtenida) viviendo dentro. Si te introduces en ella y vas bajando por los niveles al final es posible que te encuentres con estos dos habitantes en distintos pisos del Item World. Actúan como enemigos normales, pero si los derrotas sus bonificaciones se duplican. Luego también puedes trasladar personajes de un objeto a otro, para que ese Gladiador que te salió en un chicle que cura HP no sea el equivalente de un 0 a la izquierda.
Sea como sea, me lo estoy pasando bien con el juego a pesar de que no soy especialmente fan de los SRPGs.
Baldur's Gate 2, no sé si lo mencioné antes, pero he llegado al capítulo 3.
Todavía estoy en Athkatla (cada vez que escribo el nombre de la ciudad tengo que mirar en Google para asegurarme de que lo he escrito bien). Los tipos del gremio de ladrones me hicieron apoquinar pasta para ayudarme a rescatar a Imoen, pero una vez pagado resulta que tengo que enfrentarme contra el gremio rival para que puedan hacer nada. Y el gremio rival son vampiros. Genial.
También existía la opción de unirte a los vampiros en su lugar. Mucho más barato al no tener que pagar el pastizal que los ladrones te piden. Por un momento pensé en que quizá pudiera ser interesante ver el tema desde el punto de vista de las sanguijuelas... Pero entonces recordé que esto es D&D. Dudo mucho que tengan más motivaciones que ser unos puñeteros monstruos que siguen el sistema de alineamiento y probablemente te acaben apuñalando por la espalda al llegar al final.
Ahora mismo estoy explorando las criptas del cementerio de la ciudad para poner fin a la guerra entre gremios.
Finalizado FFXIV: Heavensward.
Convenientemente, la última mazmorra resulta ser la muralla que separa uno de los territorios del juego base de las zonas de Stormblood. La historia se calmó un poco emocionalmente desde la muerte de Nishogg, y la trama de los guerreros de la oscuridad la verdad es que me ha resultado algo decepcionante y desaprovechada, pero sirve para escalar la situación de forma que cierto antagonista que te la mete doblada al final del juego base vuelve a liarla parda justo al final de Heavensward. También hay como un guiño enorme a Final Fantasy 5 debido al primordial que aparece y a la forma que la alianza decide plantarle cara.
Sea como sea, el futuro ya es cosa de Stormblood, y voy a dedicarme más bien a decir lo que pienso de Heavensward, que es lo que toca.
En mi opinión, Heavensward es una mejora sustancial frente al juego base. Las zonas estéticamente me parecieron algo sosas, exceptuando Azys Lla, que me recordaba al continente flotante del FF6 (y quizá sea una referencia, porque es donde está la tríada y todo), pero a la vez son más grandes y abiertas, y la posibilidad de volar hace que viajar en ellas sea mucho menos tedioso.
Los jefes también han pegado un subidón, con el combate final contra Nidhogg comiéndose cualquier cosa de la historia del juego base. El combate contra Thordan y los caballeros de la mesa redonda también es bastante más épico que el del Arma Ultima, a pesar de que sigo prefiriendo el tema musical de ésta (si bien el de Thordan tampoco se queda muy atrás).
Pero el lugar donde realmente creo que Heavensward sube el listón hasta puntos inesperados es en la historia y la trama. La historia del juego base era pasable (mejorando hacia el final) pero no tenía mucha fuerza ni apego emocional hasta los últimos momentos cuando sucede todo el tema de la sultana. Heavensward recoge el relevo y lo mantiene. Hubieron un par de momentos en la historia en la que incluso se me cayó una lagrimilla.
Como punto negativo de la trama, encuentro algo decepcionante que los caballeros de la mesa redonda no tuviesen una presencia más activa. Son doce, pero solo interactúas directamente con tres o cuatro de ellos. La Heavens' Ward no se presenta como un grupo de doce personajes individuales sino una entidad conjunta que sirve al rey de forma fanática. No hay mucho detrás de ninguno de sus miembros.
