Todo esto viene a que ayer hice una serie de batallas de boss que me tuvieron bastante al límite. Primero para conseguir los ojos del dragón de Zenithia y luego cuando me enfrenté a Kobol, que sobreviví porque en esa batalla está el carromato y los monstruitos que tenía ahí le pudieron quitar los 60 PV que le quedaban. Mención especial del boss que te engaña para empezar el combate con todos malditos, aunque por suerte es un mierdas y se muere solo. Ahora al menos tengo otra vez a la familia reunida y lo que tengo que hacer es ir a buscar a Perséfone al inframundo. Me gustó eso de viajar al pasado para cambiar el orbe, ya me suponía que cuando ves al protagonista siendo niño, el adulto acabaría haciendo alguna especie de "viaje en el tiempo". Tiene gracia porque eso hace que el protagonista tenga líneas de diálogo tanto de enano como de adulto, no sé si será el único protagonista de DQ que tiene eso. Estuvo chulo también poder volver a visitar el pueblo cuando aún no estaba destruido. E intentar persuadir a Teudis para que no fuera al castillo, pero sin éxito :'( EDIT: Por cierto, he amado los transportes aéreos de este juego, primero el castillo de Zenithia y luego el mismísimo Dragón de Zenithia. Después de la alfombra voladora es un detalle que me ha encantado.

Cuando empiezas el juego y encuentras en el primer pueblo un tio que parece como tu pero mas grande me quede "ostias, que parecido" y mas con la frase que me dijo me hizo pensar muchisimo (algo de que pase lo que pase nunca desfallezca ni me de por vencido), pero esque cuando descubro que soy yo mismo pero de mayor...y despues de sufrir todo lo que sufres y te ves a ti mismo de pequeño... aun con todo por pasar, sinceramente me parecio un detallazo precioso, muy triste, pero realmente precioso que engrandece al juego. Si es un detalle tonto, pero me encanto.┬á

Gadolt en Agniratha

Lo primero, al final resulta que el combate que creía que era opcional, era obligatorio para conseguir las llaves para abrir todo tipo de puertas pero bueno, resultó ser sencillito siendo algo más fuerte que la primera vez que lo intenté y siguiendo el patrón que hacía el boss. Que la espada de Zenithia le eliminara todos los buffs que se metía ayudaba. Pero bueno, saltemos a lo que importa. La batalla final es bastante espectacular, con lo dopado que va el mamón de Nimzo la verdad es que sientes que está por encima de cualquier ser existente. Aunque es un tipo de espectacularidad diferente a la batalla final del IV. En el IV estás todo el rato en tensión porque no sabes cuando el malo va a terminar de transformarse y morir. Nimzo consigue eso mismo tan solo engordando unos cuantos quilos y convirtiéndose en una fusión de un dragón y Jaffar Genio de Aladdín. Entre la cantidad de vida que tiene, que se cura y que le gusta abusar más de lanzar la ola debuff más que a cualquier otro boss, se convierte en una batalla que parece no tener fin. Hasta me ha matado un par de veces después de combates largos. Pero bueno, al final cayó, incluso diría que el golpe final se lo dio el hijo del héroe, quedando aún más chulo. Después de eso volver a visitar todas la ciudades importantes del juego, hablar con sus habitantes y con mis compañeros fue un detallazo. También cuando vuelves a tu país y ves que no solo sus habitantes están de celebración, si no que tus propios monstruos también, es impagable. Y por último ese baile final, con los padres del protagonista diciendo sus últimas palabras. Un final muy bonito.