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Versión completa: Café y Libros
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Mmmmmmm, así que eres un nihilista...como Thanos...habrá que avisar a las autoridades para que te corten los dedos pulgar y corazón para que no puedas chasquear los dedos sisi

Tiene buena pinta también este libro que comentas. De hecho, solo leyendo la sinapsis, me pasa como a tí, me parece más interesante los misterios que rodean a este mundo particular que las coñas que les pasen a sus personajes. En historias con componentes fantásticos y de misterio muchas veces es la tónica, sin desdeñar una buena aventura, relaciones y sucesos. Pero si diseñas algo muy especial y lo mantienes en sombras, a mi me da muchas veces por hacer lectura rápida a fin de saber más del gran misterio global.

Pero como esto todavía no está terminado, lo dejo en barbecho.
(18-09-2020 21:49)Rosstheboss [ -> ]Mmmmmmm, así que eres un nihilista...como Thanos...habrá que avisar a las autoridades para que te corten los dedos pulgar y corazón para que no puedas chasquear los dedos sisi

Tiene buena pinta también este libro que comentas. De hecho, solo leyendo la sinapsis, me pasa como a tí, me parece más interesante los misterios que rodean a este mundo particular que las coñas que les pasen a sus personajes. En historias con componentes fantásticos y de misterio muchas veces es la tónica, sin desdeñar una buena aventura, relaciones y sucesos. Pero si diseñas algo muy especial y lo mantienes en sombras, a mi me da muchas veces por hacer lectura rápida a fin de saber más del gran misterio global.

Pero como esto todavía no está terminado, lo dejo en barbecho.

La trama en si no está mal. La confabulación está en el centro de la acción, y el libro es principalmente urbano. Si, los personajes viajan a la Miseria un par de veces, pero los principales eventos del argumento suceden dentro de la ciudad. Y estos eventos tienen algunos giros interesantes, exacerbados por los métodos extraños de los Reyes de las Profundidades y los Sin Nombre. De hecho, uno de los últimos giros del libro no me lo esperaba para nada y me pilló completamente por sorpresa.

Pero es lo que digo... No soy nihilista... pero si me empujas mucho hay veces que tengo ramalazos, sí, no lo niego. XD

De hecho, este problema es la misma razón por la que aún a día de hoy sigo siendo reacio a leer Juego de Tronos. Sé que mi cerebro básicamente va a pasar del "no te puedes encariñar de ningún personaje" al "no te vas a interesar por ningún personaje" en cuestión de segundos. Es lo que SIEMPRE me acaba pasando con estas cosas. Y lo odio.
Acabado otro capítulo de Ulises.


Capítulo 8: Lestrigones

[Imagen: 38559e4e526488c2d62efe002f47fd8e.jpg]

El episodio de Lestrigonia en La Odisea trata acerca del encuentro de Ulises con un grupo de caníbales que diezma su tripulación. En relación a esto, el episodio de Lestrigones en el Ulises de Joyce es el momento en el que Leopold Bloom, tras salir de trabajar, decide ir a comer algo.

En su camino al restaurante, el hambre de Bloom empieza a hacerle pensar en comida, y del acto de comer, los intestinos y la digestión se pasa también a pensar sobre el sexo. El episodio parece saltar de un lado a otro entre descripciones asquerosas y el erotismo. Tan pronto puede estar recordando el beso que le dio su mujer, como también recordar que le pasó comida ya masticada de boca a boca. Puede recordar una salida romántica al campo que hizo con Molly, y sin embargo pararse a describir las mierdas de cabra que encontraron por el camino. Se acuerda de su primer encuentro sexual cuando vé dos moscas fornicando en la ventana del bar. Llegado a un punto, se pone a pensar si los dioses, que comían néctar y ambrosía, excretaban esto por algún lugar, y se propone comprobar si las estatuas de ellos que hay en el museo tienen ano cuando vaya a visitarlo esta tarde.

Si, este episodio es raro de narices.

