Yo es que no puedo pensar en
Blue Dragon sin que inmediatamente me venga a la cabeza
"WAAAAAAAAAAAAAAAAGH!!!! FEAR AND AWE, IN YOUR EYES, SHOWING YOU WHAT YOU CAN'T SEE" y a partir de ahí lo único que mi cabeza hace es seguir cantando y no escapaz de recordar otra cosa sobre el juego.
En fin, que siguiendo con el resumen típico de la semana. Hubieron cositas.
En la entrada anterior mencioné que no estaba muy seguro de si acabaría
Atelier Lydie & Suelle. Pues resulta que sí.
Como comenté, después del "jefe final" hay en realidad todo un último capítulo donde te dejan completar todo lo que te haga falta para conseguir el final que quieras. También te dan la prueba para subir tu atelier a rango S, la cual consiste simplemente en crear un objeto, cualquier objeto, pero con la mayor calidaqd posible. Creo que para conseguir la nota máxima debe tener un mínimo de 200 de calidad. Así que las gemelas se pusieron manos a la obra y llegaron a la cima del ranking de alquimistas del reino con la sorprendente creación de su magnífica magnum opus... un jarro de agua destilada.
Pero hey, era un buen jarro. Con mucha agua. Que era muy agua y muy destilada.
En fin, que llegando al final y habiendo completado así la última trilogía de la saga (al menos por ahora), supongo que puedo compararla algo con las anteriores. El problema con la trilogía
Mysterious es que se siente bastante continuista y poco arriesgada, dando una sensación de estancamiento "a lo
Pokémon" incluso cuando la comparas con juegos de la trilogía anterior, especialmente
Shallie. Siempre he dicho que "más de lo mismo" es un paradigma válido que no tiene por que ser negativo por si solo (si sacasen un nuevo
F-Zero desearía con todas mis fuerzas que siguiese la fórmula del de GameCube, no quiero birguerias ni Miyamotadas), pero cuando ya llevas tantos juegos y muchos de ellos se sienten tan parecidos, ahí es cuando se convierte en un punto en contra. Y esto es teniendo en cuenta que
Firis, el segundo juego de la trilogía, realmente intentó darle unas cuantas vueltas de tuerca a la fórmula, y es algo que aprecio y respeto a pesar de que no acabase de funcionar. Es una lástima que
Lydie & Suelle sea el tercer juego de la trilogía, porque bajo mi punto de vista es el mejor. Sería el juego que recomendaría jugar si solo se fuese a jugar a uno, pero claro, siempre teniendo en cuenta que van a aparecer personajes de juegos anteriores y que muchas referencias puede que pasen por alto. Siendo una saga donde la trama no es que importe mucho no creo que sea un problema muy notable, pero igualmente vale la pena mencionarlo.
El tema de los cuadros es curioso, pero no se le saca mucho partido. En la práctica acaban siendo localizaciones normales y corrientes como cualquier otra, simplemente tienen una temática algo más surrealista, pero acabas yendo a ellas por las mismas razones que todas las demás. La historia tiene un poco más de enfoque que los dos juegos anteriores de la trilogía, pero sigue sin ser el centro de atención, quedando más en segundo plano que en juegos como
Totori o
Ayesha. La plantilla de personajes probablemente sea la mejor de la trilogía, las escenas de las gemelas con el resto de personajes son entretenidas, el sistema de alquimia está también algo mejor explicado que en juegos anteriores... Pero tras haber jugado a tantos juegos de la saga que no se sentían muy distintos, el agotamiento le ha pasado factura.
A partir de aquí la saga desecha la fórmula de las trilogías y empieza a hacer cosas varias, empezando por sacar una secuela sorpresa de la trilogía
Arland y luego siguiendo con una duología, y finalmente con otra secuela de
Mysterious... Pero que hayan desechado esta fórmula no significa que la jugabilidad vaya a cambiar. Veremos si este cambio de paradigma supone algo con respecto a la jugabilidad cuando me toque jugar a
Lulua.
Me ha gustado: Muy simpático. Es el mejor escrito de los tres juegos de la trilogía.
No me ha gustado: No intenta salirse de la fórmula en absoluto. Se siente muy continuista con respecto a juegos anteriores.
La siguiente parada entonces es
Phantasy Star III: Generations of Doom.
La tercera entrega de la saga es la oveja negra, un juego que muchos fans de la saga prefieren hacer como si no existiese. Lo he oido llamar incluso "insulto" al resto de la saga, pero claro, Internet es Internet y yo prefiero establecer mis propias opiniones.
Y mi opinión es que el juego es bastante malo.
Pero vayamos por partes.
Phantasy Star 3 se separa de los dos anteriores al no suceder en el mismo sistema solar ni ser una secuela tam implícita como las anteriores. En vez de eso establece un nuevo mundo de países interconectados por túneles subterráneos y... Vale, quitémonoslo de encima: Cada una de estas regiones es una bio-esfera en una estación espacial. Esto es técnicamente un spoiler, pero siendo el juego que es se ve venir a años luz, y no es para nada tan inesperado como cuando
Might & Magic se marcó la misma trama en su momento. Sea como se, años atrás una pareja de héroes llamados Orakio y Laya iniciaron una guerra el uno contra la otra y acabaron dividiendo el mundo entre los que siguen a cada uno de ellos. Incluso ahora que el conflicto ya ha cesado, los países siguen enfrentados los unos contra los otros dependiendo de a quien adoren, y el juego empieza con el personaje de Rhys, príncipe de Laden, una de las naciones del lado de Orakio, que en el día de su boda ve como su prometida de pronto es abducida por un demonio al más puro estilo
Ghosts and Goblins.
