Permitidme empezar el análisis con una pregunta. ¿Podría ser este el juego perfecto?

Bien, vayamos punto por punto. Inazuma Eleven Go Chrono Stones nos sumerge en una aventura en la cual una extraña organización futurista, conocida como El Dorado, pretende erradicar el fútbol, y para ello decide borrar al Raimon de Arion Sherwind de la historia. Hacerlo desaparecer, como si nunca hubiera existido. Arion y los suyos, para impedírselo, deberán viajar a través del tiempo a diferentes épocas de la historia de nuestro mundo para formar al equipo definitivo, capaz de hacer frente a El Dorado.

Hecho ese breve resumen de lo que es el juego, y aprovechando que he sacado el tema de la historia, decir que esta es simplemente, magnífica. Todas las épocas a las que viajamos están recreadas al detalle (personajes, situaciones, edificios) y gracias a ello, podemos meternos de lleno en los acontecimientos que tienen lugar en esos instantes del pasado. Además, la historia en sí, los acontecimientos que se van sucediendo, uno detrás de otro, etc, están hilados perfectamente, y es difícil aburrirse, por no decir imposible, mientras guiamos al Raimon a través del tiempo. Todos y cada uno de los personajes históricos a los que visitamos son realmente carismáticos, y su presencia no hace más que mejorar algo que ya era increíble de por sí. Además, cabe destacar el hecho de que con lo complejas y, en muchas ocasiones, contradictorias, que son las historias relacionadas con viajes en el tiempo, los señores de Level-5 han sabido explicar y dejar claro prácticamente todo de una forma bastante satisfactoria. Como decía, la historia te atrapa y, algunas veces, incluso llega a tocarte la fibra sensible. Una auténtica delicia recorrer el tiempo junto al Raimon, de verdad. Desde el primer momento hasta el último, la historia es, como decía antes, magnífica, perfecta.

Y cabe destacar que a pesar de las fácilmente 25 horas de juego que te puede llevar el superarla, cuando lo logras, no has hecho más que empezar el juego, pues, siendo honestos, la saga de Inazuma Eleven siempre ha sido una de las mejores en cuanto al post game que ofrecen, pero con esta entrega, se han superado.

Del resto de apartados no hay mucho más que decir. Jugabilidad de diez, como siempre, el sonido, perfecto, y no solo por los temazos que contiene el juego, sino por la sincronización de estos con los partidos, etc. Saber que los protagonistas tienen las cosas crudas, y acompañar eso de un tema triste, apagado, o ver que se empieza a remontar, y unir a eso una música motivadora, no tiene precio. Gráficos, de nuevo, de 10. Y por último, llegamos a la innovación, donde es innegable reconocer que de nuevo, se han superado.

Tenemos, por un lado, la posibilidad de fusionar a nuestros jugadores entre sí, lo que se nos presenta como Miximax Trans. ¿En qué consiste esto? Como decía, es una fusión entre dos jugadores: uno de ellos actúa de base, y el otro, le transfiere parte de su poder, y como resultado nos queda un jugador más fuerte y con una mezcla de apariencia entre ambos participantes. Y lo mejor es que no es una capacidad exclusiva de unos pocos personajes, no. Es algo que podremos llevar a cabo entre los más de 1500 jugadores que nos ofrece el juego.

Y por otra parte, nuestros jugadores serán capaces de despertar todo el poder de los espíritus guerreros uniéndose a ellos. ¿Cómo se puede hacer eso? Pues, siendo claros y directos, una armadura que representará al espíritu guerrero en cuestión cubrirá a nuestro personaje, aumentando su poder de forma considerable, y para los más nostálgicos, quizá las ya mencionadas armaduras les recuerden a cierta serie. Y al igual que el Miximax Trans, es una capacidad que podrá tener cualquier jugador.

Llegados a este punto, donde creo que no me dejo nada, aunque seguramente algo se me olvide, me gustaría responder a la pregunta que formulé al principio. ¿Podría ser este el juego perfecto? Por desgracia, no, pues me temo que la perfección, no existe, aunque si hay algo que se le parezca, sin duda alguna, es este título. Imprescindible para cualquier jugador que posea una Nintendo 3DS o 2DS. Incluso me atrevería a decir, por pretencioso que suene, que podría incluso merecer la pena el comprarse las consolas ya mencionadas solo con tal de poder probar este juego. Finalmente, le doy un merecidísimo 9,5, que seguramente no dejará indiferente a nadie, pero, como comento, creo que se lo merece. Buen trabajo, Level-5.