De camino al restaurante se topa con una de sus ex-novias, quien le comenta que una conocida se encuentra hospitalizada por problemas en el parto. Bloom se compadece de ella. De hecho, Bloom da muestras de compasión y empatía a lo largo de todo el capítulo. Llegado a cierto momento compra unas tortitas para dárselas de comer a las gaviotas, algo más tarde ayuda a cruzar la calle a un chico ciego (y de paso se pregunta como debe ser hacer el amor siendo ciego sin poder siquiera ver a tu pareja), llega incluso a plantearse la idea del vegetarianismo para no tener que comer carne de animales muertos. Quizá sea esta sensibilidad la que provoca que, cuando entra al restaurante, sale de allí inmediatamente asqueado por la falta de modales de algunos de sus comensales, y decide ir a comer a un bar cercano.

En el bar no tiene mucha mejor suerte al ir a sentarse al lado de un conocido suyo, que serulta ser una persona grasienta y sudorosa (y los pensamientos de Bloom están constantemente centrados en las gotas de sudor del hombre, que amenazan todo el rato en caer sobre su plato y mezclarse con su bebida). Hay una conversación en la que vuelve a salir el trabajo de Molly e inevitablemente Boylan, su agente, con quien le está poniendo los cuernos a Bloom. El hombre no puede escapar de este hecho no importa cuanto intente no pensar en ello.

Hay un momento tras comer en el que Bloom se va al baño a mear, pero curiosamente (a pesar de por donde ha estado tirando este capítulo todo el tiempo), la narración no se va con él cuando lo hace, a diferencia del episodio de la defecación en el capítulo 4. En vez de eso, nos quedamos en la barra del bar, donde varios personajes se ponen a cuchichear sobre Bloom a sus espaldas, con el propietario defendiéndolo. Bloom regresa completamente ajeno a todo esto y se despide antes de dirigirse al museo... Y esquivar al mismísimo Boylan, al cual se encuentra por el camino. El capítulo acaba cuando Bloom entra en el edificio.


El siguiente capítulo tiene fama de ser el segundo de los cuatro capítulos "chungos" del libro (entre comillas porque todos son chungos para empezar), aunque por razones distintas al capítulo 3. Ya veremos de que va. Viendo su longitud, calculo que tardaré una semana en leerlo.
Vale... He logrado perseverar frente al que muchos consideran uno de los jefes más chungos de Ulises. Y con razón.


Capítulo 9: Escila y Caribdis

[Imagen: 3159417-56a85e915f9b58b7d0f24f46.jpg]

Tras convencerla para que les ayude a regresar a su patria, la bruja Circe le comenta a Ulises que las únicas dos rutas que existen consisten en atravesar el mar de las rocas errantes, un lugar donde el mar está constantemente enbravecido, o atravesar el estrecho de Escila y Caribdis, antiguas ninfas transformadas en monstruos, la primera de las cuales tenía múltiples cabezas y habitaba en las rocas del estrecho, y la segunda vivía en el fondo del océano y creaba enormes remolinos para tragarse a sus presas. Sabiendo que solo Jasón logró atravesar con vida las rocas errantes, Ulises se inclina por atravesar el estrecho.

Además de esto, la expresión "Estar entre Escila y Caribdis" también significa estar en una situación complicada de la cual no hay una escapatoria aparente. Estar entre la espada y la pared, vamos... Sin embargo, Joyce decide establecer otro tipo de analogía en el cual Escila y Caribdis son dos fuerzas opuestas y enfrentadas, una de ellas viviendo en las rocas y la otra en el fondo del mar. Se representa la contraposición entre ideas, Platón y Aristóteles, padre y madre, pragmatismo y misticismo...

El capítulo 9 está centrado en Stephen, con todo lo que ello implica. Esto también significa que es como quince veces más difícil de seguir que cualquiera de los capítulos centrados en Bloom. Stephen se encuentra dando una charla en la biblioteca nacional frente a un grupo reducido de eruditos, en la cual les expone su teoría acerca de quien era representado realmente en la obra de Shakespeare, Hamlet. La convención general sostiene que Hamlet mismo era el análogo de Shakespeare, pero Stephen no está de acuerdo, y propone que Shakespeare era representado en realidad por el fantasma. Al igual que Ulises navegando por el estrecho, Stephen maniobra entre ideas contrapuestas, se defiende de los argumentos de sus compañeros para establecer su teoría, y finalmente tiene otro encuentro con su "amigo" Buck Mulligan, que hace su reaparición desde el capítulo 1. La animosidad creciente entre Stephen y Mulligan puede considerarse otra analogía a Escila y Caribdis.

