02-05-2023 15:44
Tenemos resumen sabroso.
Siguiendo con Shining Force 2...
Hay algo en este juego que se me hace hilarante. Por lo general se mantiene bastante genérico en lo que a un RPG de la época se refiere, pero de golpe y porrazo a veces te suelta joyas que no sé si son a posta o se deben a una traducción cuestionable. También está este momento en el que el malo secuestra a la princesa y ambos empiezan a flotar, y entonces el mago y el consejero real agarran al prota y empiezan a bambolearlo hasta lanzarlo por los aires contra el malo. No sé por que, pero la idea de ver a dos ancianos haciendo eso me hace mucha gracia.
Ya he tenido mi primer muro de dificultad del juego con el combate contra el Kraken. Este combate sucede en un grupo de balsas flotantes conectadas por puentes de madera. El Kraken en sí está compuesto por un cuerpo principal y unos 10 tentáculos (es un calamar, no un pulpo). Dos de esos tentáculos son especiales y tienen ataques a distancia, y todos ellos se mueven como si fuesen enemigos separados.
El problema con este combate es que los tentáculos se mueven por el agua, y el 90% de tus personajes no. Tienes que poner a uno de ellos en el borde de la balsa y esperar a que algún tentáculo venga a jugar, pero claro, solo un tile de suelo está realmente en contacto con él, lo que significa que solo uno de tus personajes cuerpo a cuerpo podrá atacarlo (la excepción son los dos personajes voladores que tienes, uno de los cuales es bastante mediocre, pero bueno). En cuanto a los personajes con ataques a distancia (los dos o tres que tienes), podrán atacar también, pero el nivel es estrecho y es muy fácil que tus personajes estén ahí apelotonados entorpeciéndose los unos a los otros, y si los separas demasiado corres el riesgo de que los otros tentáculos vayan a por ellos sin el apoyo de tus demás unidades.
Los tentáculos golpean como bulldozers para esta etapa del juego, especialmente los dos que tienen ataque a distancia. Estos dos tentáculos son el verdadero problema, porque dependiendo de como pueden colocarse de forma que no estén tocando el suelo. Tienen más vida de lo normal también, lo que hace todavía más problemático quitártelos de encima, y el daño que hacen es absolutamente obsceno. Aún peor, si tardas demasiado en cargártelos el cuerpo central del Kraken acaba uniéndose al combate, y también tiene un ataque de burbujas a distancia.
Una vez pasada esa parte el juego se relaja un poco más. Hay un combate en el que luchas contra un guardián en unas ruinas que me ha parecido un truñete, sin embargo. El combate en sí no es nada especial hasta que llegas al jefe: Solo el héroe puede hacerle daño. Esto alarga el combate de forma algo artificial.
Más allá de eso, otro combate jodidillo es el del estanque de las arpías. Es curioso, porque a diferencia de los otros dos este no es un combate contra un jefe, se trata simplemente de una escena tonta en la que entras en el territorio de unas arpías intentando rescatar a un elfo que se ha caído al agua, y éstas te atacan. El problema aquí es una combinación de enemigos y terreno: El nivel es muy pequeño y está lleno de cuellos de botella. En condiciones normales esto no tiene por que ser un problema, pero este nivel introduce a las arpías, que son enemigos voladores que golpean exageradamente fuerte para las pintas que tienen. Como el nivel es tan claustrofóbico, al poco de empezar ya las tienes a todas encima, y es difícil posicionarte de forma que protejas a tus unidades débiles. Añade a esto que además de las waifus aladas tienes a grupos de magos que lanzan ataques de área muy efectivos contra tus unidades que están todas apretujadas ahí. Es un nivel que al principio parece uno más, completamente inocente, pero que es engañosamente difícil de superar sin sacrificar a nadie.
Y sí, ya sé, en este juego la muerte no es permanente... Pero a algunos nos gusta evitarla igualmente.
Como un ninja que sale de la nada, ataca y se va... Tenemos a Alisia Dragoon.