La música sigue siendo excelente, aunque la verdad es que más de la mitad de los temas de Heavensward son leitmotivs de cuatro o cinco temas distintos (en ocasiones mezclados en forma de medley). Excepciones a esto son los temas musicales de los nuevos primordiales. Todos ellos tienen temas que te caes de espaldas, especialmente Sophia, Ravana y Sephiroth. Y luego están los temas de la raid de Alejandro, que ya son un despitote. 'Rise' en concreto es una canción que perfectamente podría definir como un accidente ferroviario, y que sin embargo se ha convertido en uno de mis temas preferidos del juego debido a su hilaridad.
Espero que Stormblood mantenga el estatus quo de Heavensward, porque si es así voy a disfrutar de lo lindo con ella.
Me ha gustado: Los jefes, la OST. Realmente, el la expansión mantiene todo lo bueno del juego base y mejora ciertos aspectos de forma sustancial, especialmente en lo que se refiere a la historia.
No me ha gustado: El questing sigue siendo el punto débil de FFXIV. Heavensward no arregla este problema. Si bien la historia hace que seguir los quests de ir a hablar con NPCs de arriba a abajo sea ligeramente más interesante, sigue siendo un tostón.
Para desbloquear las diferentes clases tienes que subir la maestría de ciertas clases determinadas, lo cual me está llevando a ciclar personajes metiéndolos y sacándolos del grupo con la intención de que todos acaben subiendo de nivel. Esto ha provocado que los enemigos del modo historia estén subiendo de nivel más rápido que yo, así que he tenido que echar mano a rejugar ciertos niveles y a meterme un par de veces en el Item World para hacer un grindeo ligero.
Para los que no hayan jugado nunca a un Disgaea, el Item World es un modo de juego opcional en el que tú pillas un objeto que tengas en el inventario (sea de curación, de equipo, o de lo que sea), y me "introduces" en él como si fuese un viaje cuántico a nivel molecular. Lo que realmente es es básicamente una serie de niveles seguidos generados de forma aleatoria. Cada diez niveles te dan la oportunidad de salir del Item World o de seguir indagando más profundo, y a medida que vas bajando, el nivel de ese objeto sube, de forma que aumentan sus estatus (cura más, obtienes mejores stats cuando lo equipas, etc...).
Hay un montón de pequeñas mecánicas en el item World. Por ejemplo, están los "Inocentes", que son peña que habita dentro del objeto y aumenta sus stats. Por ejemplo, puedes obtener una espada que tiene un Gladiador (+4 de ataque) y un Estratega (bonificación a experiencia obtenida) viviendo dentro. Si te introduces en ella y vas bajando por los niveles al final es posible que te encuentres con estos dos habitantes en distintos pisos del Item World. Actúan como enemigos normales, pero si los derrotas sus bonificaciones se duplican. Luego también puedes trasladar personajes de un objeto a otro, para que ese Gladiador que te salió en un chicle que cura HP no sea el equivalente de un 0 a la izquierda.
Sea como sea, me lo estoy pasando bien con el juego a pesar de que no soy especialmente fan de los SRPGs.
Baldur's Gate 2, no sé si lo mencioné antes, pero he llegado al capítulo 3.
Todavía estoy en Athkatla (cada vez que escribo el nombre de la ciudad tengo que mirar en Google para asegurarme de que lo he escrito bien). Los tipos del gremio de ladrones me hicieron apoquinar pasta para ayudarme a rescatar a Imoen, pero una vez pagado resulta que tengo que enfrentarme contra el gremio rival para que puedan hacer nada. Y el gremio rival son vampiros. Genial.