Ya mencioné en su momento que el capítulo 3, Proteo, era el más complicado hasta ahora, pero lo era por razones distintas. En aquel caso el capítulo era una mirada a los pensamientos conflictivos y cambiantes de Stephen. Escila y Caribdis es una retahila constante e incesante de alusiones a Shakespeare, su vida y sus obras. Se comentan cosas acerca de la relación con su mujer, sus padres, sus hermanos, y como todos ellos aparecen representados de una forma u otra en sus obras. Prácticamente cada párrafo contiene al menos un par de referencias Shakespeareanas, y esto, para alguien como yo que si soy sincero nunca se interesó especialmente por Shakespeare ni está familiarizado con sus obras o vida, y no solo eso sino que las discusiones filosóficas acerca de la naturaleza del arte siempre le resultaron particularmente tediosas, hace que leer este capítulo sea un auténtico y confuso calvario. También es como el doble de largo que Proteo, lo cual no ayuda. De todos los capítulos que he leido, éste es probablemente el que más me ha nublado la mente y al que menos atención he prestado en general, así que si uno ya solo tiende a entender un 20% de lo que lee cuando está leyendo Ulises, aquí ya ni te digo.

Al final del capítulo Stephen sale de la biblioteca con Mulligan, con toda la intención de romper su amistad con él. Sin embargo, también recuerda que Mulligan es quien tiene las llaves de la torre, y que si rompe con él no tendrá un lugar donde dormir esa noche, así que se encuentra, por supuesto, entre Escila y Caribdis. Bloom hace una pequeña aparición entrando a la biblioteca, pasando entre ambos (como Ulises navegó entre los dos monstruos), pero realmente no llega a interactuar con ellos. Si que se comenta, sin embargo, que el tipo cumple con lo que se propuso en el capítulo anterior: Comprobar si las estatuas de los dioses tienen ano.


Bueno, cuatro capítulos más hasta que llegue el siguiente que tiene fama de ser chungo. Escila y Caribdis era el capítulo número 9 de un libro de 18 capítulos, lo cual significa que ya voy por la mitad, ¿verdad? ¿¿VERDAD??
... En realidad... No. Solo he leido un tercio. Los capítulos hacia el final aumentan en tamaño. El capítulo 15 en concreto tiene como unas 100 páginas (el capítulo más largo que he leido hasta ahora tenía como unas 30). Todavía tengo Joyce para rato. Pero hey, según tengo entendido después de este pico de dificultad viene un poco de relax. Al menos relativo. Nunca puede uno relajarse leyendo esta cosa.
Yo voy leyendo y quedándome loco pensando en que no me lo leería ni de coña por mucho que "se suponga" que es una de esas obras que too el mundo "debería" leer.

Y he dado con un artículo que tiene una cita que me ha hecho gracia:

"Y sin embargo, aquí tienen a Ulises, la segunda novela de James Joyce. Un libro que solo puede leerse sufriendo. Y déjenme decirles, amigos míos, que (invirtiendo la máxima churchilliana) nunca tantos sufrieron tanto por tan poco."

https://elpais.com/cultura/2018/03/09/ba...99884.html
(27-09-2020 16:44)JuanmaNPI [ -> ]Yo voy leyendo y quedándome loco pensando en que no me lo leería ni de coña por mucho que "se suponga" que es una de esas obras que too el mundo "debería" leer.

Y he dado con un artículo que tiene una cita que me ha hecho gracia:

"Y sin embargo, aquí tienen a Ulises, la segunda novela de James Joyce. Un libro que solo puede leerse sufriendo. Y déjenme decirles, amigos míos, que (invirtiendo la máxima churchilliana) nunca tantos sufrieron tanto por tan poco."

https://elpais.com/cultura/2018/03/09/ba...99884.html

Me río yo en la cara de los que dicen que todo el mundo debería leer Ulises.