Alisia Dragoon es un juego de la Genesis en el que controlamos a Alisia, una princesa guerrera con poderes mágicos y unos familiares que la acompañan. En esos familiares radica la gracia del juego; hay cuatro de ellos, y todos tienen su propio medio de ataque y su barra de vida, que va aumentando a medida que recoges objetos para subirlos de nivel. Como contrapartida, si uno de ellos muere no puedes volver a invocarlo hasta que recoges el objeto que te permite resucitarlo. Puedes alternar entre familiares en cualquier momento, lo cual viene bien para salvar a uno si ves que está a punto de morir.
Los cuatro familiares son el dragón, que dispara bolas de fuego; el lagarto bumarán, que dispara cuchillas voladoras que hacen menos daño pero son más frecuentes que las bolas de fuego del otro; el pájaro del trueno, cuyo ataque tarda bastante en cargarse, pero cuando lo suelta hace daño a todos los enemigos en pantalla; y una especie de fuego fátuo que hace daño tocando a los enemigos y es el familiar más difícil de matar.
Alisia, por su parte, tiene un ataque de rayo que apunta directamente a los enemigos cuando lo usas, pero consume barra de carga. La barra se va regenerando mientras no atacas, y si la dejas cargar al máximo sueltas un ataque circular con el rayo al activarlo que hace bastante daño a todo tu alrededor.
Siendo completamente sincero, no me ha gustado demasiado este juego. Los enemigos son constantes, aparecen en masa y la dificultad radica más bien en el hecho de que el juego te los vomita encima, en vez de tener que ver con su posicionamiento o el diseño de los niveles. En este sentido me recuerdan a los Super Star Wars de SNES, excepto que en esos juegos Luke y los demás eran personajes bastante ágiles. Alisia no lo es; controlarla se siente algo tosco y ortopédico. No es el peor caso que he visto, ni mucho menos, de hecho en condiciones normales diría que el juego no se controla mal dentro de lo que cabe, pero al combinar esto con los enemigos infinitos que vienen de todas partes al final el juego se acaba haciendo más incordio que otra cosa.
Los jefes también tienen su inri. No existe ningún tipo de feedback acerca de si estás haciéndole daño al enemigo o no, tú simplemente mantienes pulsado el botón del rayo y lo recargas en momentos estratégicos. Al principio pensaba que estaba haciendo algo mal, porque algunos de estos jefes duran más de lo que me daba la impresión que deberían, pero no, es así, el juego simplemente no te indica que le estás haciendo daño.
El juego NO es fácil. Los jefes en concreto pueden ser un auténtico dolor de muelas, especialmente del nivel 5 en adelante (irónicamente, encontré al jefe final más fácil que algunos de los que venían antes). El jefe del nivel 6 no es tan difícil como otros, pero tiene este efecto en el fondo de la pantalla de una turbina que va girando a gran velocidad que la verdad es que molesta algo a los sentidos. El jefe del nivel 7, por otra parte, puede irse a tomar viento.
En definitiva, no me lo he pasado muy bien. No es el estilo de juego de plataformas del que disfruto.
Me ha gustado: El juego intenta separarse de sus congéneres mediante mecánicas como el sistema de ataque y los familiares de Alisia.
No me ha gustado: Vómito de enemigos incesante combinado con controles algo toscos.
Siguiendo con el remaster de Demon's Souls. Ya casi por el final (de hecho me falta solo un nivel para acabarlo).
El juego está compuesto por cinco "mundos", por así decirlo. El Palacio de Boletaria, las Tierras de la Forja, la Torre de Latria, el Santuario de las Tormentas y el Valle de la Deshonra. Cada uno de ellos tiene tres niveles, aunque el último suele ser un simple combate contra el jefe final del mundo, con quizá un pasillo antes de llegar a él y poca cosa más. La única excepción es el Palacio de Boletaria, que tiene cuatro niveles en vez de 3.
El primer nivel al que llega el jugador es siempre el de las Puertas del Palacio. Una vez lo supera el resto de mundos se abren y uno puede explorarlos en el orden que quiera. Esto está bien porque, de hecho, el jefe final del primer mundo es en realidad el que está pensado para ser el jefe final del juego en general. El Palacio de Boletaria tiene también un aumento de dificultad bastante bruto entre su segundo y su tercer nivel, y el juego espera que te hayas pasado al menos el primer nivel de los otros cuatro mundos antes de intentarlo (aunque no tienes por que si no quieres; yo no lo hice).
