Bueno, hoy he ido a por la Hidra y el Golem dorado para acceder al contenido del DLC, a modo de reto personal a ver cómo he ido evolucionando y si estaba preparado para asumir el reto de los Jefes de Artorias of the Abyss en NG+. He de decir que la Hidra ya me lo puso difícil, me mató dos veces a cañonazos de magia antes de poder acercarme lo suficiente para rabanar cabezas.
Al final cayó, fui a por el Golem, recate de Anochecer, Archivos del Duque, Golem, y tal.
El Guardián del Santuario, ahora mucho más asequible que la primera vez que me enfrenté a él, me lo puso bastante difícil para cortarle la puñetera cola. No para quieto, y las oportunidades que deja son muy escasas. Al final se la corté y acabé con él, como era de esperar. Mi siguiente paso, Artorias, en que NG+ tiene la particularidad de ser extraordinariamente difícil. Me ha costado lo suyo averiguar cómo se iba a la zona de debajo del Bosque Real sin ir por el ascensor más cercano, en un principio bloqueado. Pues nada, llego a abajo, y antes de atravesar la niebla, dudaba de si ir con la armadura de remates dorados o la de gigante, la que llevo normalmente. Me la jugué, y llevé al se gigante, consciente de que me iba a comer todos los ataques, pero llevo el Escudo de Artorias, el que más estabilidad tiene, y el Anillo del Lobo, que me da 40 puntos de equilibrio. Tanque puro, vaya. Espada de Rey del Cementerio, paso de armas rápidas porque tengo muy poca destreza.
Comienza la batalla. Los ataque normales los bloca muy bien, y con los fuertes cuesta algo más. La estamina se me regenera muy lentamente por el peso y por la armadura de gigante, pero guardando las distancias fui escapando. Algún golpe que no alcanzo a bloquear, y no me quita tanta vida como esperaba. Le doy tres toques, unos 144 cada uno, nada mal comparados con los 70 que le quitaba con la Uchigatana cuando me enfrenté a él la primera vez.
1/8 de vida, como era de esperar, empieza a cargarse de oscuridad, no llego a tiempo por lo lento que soy, me como la explosión, y me pega una estocada. Muy al límite. Guardo distancias para intentar reponerme, y lo consigo tras gastar varios frascos. No me deja en paz ni un momento. Intento seguir alejándome hasta que se le pase el efecto del powerup, y cuando puedo, algún golpe esporádico para ir haciendo algo. Se le termina el efecto, y me acerco. Mismo patrón, esperar a que termine un combo o un ataque, y darle. Cuando va por segunda vez a buffearse, me lanzo a por él, y al límite, consigo pararle. Así un par de veces más, y finalmente, consigo vencerle. Primer enfrentamiento, NG+, victoria. Sorprendente cuanto menos, puedo darme con un canto en los dientes por tal hazaña.
Y ahora, supongo que iré a por Kalameet que quiero la Espada de Obsidiana.