Sin embargo... ¿Me creerías si te dijese que en realidad no me está disgustando la experiencia?

En general, me refiero. Vale que sin el libro de ayuda no me enteraría absolutamente de nada, que incluso con él (y los análisis online) solo me entero de una quinta parte de lo que leo, o ni eso, y que en el capítulo 9 fue un auténtico calvario, pero la experiencia está siendo curiosa como mínimo.
(28-09-2020 09:46)lordlizard [ -> ]Me río yo en la cara de los que dicen que todo el mundo debería leer Ulises.

Sin embargo... ¿Me creerías si te dijese que en realidad no me está disgustando la experiencia?

En general, me refiero. Vale que sin el libro de ayuda no me enteraría absolutamente de nada, que incluso con él (y los análisis online) solo me entero de una quinta parte de lo que leo, o ni eso, y que en el capítulo 9 fue un auténtico calvario, pero la experiencia está siendo curiosa como mínimo.

Tu respuesta, no sé por qué, me trae a la mente el vídeo de una pareja de PPVVs que sigo, que dijeron venga vamos a probar el Kit Kat sabor tarta de manzana... y ponía el pobre una cara mientras decía "sin estar malo, no está bueno"... al final tiraron el resto XD
Que el ritmo no pare no pare no.


Capítulo 10: Rocas Errantes

[Imagen: Dublin-in-1900.jpg]

Como ya comenté en la entrada anterior, en la Odisea, tras ganarse la ayuda de la hechicera Circe, ésta le comenta a Ulises que solo existen dos rutas por donde regresar a casa: Una de ellas es el estrecho de Escila y Caribdis, por donde navegamos en el capítulo anterior, y la otra es el mar de las Rocas Errantes. Ulises decide que unos monstruos que pueden devorar a parte de su tripulación son preferibles a unas rocas que pueden directamente hundir su barco y mandarlos a todos a la porra. Como tal, decide enfrentarse al estrecho, y nunca pasa por las rocas errantes.

De la misma forma que las rocas errantes no forman parte de la historia de la Odisea porque Ulises no decide pasar por ellas, el capítulo 10 del Ulises de Joyce nos presenta un montón de historias paralelas que suceden a lo largo de Dublín, pero que en su mayor parte no tienen nada que ver con la trama central de Leopold y Stephen. ¿Recordáis ese capítulo de Los Simpsons en el que la historia se divide en pequeñas sub-tramas de personajes secundarios? Lisa yendo a cortarse el pelo porque se le enganchó un chicle, el director Skinner invitando al superintendente a comer en su casa, Nelson burlándose de un tío demasiado alto para su coche... ESE capítulo. Pues el capítulo 10 de Ulises es básicamente eso. Y al igual que en Los Simpsons, la trama funciona un poco como una máquina de Rube Goldberg, en la que un personaje puede ver a otro haciendo sus cosas, y más tarde es ese otro personaje el que toma las riendas. Los personajes vagan por la ciudad, y chocan los unos con los otros. Igual que las rocas errantes.

El capítulo está dividido en 19 sub-partes, cada una enfocándose en uno o dos personajes en concreto. No TODOS  los personajes de la novela aparecen en este capítulo, pero sí una cantidad bastante grande de ellos, incluyendo personajes secundarios, personajes que aparecieron como extras y ni siquiera tuvieron líneas o fueron solamente mencionados, y personajes nuevos introducidos ahora y que probablemente no van a volver a aparecer. Stephen y Bloom sí que aparecen en este capítulo, pero durante poco tiempo o solo como parte de las interacciones de algunos de estos personajes.