El segundo mundo, las Tierras de la Forja es en general el más fácil... Con una notable excepción: El jefe del segundo nivel es uno de los más difíciles del juego. Más allá de eso, si logras pasar por ese sobresalto, superar este mundo es relativamente simple, y de hecho fue el que me pasé de cabo a rabo tan pronto como se me abrió, antes de poner un pie en los otros tres.
El tercer mundo, la Torre de Latria, es posiblemente mi favorito estéticamente hablando. El primer nivel es una prisión, y es confuso de la hostia. El principal problema aquí son los carceleros Azotamentes, que disparan un proyectil verde que si te da te paraliza y luego aprovechan para agarrarte y ensartarte con un tentáculo. A niveles bajos esto te mata de un golpe, por lo que estos bichos dan bastante miedo la primera vez que pasas por aquí. El segundo nivel sucede sobre unas pasarelas elevadas, y el principal enemigo aquí es la gravedad. El jefe final del segundo nivel de la Torre de Latria es también uno de los más difíciles del juego, siendo dos gárgolas que te atacan sobre un puente (del que, por supuestísimo, puedes caerte). El jefe final del mundo es especial: Esta especie de clon del Rey de Amarillo teóricamente invoca a un jugador para que luche contra ti, y ya está, ese es el jefe: Un combate PVP. Sin embargo, si no tienes el PS Premium (como yo), entonces el tipo invoca a un NPC genérico para que luche contra ti, y es bastante fácil.
El cuarto mundo, el Santuario de las Tormentas, tiene como su principal bloqueo el nivel 2, pero no el jefe en sí como pasaba con los dos anteriores (de hecho ninguno de los jefes de este mundo es lo que yo llamaría difícil, al menos no desde un punto de vista Souls-like), sino el mismo nivel. La Senda del Ritual es probablemente el nivel que más odio de todo el juego (sí, incluso más que el infame pantano del mundo 5). El nivel contiene luchas contra fantasmas que suceden sobre escaleras estrechas, y los bichos tienen una especie de ataque de barrido láser que hace un daño que lo flipas y es complicadísimo de esquivar en esa situación. Realmente hay solo tres enemigos puestos en mal lugar en este nivel, pero esos tres (combinados con el hecho de que el nivel no tiene atajo alguno, te lo tienes que comer todo entero cada vez) hacen que sea en mi opinión el peor nivel del juego.
Y finalmente tenemos el infame Valle de la Deshonra, que es el precursor de la Ciudad Infestada en Dark Souls, con su complejo de maderas y chabolas. Los enemigos aquí son engañosamente peligrosos para ser enclenques enfermos. Tienen unos ataques en los que se lanzan hacia delante agitándose salvajemente y te pegan como cinco o seis veces de golpe, destruyendo tu barra de estamina si lo bloqueas. Pero la verdadera estrella es el segundo nivel, que consiste en un pantano enorme de lodo venenoso por el que no te queda más remedio que cruzar a pie e ir curándote con el tiempo. No me parece tan difícil como el nivel 4-2 porque ninguno de los enemigos está puesto de forma tan aberrante como los fantasmas esos, pero igualmente es muy tedioso, y a diferencia del mundo anterior no se te abre ningún lugar ideal para farmear almas como premio.
Lo dicho, el nivel 1-4, el final del Palacio de Boletaria, es el único que me falta para acabar. Una vez pase por él ya solo quedará un pequeño pseudo-nivel final de despedida y el juego acaba. Ya casi podría poner mis impresiones... Pero mejor lo dejo para la semana que viene.
Acabamos con una mención a FFXIV.
Euphrosyne es la raid de 24 personas que fue introducida hace meses y que sin embargo no me había puesto a hacer aún. Es la segunda parte de la trama de Mitos del Reino, en la que te enfrentas contra las encarnaciones de los doce dioses patrones de Eorzea.
En esta segunda tanda tenemos a Nophica, la diosa de la cosecha que pronto se ha convertido en una de las waifus más poderosas en la comunidad; Althyk, dios del espacio-tiempo, quien lucha con su hermana Nymeia, la diosa del destino y las estrellas, en un combate doble; Halone, la diosa patrona de Ishgard y reina sobre la guerra y el hielo; y Menphina, diosa del amor y la luna.
