Cuando transformas a Daenerys en psicópata deja de formar parte de un posible final feliz.
Para que el final fuese gris, tendrían que habernos dejado dudas sobre cuan ida de olla estaba Danny. Tras el discurso y la charla con Jon pasa a villana irredimible, sin más.

Pues final cumplidor de la serie eh yah. Las escenas finales de la serie, que se supone deberían estar cargadas de fuerza y significado (Jon/Aegon, Arya y Sansa), no me han dicho mucho, pero he disfrutado la reunión del consejo real.

Sobre el final, pues simplemente había que cerrar. Buenas escenas en algunos momentos, pero eso, que tocaba bajar telón y terminar de una santa vez. Es curioso, porque salvo desmentido oficial de GRRM, se supone que el Rey será Bran el Tullido, aunque el camino para llegar a él no será igual si el cabrón obeso saca los dos libros que quedan. Así, se junta la falta de material literario de una saga que lo necesita como el comer por su complejidad argumental, con que D&D son limitados de narices como showrunners.

Bueno, pues ha terminado todo, y la verdad, agradezco este viaje de unos siete años, porque yo me puse con la serie en 2012 con las dos primeras temporadas de tirón, aunque terminé de verlas a mediados de ¿Julio? Porque no podía con el ritmo semanal de A3 con la primera. Quizás, cuando vuelva a verla de tirón me lamente de todo, pero ver las siete temporadas también de tirón como preparación a esta octava, me siguió dejando buen sabor de boca al menos. Ojalá las cosas se hubieran hecho mejor, pero no me quejo.