Tampoco voy a matarme mucho a ponerme a hablar sobre cada uno de ellos, pero aquí hay una pequeña lista:
  1. El Padre Conmee sale del colegio y da un paseo por la ciudad, bendeciendo a algunos de sus feligreses por el camino.
  2. Corny Kelleher (un trabajador de la funeraria en el capítulo 6) se confirma como un topo de la policía nacional Irlandesa al haclar con un agente.
  3. Un marinero borracho vaga por las calles pidiendo limosna. Al pasar por la residencia de los Bloom, Molly le da una moneda.
  4. Un vistazo a la precaria situación económica por la que pasa la familia de Stephen. Una de sus hermanas intentó empeñar unos libros sin mucho éxito.
  5. Blazes Boylan, el mánager de Molly (y la persona con la que ésta le está poniendo los cuernos a Bloom) está comprando unos regalos para su amante.
  6. Stephen se topa por la calle con su antiguo profesor de música, Almidano Artifoni, y tienen una breve conversación.
  7. La señorita Dunne, la secretaria de Boylan, está deseando acabar su jornada. Al final del fragmento llama a su jefe por teléfono para hablarle de asuntos de trabajo.
  8. Lambert, uno de los trabajadores del periódico en el capítulo 7 que también había aparecido durante el funeral en el capítulo 6, está con el Reverendo Love y se encuentran con O'Molloy (otro de los personajes que aparecieron en el capítulo del periódico), el cual le pide dinero.
  9. M'Coy, uno de los personajes con los que Bloom se encontró en el capítulo 5, se topa con Lenehan, un personaje algo insolente que ya apareció en el capítulo 7 en las oficinas del periódico. Mantienen una conversación en la que Lenehan parece burlarse de Bloom, pero se da cuenta de que M'Coy no parece apreciar sus burlas.
  10. Bloom está comprándole un libro a Molly.
  11. Dilly, una de las hermanas de Stephen, encuentra a Simon, su padre, y le echa en cara el gastarse el poco dinero que tienen en bares. Le pide que le de todo lo que tenga para evitar que lo eche a perder.
  12. Kernan, quien apareció brevemente en el funeral del capítulo 6, sale de un bar y mantiene un monólogo interior en el que vemos parte de sus opiniones y prejuicios.
  13. Stephen se encuentra con Dilly, que ha gastado la mitad de lo que le dio su padre en un libro para aprender francés. Stephen lucha con la culpa de no estar apoyando a su familia.
  14. Simon, el padre de Stephen, mantiene una conversación con el Padre Cowley (que en realidad no es cura), y éste le dice que está en problemas porque le debe dinero a un prestamista. Más tarde se une a la conversación Dollard, quien le da a Cowley consejo sobre que hacer con su problema.
  15. Cunningham, Nolan y Power están haciendo cuentas acerca de un fondo para ayudar a la familia del muerto del capítulo 6. Entre ellos notan que Bloom fue el primero que aportó dinero.
  16. Mulligan y Haynes (del capítulo 1) toman algo en una cafetería y echan pestes de Stephen a sus espaldas.
  17. Cashel Boyle, un personaje de nombre mucho más largo y mente algo desequilibrada que apareció brevemente en el capítulo 8, se tropieza con el ciego al que Bloom ayudó a cruzar la calle en ese mismo capítulo. El ciego le lanza unos improperios.
  18. Patrick Dignam, el hijo del muerto del capítulo 6, tiene un monólogo interior acerca de la muerte de su padre.
  19. El virrey atraviesa Dublín en su carroza y con su séquito.
Mencionar también que a lo largo de los fragmentos se lanzan como relámpagos de narrativa que parecen desorientar más que ayudar. En el fragmento 2, por ejemplo, de pronto y sin aviso, se menciona al padre Conmee pasando por un puente, a pesar de que ese fragmento no sigue a Conmee sino a Kelleher. Esto puede dar a entender que Kelleher vio a Conmee pasar por el puente, pero eso no es cierto porque Kelleher está en un lugar donde no hay ningún puente para empezar. La narrativa intenta dar una sensación de simultániedad a los hechos que van pasando, y al hacerlo hace que todo se vuelva más confuso.

El primer y el último fragmento de este capítulo son algo especiales. El primero sigue al Padre Conmee, un personaje de un libro anterior de Joyce, saliendo de un colegio y realizando un recorrido bastante largo por Dublín. Durante este recorrido se topa con un buen número de personajes, y digamos que "activa" sus sub-tramas, que aparecerán más tarde a lo largo del capítulo.

