si no os importa voy a poner un fragmento de la última novela que me he leído,
La torre herida por el rayo, de Fernando Arrabal, que lo disfruten caballeros:
Tras el descubrimiento de la noche, sus delicias y sus pesadillas, Tarsis pasaba los días recordando su itinerario de casa en casa, en las que casi siempre tan sólo se detenía como mirón. Soñaba despierto durante su trabajo, y los delirios se repetían como una obsesión:
┬½ÔǪ en las escaleras le meto mano por detrás, palpo su granada, la tiro al suelo, se la meto sin quitarle las bragas, me besa, tiene la lengua caliente y espesa, huele a jazmín, mi boca se llena de lefa, un torrente, llegamos al desván, envuelve mi polla con sus labios, con su lengua, me aspira, sin dientes ni escamas, con pétalos, planta sus pechos sobre mi boca, los chupo, los rocío de saliva y de espuma, la acaricio, tiemblo, lleno su boca de campanillas, de burbujas, las traga lentamente para no perder ni una gota, dentelleo, me besa por detrás, hiervo, mete su lengua en mi culo, veo las estrellas, tengo escalofríos, quiero morderla, triturarla, destrozarla, besarla, consolarla, oigo trompetas, se declara un incendio, las llamas la iluminan, sudo, la monto por detrás, siento sus piernas, finas, blancas, junto a mis cojones, cada vez tengo más ganas, me pica todo, mi sangre se llena de avispas, la veo en el metro, le levanto las faldas, le clavo la polla hasta su corazón, la gente nos mira, ella se deja como si soñara, entre las olas, en el estrépito de los túneles, las vecinas me acarician, las jodo una tras otra, el vagón marca el compás, todas me lamen entre las piernas, el culo, los cojones, la polla, se frotan a mis manos, a mis puños, a mis codos, a mis rodillas, voy a agonizar, mi tuétano se inflama, ardo por dentro, me chupan los dedos de los pies, me instalan en una rueda, una tras otra entran en mi polla, mi crisma se rompe, mi vientre no obedece, tiembla solo, me besan una tras otra tiritando con los labios húmedos, frenéticos, cientos de mujeres, miles de mujeres, millones de mujeres como arcángelesÔǪ┬╗
Sus delirios concluían a menudo con la imagen de Dios mientras la constante erección le causaba un dolor insoportable.