De entre todos ellos, Halone me pareció la más difícil, con el combate dual de Althyk y Nymeia siendo el más fácil. Siendo como es la jefa final de la raid, sin embargo, es Menphina la que recibe su propio tema musical. No me gusta tanto como el del jefe de la raid anterior, pero igualmente es pegadizo.
El combate en sí empieza solo con Menphina haciendo sus movidas, pero hacia la mitad la tipa invoca a Dalamud para que se le una. Dalamud es el nombre de la segunda luna, la cual en vez de orbitar el planeta orbitaba la luna principal, y por eso según la mitología del juego se la conocía como "El Sabueso de Menphina". Ahora sabemos que Dalamud era una luna artificial, creada por el imperio de Allag para encerrar a Bahamut dentro, y cuyo descenso a lo Majora's Mask fue usado como excusa para resetear el juego cuando Yoshida se hizo con el control del equipo de desarrollo. Así que sí, el Chico Bueno Dalamud fue destruido para poder darnos un juego mejor.
Pero eso no importa, porque estamos luchando contra las representaciones de los dioses tal y como aparecen en la mitología, y por mucho que Dalamud ya no exista en el cielo Menphina puede seguir invocando a su chucho mediante el poder de la leyenda que le da forma. A la hora de la verdad, sin embargo, su único propósito es el de realizar estos barridos que ocupan la mitad del escenario mientras Menphina sigue haciendo lo suyo, de forma que elimina la mitad de la arena como espacio seguro.
Por lo general, los jefes de esta raid no tienen ninguna mecánica especialmente sorprendente, pero los combates son bastante entretenidos igualmente. Ahora tendría que ponerme con la trama principal del parche, que están a punto de meter el siguiente y todavía no la he hecho.
Para la semana que viene... Acabaré Demon's Souls, y el siguiente RPG será algo que ya intenté jugar hace unos años, pero que dejé por imposible al no tener la paciencia para ello en su momento. Segundas oportunidades, y todo eso... Aunque en realidad dudo que lo empiece a jugar esta semana. Lo que SÍ voy a empezar es el siguiente viaje al Caribe... Y mientras tanto los chavales de Shining Force 2 seguirán a lo suyo.
Siguiendo con Shining Force 2...
Hay algo en este juego que se me hace hilarante. Por lo general se mantiene bastante genérico en lo que a un RPG de la época se refiere, pero de golpe y porrazo a veces te suelta joyas que no sé si son a posta o se deben a una traducción cuestionable. También está este momento en el que el malo secuestra a la princesa y ambos empiezan a flotar, y entonces el mago y el consejero real agarran al prota y empiezan a bambolearlo hasta lanzarlo por los aires contra el malo. No sé por que, pero la idea de ver a dos ancianos haciendo eso me hace mucha gracia.
Ya he tenido mi primer muro de dificultad del juego con el combate contra el Kraken. Este combate sucede en un grupo de balsas flotantes conectadas por puentes de madera. El Kraken en sí está compuesto por un cuerpo principal y unos 10 tentáculos (es un calamar, no un pulpo). Dos de esos tentáculos son especiales y tienen ataques a distancia, y todos ellos se mueven como si fuesen enemigos separados.
El problema con este combate es que los tentáculos se mueven por el agua, y el 90% de tus personajes no. Tienes que poner a uno de ellos en el borde de la balsa y esperar a que algún tentáculo venga a jugar, pero claro, solo un tile de suelo está realmente en contacto con él, lo que significa que solo uno de tus personajes cuerpo a cuerpo podrá atacarlo (la excepción son los dos personajes voladores que tienes, uno de los cuales es bastante mediocre, pero bueno). En cuanto a los personajes con ataques a distancia (los dos o tres que tienes), podrán atacar también, pero el nivel es estrecho y es muy fácil que tus personajes estén ahí apelotonados entorpeciéndose los unos a los otros, y si los separas demasiado corres el riesgo de que los otros tentáculos vayan a por ellos sin el apoyo de tus demás unidades.
Los tentáculos golpean como bulldozers para esta etapa del juego, especialmente los dos que tienen ataque a distancia. Estos dos tentáculos son el verdadero problema, porque dependiendo de como pueden colocarse de forma que no estén tocando el suelo. Tienen más vida de lo normal también, lo que hace todavía más problemático quitártelos de encima, y el daño que hacen es absolutamente obsceno. Aún peor, si tardas demasiado en cargártelos el cuerpo central del Kraken acaba uniéndose al combate, y también tiene un ataque de burbujas a distancia.