El último fragmento es exactamente lo contrario: Sigue la cabalgata del virrey, que recorre una extensa parte de la ciudad también, y a lo largo de toda ella va nombrando a prácticamente todos los personajes de la novela, que simplemente se giran para mirarla o saludarla cuando pasa. Todos ellos... Excepto curiosamente Bloom y Stephen, que son los únicos que no aparecen mencionados (o aludidos) en este fragmento. Empezar el capítulo con un representante de la religión católica y acabar con un personaje que forma parte de la nobleza colonial Inglesa, enmarcando a toda la gente de Dublín en medio de ambos, parece ser la forma que tiene Joyce de aludir las dos fuerzas que llevaban los pantalones puestos en el país.

Pero vamos, al final del día el capítulo 10 es mucho más ligero que el remolino infame que fue el capítulo anterior, eso desde luego.


La semana que viene otro capítulo más. Veamos que tan clemente puede ser Joyce esta vez.
(27-09-2020 16:44)JuanmaNPI [ -> ]https://elpais.com/cultura/2018/03/09/ba...99884.html

Por cierto, que esta semana he tenido un momento para leerme este artículo y... A ver. XD
Tiene razón en muchas cosas, pero también desatina en muchas otras. Dice que Joyce, siendo un intelectual relamido, presenta a Bloom, el representante del ciudadano de a pie, como un paleto y se burla de él. La realidad, sin embargo, es que Joyce se burla de todo dios en el libro, y que de hecho Bloom es probablemente uno de los que salen mejor parados y son más respetados por el autor. Bloom es defendido por el autor en múltiples ocasiones. Es un personaje que recibe críticas y burlas por parte de otros, ya sea porque su naturaleza simple puede hacerle pasar por ser algo bobo, porque la infidelidad de su mujer es un secreto a voces, o por el hecho de que es judío. Sin embargo, los personajes que son más contrarios a Bloom tienden a ser presentados de forma claramente negativa (Lenehan, Menton...), mientras que aquellos que lo respetan o le defienden son puestos en una luz mucho más positiva (Cunningham, Byrne...).
Menciona la antipatía de Joyce hacia los nacionalistas irlandeses, la cual es innegable, y la alude a su falta de contacto con el ciudadano de a pie, pero también se olvida de mencionar que Joyce tenía una buena sarta de cosas que decir acerca de los simpatizantes Anglófilos.
No sé, me da la sensación de que el autor del artículo está emperrado en poner a Joyce en mal lugar y que para ello se ha puesto a diseñar un perfil psicológico del autor según su obra, admitiendo irónicamente que no fue capaz de entender la obra para empezar. Y tampoco quiero aparentar alguien que es capaz de entender más de un mísero 15% del libro, pero sí que veo muchas cosas que el redactor omitió para promover su narrativa de que Joyce era un pomposo cretino.
Pero a la vez, irónicamente, tampoco soy tan contrario a esa conclusión teniendo en cuenta de que Stephen, su personaje auto-biográfico, me parece un auténtico jilipollas. Cosa de la que el propio Joyce parece burlarse a veces.
Ojo, no puedo obviamente corroborar ni negar su análisis porque , al contrario que tú, no he tenido ¿El placer? De leerle. Pero me llamó la atención la parte que resaltó jejeje
(04-10-2020 16:37)JuanmaNPI [ -> ]Ojo, no puedo obviamente corroborar ni negar su análisis porque , al contrario que tú, no he tenido ¿El placer? De leerle. Pero me llamó la atención la parte que resaltó jejeje

Si, si, lo sé. Y quiero dejar claro que efectivamente Joyce era un cretino pretencioso, como bien se puede comprobar en el siguiente capítulo.


Capítulo 11: Sirenas

[Imagen: herkulessaalmunich1920.jpg?itok=yDc0wJeL]

El capítulo de las sirenas en la Odisea es probablemente el más famoso, en el que Ulises pasa cerca del islote de estos monstruos de aspecto femenino que usan sus cantos para atraer a los marineros a los arrecifes que rodean su isla, para después devorarlos. Ulises tapa los oidos de su tripulación con cera para inmunizarlos ante el canto de los monstruos, pero él, que quiere toda la tarta para si mismo, se ata al mástil del barco para poder escuchar el canto sin que éste le haga hacer ninguna tontería.