También existía la opción de unirte a los vampiros en su lugar. Mucho más barato al no tener que pagar el pastizal que los ladrones te piden. Por un momento pensé en que quizá pudiera ser interesante ver el tema desde el punto de vista de las sanguijuelas... Pero entonces recordé que esto es D&D. Dudo mucho que tengan más motivaciones que ser unos puñeteros monstruos que siguen el sistema de alineamiento y probablemente te acaben apuñalando por la espalda al llegar al final.
Ahora mismo estoy explorando las criptas del cementerio de la ciudad para poner fin a la guerra entre gremios.
Finalizado FFXIV: Heavensward.
Convenientemente, la última mazmorra resulta ser la muralla que separa uno de los territorios del juego base de las zonas de Stormblood. La historia se calmó un poco emocionalmente desde la muerte de Nishogg, y la trama de los guerreros de la oscuridad la verdad es que me ha resultado algo decepcionante y desaprovechada, pero sirve para escalar la situación de forma que cierto antagonista que te la mete doblada al final del juego base vuelve a liarla parda justo al final de Heavensward. También hay como un guiño enorme a Final Fantasy 5 debido al primordial que aparece y a la forma que la alianza decide plantarle cara.
Sea como sea, el futuro ya es cosa de Stormblood, y voy a dedicarme más bien a decir lo que pienso de Heavensward, que es lo que toca.
En mi opinión, Heavensward es una mejora sustancial frente al juego base. Las zonas estéticamente me parecieron algo sosas, exceptuando Azys Lla, que me recordaba al continente flotante del FF6 (y quizá sea una referencia, porque es donde está la tríada y todo), pero a la vez son más grandes y abiertas, y la posibilidad de volar hace que viajar en ellas sea mucho menos tedioso.
Los jefes también han pegado un subidón, con el combate final contra Nidhogg comiéndose cualquier cosa de la historia del juego base. El combate contra Thordan y los caballeros de la mesa redonda también es bastante más épico que el del Arma Ultima, a pesar de que sigo prefiriendo el tema musical de ésta (si bien el de Thordan tampoco se queda muy atrás).
Pero el lugar donde realmente creo que Heavensward sube el listón hasta puntos inesperados es en la historia y la trama. La historia del juego base era pasable (mejorando hacia el final) pero no tenía mucha fuerza ni apego emocional hasta los últimos momentos cuando sucede todo el tema de la sultana. Heavensward recoge el relevo y lo mantiene. Hubieron un par de momentos en la historia en la que incluso se me cayó una lagrimilla.
Como punto negativo de la trama, encuentro algo decepcionante que los caballeros de la mesa redonda no tuviesen una presencia más activa. Son doce, pero solo interactúas directamente con tres o cuatro de ellos. La Heavens' Ward no se presenta como un grupo de doce personajes individuales sino una entidad conjunta que sirve al rey de forma fanática. No hay mucho detrás de ninguno de sus miembros.
La música sigue siendo excelente, aunque la verdad es que más de la mitad de los temas de Heavensward son leitmotivs de cuatro o cinco temas distintos (en ocasiones mezclados en forma de medley). Excepciones a esto son los temas musicales de los nuevos primordiales. Todos ellos tienen temas que te caes de espaldas, especialmente Sophia, Ravana y Sephiroth. Y luego están los temas de la raid de Alejandro, que ya son un despitote. 'Rise' en concreto es una canción que perfectamente podría definir como un accidente ferroviario, y que sin embargo se ha convertido en uno de mis temas preferidos del juego debido a su hilaridad.
Espero que Stormblood mantenga el estatus quo de Heavensward, porque si es así voy a disfrutar de lo lindo con ella.
Me ha gustado: Los jefes, la OST. Realmente, el la expansión mantiene todo lo bueno del juego base y mejora ciertos aspectos de forma sustancial, especialmente en lo que se refiere a la historia.
No me ha gustado: El questing sigue siendo el punto débil de FFXIV. Heavensward no arregla este problema. Si bien la historia hace que seguir los quests de ir a hablar con NPCs de arriba a abajo sea ligeramente más interesante, sigue siendo un tostón.