Una vez pasada esa parte el juego se relaja un poco más. Hay un combate en el que luchas contra un guardián en unas ruinas que me ha parecido un truñete, sin embargo. El combate en sí no es nada especial hasta que llegas al jefe: Solo el héroe puede hacerle daño. Esto alarga el combate de forma algo artificial.
Más allá de eso, otro combate jodidillo es el del estanque de las arpías. Es curioso, porque a diferencia de los otros dos este no es un combate contra un jefe, se trata simplemente de una escena tonta en la que entras en el territorio de unas arpías intentando rescatar a un elfo que se ha caído al agua, y éstas te atacan. El problema aquí es una combinación de enemigos y terreno: El nivel es muy pequeño y está lleno de cuellos de botella. En condiciones normales esto no tiene por que ser un problema, pero este nivel introduce a las arpías, que son enemigos voladores que golpean exageradamente fuerte para las pintas que tienen. Como el nivel es tan claustrofóbico, al poco de empezar ya las tienes a todas encima, y es difícil posicionarte de forma que protejas a tus unidades débiles. Añade a esto que además de las waifus aladas tienes a grupos de magos que lanzan ataques de área muy efectivos contra tus unidades que están todas apretujadas ahí. Es un nivel que al principio parece uno más, completamente inocente, pero que es engañosamente difícil de superar sin sacrificar a nadie.
Y sí, ya sé, en este juego la muerte no es permanente... Pero a algunos nos gusta evitarla igualmente.
Como un ninja que sale de la nada, ataca y se va... Tenemos a Alisia Dragoon.
Alisia Dragoon es un juego de la Genesis en el que controlamos a Alisia, una princesa guerrera con poderes mágicos y unos familiares que la acompañan. En esos familiares radica la gracia del juego; hay cuatro de ellos, y todos tienen su propio medio de ataque y su barra de vida, que va aumentando a medida que recoges objetos para subirlos de nivel. Como contrapartida, si uno de ellos muere no puedes volver a invocarlo hasta que recoges el objeto que te permite resucitarlo. Puedes alternar entre familiares en cualquier momento, lo cual viene bien para salvar a uno si ves que está a punto de morir.
Los cuatro familiares son el dragón, que dispara bolas de fuego; el lagarto bumarán, que dispara cuchillas voladoras que hacen menos daño pero son más frecuentes que las bolas de fuego del otro; el pájaro del trueno, cuyo ataque tarda bastante en cargarse, pero cuando lo suelta hace daño a todos los enemigos en pantalla; y una especie de fuego fátuo que hace daño tocando a los enemigos y es el familiar más difícil de matar.
Alisia, por su parte, tiene un ataque de rayo que apunta directamente a los enemigos cuando lo usas, pero consume barra de carga. La barra se va regenerando mientras no atacas, y si la dejas cargar al máximo sueltas un ataque circular con el rayo al activarlo que hace bastante daño a todo tu alrededor.
Siendo completamente sincero, no me ha gustado demasiado este juego. Los enemigos son constantes, aparecen en masa y la dificultad radica más bien en el hecho de que el juego te los vomita encima, en vez de tener que ver con su posicionamiento o el diseño de los niveles. En este sentido me recuerdan a los Super Star Wars de SNES, excepto que en esos juegos Luke y los demás eran personajes bastante ágiles. Alisia no lo es; controlarla se siente algo tosco y ortopédico. No es el peor caso que he visto, ni mucho menos, de hecho en condiciones normales diría que el juego no se controla mal dentro de lo que cabe, pero al combinar esto con los enemigos infinitos que vienen de todas partes al final el juego se acaba haciendo más incordio que otra cosa.
Los jefes también tienen su inri. No existe ningún tipo de feedback acerca de si estás haciéndole daño al enemigo o no, tú simplemente mantienes pulsado el botón del rayo y lo recargas en momentos estratégicos. Al principio pensaba que estaba haciendo algo mal, porque algunos de estos jefes duran más de lo que me daba la impresión que deberían, pero no, es así, el juego simplemente no te indica que le estás haciendo daño.
