Resumen semanal.
Seguí algo con el
Dragon Quest IX.
La estructura de la trama del juego es sencilla: Vas de pueblo en pueblo, y en cada región parece haber un problema o entuerto que tienes que resolver para que te den el siguiente fruto de Yggdrasill. Estas tramas no parecen tener mucho que ver entre si salvo que todas están originadas por la presencia del fruto, normalmente en manos de alguien con intenciones cuestionables, que acaba comiéndoselo y aumentando su poder.
En este sentido es una estructura muy retro. Uno de mis JRPGs preferidos,
Breath of Fire II también seguía esta estructura de "viaja de pueblo en pueblo resolviendo problemas diferentes". No me disgusta. Lo que ocurre es lo mismo que me pasa con todos los
Dragon Quest de DS: Siento que estoy jugando siempre al mismo juego. Quizá sea el reciclado bestia de arte (no necesariamente modelos, al fin y al cabo este juego es más 3D que los anteriores), pero después de haber jugado a los remakes que anteriormente salieron para la consola siento que ya he jugado a este juego. Aunque en realidad no lo he hecho.
Sea como sea, me pasé la parte de la estepa, donde una bestia está aterrorizando a una tribu, aunque las apariencias no son lo que parecen. Ahora me he introducido en una especie de universidad haciéndome pasar por detective.
Shadowbringers va avanzando poco a poco. MUY poco a poco.
De hecho, he hecho tan poca cosa que mejor me pongo a hablar un poco sobre la trama de la expansión por ahora.
Final Fantasy XIV tiene una trama de fondo que va sobre el pulso que mantienen Hydaelyn, la personificación de la luz, y Zodiark, la personificación de la oscuridad. El jugador encarna algo así como al campeón de Hydaelyn, conocido como "El Guerrero de la Luz", que recibió la bendición de esta y se enfrenta contra los planes de los Ascianos, los sirvientes de Zodiark. Los Ascianos son una especie de culto de pseudo-inmortales que constantemente meten sus narices donde no les llaman, y aunque rara vez se convierten en los antagonistas principales de la trama, muchas veces están detrás del antagonista principal de turno.
La trama de Shadowbringers toca de lleno en la cosmología de Final
Fantasy XIV. Existen al menos otros 13 mundos, universos paralelos, además del nuestro, conocido como "La Fuente". En todos ellos existe el pulso entre Hydaelyn y Zodiark. Y en uno de ellos, conocido como "El Primer Mundo", los guerreros de la luz de Hyadelyn hicieron tan bien su trabajo que las fuerzas de Zodiark fueron completamente aniquiladas. Hydaelyn ganó.
Y esto la lió parda.
La luz empezó a consumir el éter del mundo de tal forma que una imparable inundación de luz empezó a cubrir todo el planeta, destruyéndolo todo a su paso. El imparable manto de luz avanzó hasta que finalmente el sacrificio de los antiguos guerreros de la luz de Hydaelyn (ahora habiendo tomado el nombre de "Guerreros de la Oscuridad") logró detenerlo, justo antes de que acabase devorando el último continente que continuaba con con vida: Norvrandt, el equivalente a Eorzea en nuestro mundo. Norvrandt existe ahora rodeado del manto de luz, como si éste fuese un glaciar que amenaza con acabar de cubrirlo de un momento a otro. El resto del mundo ha sido destruido.
Pero los problemas no acaban ahí. Tras detener la inundación de luz unas criaturas empezaron a surgir de las tierras destruidas. Los "Sin Eaters" (Devoradores de Pecados) son criaturas hechas básicamente de luz. Algunos de ellos toman la apariencia de ángeles o leones alados. Otros parecen criaturas sacadas de
Silent Hill. Todos ellos están constantemente hambrientos y acosan a los habitantes de Norvrandt para devorar su éter vital. Aún peor, morir a manos de un Sin Eater hace que el éter de luz inunde tu cuerpo y te convierta a ti mismo en otro Sin Eater.
Durante los últimos parches de Stormblood, la expansión anterior, los compañeros del jugador (un grupo conocido como "Los Vástagos del Séptimo Amanecer"), fueron cayendo en coma uno a uno, aparentemente atacados por una voz que estaba buscando a algo o alguien. Llegado a un punto, logras dar con el origen de la voz: Un individuo conocido como "El Exarca de Cristal", quien te informa que, en realidad, te estaba buscando a ti. El Exarca vive en el primer mundo, y desea que acudas a él para ayudarles a combatir las fuerzas de la luz. Debido a que el resto de tus compañeros no han caído en coma, sino que fueron transportados contra su voluntad al Primer Mundo, no te quedan muchas opciones: Debes acudir al primer mundo y convertirte en el siguiente Guerrero de la Oscuridad.
Y ése es el concepto de
Shadowbringers así a grandes rasgos. Cuando finalmente logras llegar hasta El Primer Mundo, el Exarca te informa mejor de la situación, y te dice que el resto de tus compañeros llevan ya allí desde hace tiempo (porque el tiempo pasa de forma más rápida en el Primer Mundo). Desde el principio el tipo había intentado llevarlos de vuelta a casa, puesto que traerlos fue un error ya que solo te quería traer a ti, pero al final todos ellos decidieron echarle una mano al ver la gravedad de la situación. Lo primero que te mandan hacer es reunirte con Alphinaud o Alisaie, los gemelos élficos. El primero está en Kholusia (el equivalente a La Noscea en Eorzea), y la segunda está en Amh Araeng (el equivalente a Thanalan). Al que no visitas primero lo vas a visitar después, así que no importa tu elección realmente. Fui a por Alphinaud, no por nada en particular sino porque la misión estaba encima en la lista. XD
Se escuchan rumores por ahí de que la trama de esta expansión es la mejor que el juego ha tenido hasta el momento. La verdad es que tengo ganas de avanzar, pero falta de tiempo me impide ir tan rápido como lo hice con las otras expansiones.