Mencioné que Ulises suele tener cuatro capítulos que son famosos por ser difíciles de leer. El primero era Proteo, el capitulo 3, luego viene Escila y Caribdis, el capítulo 9. Los otros dos son los capítulos 14 y 18, a los que todavía no hemos llegado. Sin embargo, si hay un capítulo que algunos consideran que podría perfectamente entrar en ese grupo también, es el capítulo 11: Sirenas.

Joyce estaba convencido de que la literatura era el arte supremo al que aspiraban todos los demás. Y para demostrarlo, en toda su pomposidad, decidió escribir este capítulo que básicamente intenta imitar una composición musical. Sirenas está lleno de onomatopeyas, gente cantando, descripciones auditivas en vez de visuales... Los personajes son identificados por sonidos en vez de rasgos físicos, por ejemplo el chico ciego siendo identificado por el "Tap, tap, tap" de su bastón, o Boylan yendo siempre acompañado del sonido de los muelles de la cama sobre la que le está poniendo los cuernos a Bloom con su esposa. Las primeras dos páginas contienen un galimatías de frases sueltas sin sentido que intentan representar los instrumentos de la orquesta siendo afinados. Se introduce una especie de narrador secundario, una especie de director de orquesta, que repite y describe ciertas partes de los párrafos como si fuesen estribillos, con florituras y adornos, y está constantemente metido en un pulso con el narrador principal por el control de la historia. Y, por supuesto, muchas partes del capítulo contienen un ritmo musical, haciendo uso de tiempos y estrofas que probablemente debido a la diferencia silábica de la traducción hayan pasado a ser inidentificables. El resultado es un episodio que no es necesariamente difícil de seguir, pero que en vez de producir la música que Joyce pretendía, a mí solo me produjo un tedioso y molesto ruido de fondo. Si Joyce creía que podía demostrar como la literatura era capaz de crear música, bajo mi punto de vista su experimento acabó demostrando todo lo contrario.

Pero vamos, que al final del día el galimatías de este capítulo no es muy distinto al del resto del libro.

En este capítulo, Bloom sigue a Boylan, la persona con quien su mujer le está poniendo los cuernos, a la cafetería de un hotel y se pone a espiarlo desde el fondo de la sala mientras este se relaciona con el resto de parroquianos, gente a la que ya vimos antes en el libro (Lenehan, Cowley, Simon...etc...). A Bloom le acompaña en su mesa Richie Goulding, el tío de Stephen, quien parece simpatizar con él. Durante la estancia en el local, Bloom parece sufrir un episodio algo depresivo mientras el grupo de Boylan se dedica a flirtear con las dos camareras (las cuales no parecen molestas por ello sino que se meten de lleno en el juego) y a cantar canciones con el piano. Una de las camareras intenta atraer la atención de Boylan levantándose algo la falda y haciendo chasquear la liga de sus medias, a lo cual Boylan reacciona levantándose y yéndose del local a mitad del capítulo, dejando a la chica confusa y decepcionada. Nosotros como lectores sabemos que, en realidad, va a ver a la esposa de Bloom, con quien tiene una cita.

De hecho, las dos camareras serían el análogo de las sirenas en el capítulo, supongo. Aunque existe una tercera con la que Bloom se cruza al salir del local: Una prostituta con quien Bloom aparentemente tuvo contacto. Bloom la evita disimulando y haciendo ver que se encuentra mirando el primer escaparate que tiene cerca. Resulta que en dicho escaparate hay una imagen y una frase célebre de Robert Emmet, un patriota irlandés. El capítulo acaba con este realizando la última nota musical del capítulo: Un sonoro pedo a la vez que lee las palabras de Emmet.

No, a Joyce definitivamente no le caían bien los nacionalistas.


El siguiente episodio es el más largo hasta ahora. Estos últimos me han durado una semana cada uno, pero el siguiente creo que va a durar un poco más, aunque no mucho. Le echo unos 10 días o así.
Me resulta curioso que Joyce considere que la literatura es el arte supremo y lo demuestre usando la literatura para imitar otro arte.

Es como si digo que soy el hombre más bello y para demostrarlo me opero y maquillo para parecer mi vecino que en realidad es más atractivo que yo XD