El juego NO es fácil. Los jefes en concreto pueden ser un auténtico dolor de muelas, especialmente del nivel 5 en adelante (irónicamente, encontré al jefe final más fácil que algunos de los que venían antes). El jefe del nivel 6 no es tan difícil como otros, pero tiene este efecto en el fondo de la pantalla de una turbina que va girando a gran velocidad que la verdad es que molesta algo a los sentidos. El jefe del nivel 7, por otra parte, puede irse a tomar viento.
En definitiva, no me lo he pasado muy bien. No es el estilo de juego de plataformas del que disfruto.
Me ha gustado: El juego intenta separarse de sus congéneres mediante mecánicas como el sistema de ataque y los familiares de Alisia.
No me ha gustado: Vómito de enemigos incesante combinado con controles algo toscos.
Siguiendo con el remaster de Demon's Souls. Ya casi por el final (de hecho me falta solo un nivel para acabarlo).
El juego está compuesto por cinco "mundos", por así decirlo. El Palacio de Boletaria, las Tierras de la Forja, la Torre de Latria, el Santuario de las Tormentas y el Valle de la Deshonra. Cada uno de ellos tiene tres niveles, aunque el último suele ser un simple combate contra el jefe final del mundo, con quizá un pasillo antes de llegar a él y poca cosa más. La única excepción es el Palacio de Boletaria, que tiene cuatro niveles en vez de 3.
El primer nivel al que llega el jugador es siempre el de las Puertas del Palacio. Una vez lo supera el resto de mundos se abren y uno puede explorarlos en el orden que quiera. Esto está bien porque, de hecho, el jefe final del primer mundo es en realidad el que está pensado para ser el jefe final del juego en general. El Palacio de Boletaria tiene también un aumento de dificultad bastante bruto entre su segundo y su tercer nivel, y el juego espera que te hayas pasado al menos el primer nivel de los otros cuatro mundos antes de intentarlo (aunque no tienes por que si no quieres; yo no lo hice).
El segundo mundo, las Tierras de la Forja es en general el más fácil... Con una notable excepción: El jefe del segundo nivel es uno de los más difíciles del juego. Más allá de eso, si logras pasar por ese sobresalto, superar este mundo es relativamente simple, y de hecho fue el que me pasé de cabo a rabo tan pronto como se me abrió, antes de poner un pie en los otros tres.
El tercer mundo, la Torre de Latria, es posiblemente mi favorito estéticamente hablando. El primer nivel es una prisión, y es confuso de la hostia. El principal problema aquí son los carceleros Azotamentes, que disparan un proyectil verde que si te da te paraliza y luego aprovechan para agarrarte y ensartarte con un tentáculo. A niveles bajos esto te mata de un golpe, por lo que estos bichos dan bastante miedo la primera vez que pasas por aquí. El segundo nivel sucede sobre unas pasarelas elevadas, y el principal enemigo aquí es la gravedad. El jefe final del segundo nivel de la Torre de Latria es también uno de los más difíciles del juego, siendo dos gárgolas que te atacan sobre un puente (del que, por supuestísimo, puedes caerte). El jefe final del mundo es especial: Esta especie de clon del Rey de Amarillo teóricamente invoca a un jugador para que luche contra ti, y ya está, ese es el jefe: Un combate PVP. Sin embargo, si no tienes el PS Premium (como yo), entonces el tipo invoca a un NPC genérico para que luche contra ti, y es bastante fácil.
El cuarto mundo, el Santuario de las Tormentas, tiene como su principal bloqueo el nivel 2, pero no el jefe en sí como pasaba con los dos anteriores (de hecho ninguno de los jefes de este mundo es lo que yo llamaría difícil, al menos no desde un punto de vista Souls-like), sino el mismo nivel. La Senda del Ritual es probablemente el nivel que más odio de todo el juego (sí, incluso más que el infame pantano del mundo 5). El nivel contiene luchas contra fantasmas que suceden sobre escaleras estrechas, y los bichos tienen una especie de ataque de barrido láser que hace un daño que lo flipas y es complicadísimo de esquivar en esa situación. Realmente hay solo tres enemigos puestos en mal lugar en este nivel, pero esos tres (combinados con el hecho de que el nivel no tiene atajo alguno, te lo tienes que comer todo entero cada vez) hacen que sea en mi opinión el peor nivel del juego.
