Estimada madre. Estimado padre. Este sábado pasado, a eso de las nueve de la noche, en plena calle Manuel Llaneza, su hijo estaba burlándose, molestando y vejando al indigente que estos días duerme en el rellano de los cajeros automáticos de Cajastur. No lo hacía solo. Para actos de esta cobardía moral se necesita siempre estar rodeado de una pandilla de amigos, todos de su misma edad, su mismo perfil de ropa y su mismo nivel de inteligencia emocional. Con lo que quiero decirle que era joven, vestido de niño bien e imbécil. Lo de joven es una enfermedad que se cura con los años. Lo de la ropa indica que procede de buena familia. Lo de imbécil no se trata de un insulto sino de la manera como en psicología se define a los débiles mentales (del latín imbecillis, débil).

Como les llamé la atención, cambiaron inmediatamente el destino de los improperios de su valentía pandillera. Me conocían perfectamente. En todo momento me llamaron por mi nombre, al que fueron añadiendo los adjetivos e interjecciones propios de la edad y el lugar. Escasos y poco imaginativos, es cierto. Pero, normales para su corta capacidad formativa, no sólo en lo que podríamos llamar educación social sino también en gramática. Y, entiendo que por su edad, todos han dado en el instituto Educación para la Ciudadanía, la mayor parte ha hecho la comunión y asiste a la optativa de Religión en clase y de Gramática tendrán el codo pelado y callos en los dedos de hacer árboles sintácticos. Que, como puede comprobarse, para poco o nada ha servido en su conjunto.

Y le digo todo esto, estimada madre, estimado padre, porque su hijo no les hablará de esta gloriosa hazaña en pandilla. Ni tampoco les dirá que, un paisanu mayor, de un único guantazo al primero que se puso farruco y a mano, les hizo dar suela a todos ellos calle abajo. Lo que toda la vida se llamó una hostia a tiempo. Como me dijo uno de mis amigos a poco del suceso: esto sólo sirve para que te metas en un lío. Es cierto. Me encantan los líos. Toda la vida me he metido en ellos. A pesar de la edad, voy a seguir haciéndolo. Me pasó más veces. Una de ellas, vino un padre muy ofendido a defender a su hijo. También tengo respuesta para padres así. Muy macarra, me dicen mis amigos. Pero, ye lo que hay, donde yo estudié además de muy buenos profesores de gramática tuvimos mucha práctica de guantazo limpio.

Sé, es cierto, que son muy jóvenes y que tienen todavía mucho que aprender y mucha vida por delante. Pero, también sé, que para que en el futuro no sean unos mierdas más imbéciles de lo que apuntan con sus pocos años, es bueno que un paisanu mayor les haga correr calle abajo con el rabo entre las piernas. Que se vean, por una vez en su vida, como el indigente de los cajeros automáticos de Cajastur: acojonados.

http://www.lne.es/caudal/2013/12/11/guan...12891.html



Bastante de acuerdo con esto, la verdad. Lo comparto porque me ha parecido interesante.

No soy partidario de la filosofía de 'Le letra con sangre entra', pero sí ferviente defensor de que una hostia a tiempo quita mucha tontería, y que hoy día hace falta un carnet para ser padre/madre. De lo contrario, se corre el riesgo de que imbéciles traigan niños al mundo, y estos niños, se conviertan en imbéciles también.

(11-12-2013 21:23)DarkBlade69 link escribió:No soy partidario de la filosofía de 'Le letra con sangre entra', pero sí ferviente defensor de que una hostia a tiempo quita mucha tontería, y que hoy día hace falta un carnet para ser padre/madre. De lo contrario, se corre el riesgo de que imbéciles traigan niños al mundo, y estos niños, se conviertan en imbéciles también.

Yo tambien estoy a favor de la ostia de turno. Pero ahora si quieres regañar a un niño primero debes haber estudiado derecho, ahora son intocables.

Yo no estoy de acuerdo.

yo tampoco estoy de acuerdo, estoy seguro que ninguno de vosotros les gustaría que les dieran una ostia a la primera por algo que ayan hecho

Yo tampoco estoy de acuerdo. Se puede educar bien a un hijo sin necesidad de una "hostia a tiempo". Hay que enseñarlos a valorar a los demás, a ser críticos con la información que les llega y a pensar por sí mismos. Hay que ser estricto también, y enseñarlos a ser independientes. Y todo eso puede lograrse sin necesidad de levantarle la mano.

No es moler a palos, pero sí es saber pegar cuando hay que hacerlo.

Si un padre necesita darle una ostia a su hijo para corregir su comportamiento entonces es cuando habria que pensar que igual no esta siendo un buen padre o que directamente no tiene ni puta idea de como educar a un hijo. Los valores y la buena educacion no se enseñan a base de golpes.

Se puede educar sin violencia física. Impones mucho más con respeto y autoridad, claro que requiere más esfuerzo y dedicación. La hostia es la vía rápida.

No estoy de acuerdo. Entiendo el mensaje, pero emplear la violencia (verbal o física) con un niño es una muestra absoluta de desgobierno en el plano educativo familiar.

Ya si además la hostia se la mete otra, que se prepare, que la cosa termina de silla de ruedas en adelante.

Si unos chavales incordian a un mendigo y te quieres meter, lo único que tienes son tus argumentos. Las palabras educan. Los golpes y el miedo crean cobardes y mezquinos. Si con las palabras no bastan, entonces no te queda otra que chillar más alto.

Y paciencia.

La "hostia a tiempo" no es la primera opción a la hora de educar a un chaval.

A mi me han caido bofetones de todos los colores por trastadas de todo tipo (y como se suele decir, aquí estoy y sin ningún trauma), pero que yo recuerde, nunca motivados por algo como lo que refleja el texto. Vamos, es que nunca se me ha ocurrido algo de ese tipo. Y eso es porque recibí una educación con la que no hacía falta que me dieran un guantazo al hacer algo como esto, porque nunca se me ha pasado por la cabeza.

(11-12-2013 21:47)Tas link escribió:Si un padre necesita darle una ostia a su hijo para corregir su comportamiento entonces es cuando habria que pensar que igual no esta siendo un buen padre o que directamente no tiene ni puta idea de como educar a un hijo. Los valores y la buena educacion no se enseñan a base de golpes.

+1

Tampoco es que piense que por una cosa puntual que pase hay que quitar custodias o condenar, pero creo que el pegar es el remedio de mala manera de algo que YA has perdido. Es como intentar educar en el descuento de la forma que sea, cuando posiblemente el niño no hubiese hecho eso (lo que hiciese) si la educación hubiese sido desde el minuto 1 en su curso natural.

Personalmente, jamás me han tocado, incluso pocas veces me han levantado la voz, he crecido en un entorno bastante cuestionable (en la calle digo, donde mis padres seguro que no estaban contentos especialmente por ese entorno) donde todo aquel entorno ha acabado de mala manera hoy día, y ni por asomo se me ha ocurrido ni me ha hecho falta que mi padre me diga "Tú no hagas eso", y me he salido siempre de los líos donde se han metido y han provocado ese entorno a diario. Creo que esto se debe al buen hacer de mis padres desde el minuto 1 sin tener que recurrir a lo dicho.