Y finalmente tenemos el infame Valle de la Deshonra, que es el precursor de la Ciudad Infestada en Dark Souls, con su complejo de maderas y chabolas. Los enemigos aquí son engañosamente peligrosos para ser enclenques enfermos. Tienen unos ataques en los que se lanzan hacia delante agitándose salvajemente y te pegan como cinco o seis veces de golpe, destruyendo tu barra de estamina si lo bloqueas. Pero la verdadera estrella es el segundo nivel, que consiste en un pantano enorme de lodo venenoso por el que no te queda más remedio que cruzar a pie e ir curándote con el tiempo. No me parece tan difícil como el nivel 4-2 porque ninguno de los enemigos está puesto de forma tan aberrante como los fantasmas esos, pero igualmente es muy tedioso, y a diferencia del mundo anterior no se te abre ningún lugar ideal para farmear almas como premio.
Lo dicho, el nivel 1-4, el final del Palacio de Boletaria, es el único que me falta para acabar. Una vez pase por él ya solo quedará un pequeño pseudo-nivel final de despedida y el juego acaba. Ya casi podría poner mis impresiones... Pero mejor lo dejo para la semana que viene.
Acabamos con una mención a FFXIV.
Euphrosyne es la raid de 24 personas que fue introducida hace meses y que sin embargo no me había puesto a hacer aún. Es la segunda parte de la trama de Mitos del Reino, en la que te enfrentas contra las encarnaciones de los doce dioses patrones de Eorzea.
En esta segunda tanda tenemos a Nophica, la diosa de la cosecha que pronto se ha convertido en una de las waifus más poderosas en la comunidad; Althyk, dios del espacio-tiempo, quien lucha con su hermana Nymeia, la diosa del destino y las estrellas, en un combate doble; Halone, la diosa patrona de Ishgard y reina sobre la guerra y el hielo; y Menphina, diosa del amor y la luna.
De entre todos ellos, Halone me pareció la más difícil, con el combate dual de Althyk y Nymeia siendo el más fácil. Siendo como es la jefa final de la raid, sin embargo, es Menphina la que recibe su propio tema musical. No me gusta tanto como el del jefe de la raid anterior, pero igualmente es pegadizo.
El combate en sí empieza solo con Menphina haciendo sus movidas, pero hacia la mitad la tipa invoca a Dalamud para que se le una. Dalamud es el nombre de la segunda luna, la cual en vez de orbitar el planeta orbitaba la luna principal, y por eso según la mitología del juego se la conocía como "El Sabueso de Menphina". Ahora sabemos que Dalamud era una luna artificial, creada por el imperio de Allag para encerrar a Bahamut dentro, y cuyo descenso a lo Majora's Mask fue usado como excusa para resetear el juego cuando Yoshida se hizo con el control del equipo de desarrollo. Así que sí, el Chico Bueno Dalamud fue destruido para poder darnos un juego mejor.
Pero eso no importa, porque estamos luchando contra las representaciones de los dioses tal y como aparecen en la mitología, y por mucho que Dalamud ya no exista en el cielo Menphina puede seguir invocando a su chucho mediante el poder de la leyenda que le da forma. A la hora de la verdad, sin embargo, su único propósito es el de realizar estos barridos que ocupan la mitad del escenario mientras Menphina sigue haciendo lo suyo, de forma que elimina la mitad de la arena como espacio seguro.
Por lo general, los jefes de esta raid no tienen ninguna mecánica especialmente sorprendente, pero los combates son bastante entretenidos igualmente. Ahora tendría que ponerme con la trama principal del parche, que están a punto de meter el siguiente y todavía no la he hecho.
Para la semana que viene... Acabaré Demon's Souls, y el siguiente RPG será algo que ya intenté jugar hace unos años, pero que dejé por imposible al no tener la paciencia para ello en su momento. Segundas oportunidades, y todo eso... Aunque en realidad dudo que lo empiece a jugar esta semana. Lo que SÍ voy a empezar es el siguiente viaje al Caribe... Y mientras tanto los chavales de Shining Force 2 seguirán a lo suyo.