La aventura de Rhys para rescatar a Maia no es más que una porción del juego, porque el principal as bajo la manga de Phantasy Star 3 es el sistema generacional. Al rescatar a Maia, Rhys tiene la opción de casarse con ella o con otra chica llamada Lena, y dependiendo de la elección del jugador la historia continua con un hijo u otro. Estéticamente no hay mucho donde elegir porque todos los protas parecen
lores genéricos de Fire Emblem, pero en cuanto a gameplay la cosa cambia un poco más y algunos hijos tienen magias de ramas que otros no tienen. Además la trama de cada hijo puede cambiar. El juego sicede a lo largo de tres generaciones, y entre cada una los únicos personajes que se mantienen constantes son Mieu y Wren, los dos androides que sirven como guardaespaldas de la familia y siempre van contigo.
Lo que no cambia, sin embargo, es el mapeado, y aquí es cuando entramos en los aspectos malos. El juego te hace recorrer una y otra vez las mismas zonas, especialmente esos túneles que conectan las distintas zonas. Hay bastante backtracking, pero es que además el juego... es feillo. Todos los pueblos parecen iguales, y un gran porcentaje de las mazmorras también. Pero eso no es lo peor.
Ya comenté cuando lo jugué que
Phantasy Star 2 me parecía un juego hecho a mala leche debido al diseño sádico de sus mazmorras y a su elevado nivel de dificultad.
Phantasy Star 3 afortunadamente logra evitar estos problemas en mayor o menor grado. Las mazmorras no son el masoquismo encarnado, y a pesar de que el juego no es lo que yo llamaría fácil, contiene bastante menos farmeo. Y, sin embargo, la situación no es mucho mejor. Veréis, por muy mala hostia que
Phantasy Star 2 pudiese mostrar, había UNA COSA con la que decidió ser más o menos clemente. Efectivamente, dentro de lo que cabe, el ratio de combates aleatorios de ese juego no era especialmente asfixiante.
El de
Phantasy Star 3 sí lo es.
No son solo los combates una constante, sino que dentro de ellos pueden haber tranquilamente OCHO MONSTRUOS que además tienen una facilidad sospechosa para realizar ataques por sorpresa. Los personajes en este juego no tienen muchos puntos de magia, así que las curas son escasas y la exploración puede convertirse rápidamente en una lucha cuesta arriba. LAs cosas se hacen más fáciles a medida que avanzas cuando se te unen más personajes y con ellos más puntos de magia que gastar en curación, pero el ratio de encuentros sigue siendo un dolor de muelas que hace que explorar las mazmorras se haga pesado y tedioso. A pesar de que, como dije, no son ni la mitad de complejas que las del juego anterior.
La narrativa tampoco es que mejore mucho con respecto al juego anterior. Sigue teniendo esos diálogos escasos y arcaicos de la generación anterior, pero así como quien no quiere la cosa ya estoy en la tercera y última generación. Este no va a durar mucho más...
Lo prometido es deuda: Acabado
Dungeon Keeper 2.
El último nivel, en el que te enfrentas contra el rey, solo presenta dificultades al principio. Tu mazmorra está cerca de cuatro portales de héroes por los que van entrando grupos de bienhechores cada cierto tiempo. Estos grupos no son de un nivel especialmente alto, pero si no encuentras y desactivas esos portales puede que acaben causándote bajas suficientes como para acabar superándote en número. El desafio inicial del nivel consiste en conseguir criaturas y entrenarlas lo suficientemente rápido como para poder parar las primeras arremetidas de los héroes y empezar a buscar esos portales, pero a medida que los vas desactivando la situación se va haciendo cada vez más fácil, y cuando finalmente has desactivado los cuatro pues... A partir de ahí es prácticamente una victoria asegurada. El rey se mantiene resguardadito dentro de su fortaleza y puedes tomarte todo el tiempo que quieras para preparar tu asalto.
Una vez te cargas al rey hay un enfrentamiento adicional contra dos guerreros de piedra, pero es como si dicho enfrentamiento no existiese. Los guerreros no salen de la sala así que no suponen ningún peligro, y mueren enseguida tan pronto como invocas a Horny para que vaya a por ellos (que, de hecho, creo que es la única forma de derrotarlos). Con todo ello, este último nivel no me ha parecido tan difícil como otros que habían venido antes.
Pero es que
Dungeon Keeper 2 en general es bastante más fácil que la primera entrega. En el primer juego habían muchas misiones que te ponían en una clara desventaja, o te castigaban por cavar demasiado profundo y acabar por abrir brechas por error al territorio enemigo. Dungeon Keeper 2 en su lugar tiene misiones más variadas, no tiene tantas que sean combates contra otros guardianes. La diferencia de niveles entre criaturas no marca una diferencia tan notable como en el primer juego, lo cual también juega en tu favor, y por supuesto luego estña Horny, que en el primer juego era una especie de reactor nuclear inestable que a la mínima se volvía en tu contra, mientras que en este es una especie de invocación cuyo único problema es que no puedes controlarla directamente.
Así pues... ¿Prefiero el primer o el segundo juego? Pues a ver, el primero tenía una mejor selección de monstruos bajo mi punto de vista (perder a los dragones por algo como el ladrón desde luego no se siente como un buen intercambio), pero el segundo tiene mejor variedad de objetivos de misión. El segundo introduce algunas mecánicas de las cuales no soy muy fan (el foso de combate, o el hecho de que por alguna razón la IA se siente más tonta que en el primer juego) pero también incluye una buena cantidad de mejoras de calidad de vida y modernización que se hacen notar y se agradecen. El primero es más desafiante, pero al no ser los niveles de las criaturas tan importantes en el segundo pasas menos tiempo de inactividad simplemente viendo como entrenan. Con todo esto, la verdad es que me cuesta decidir cual de los dos es mi favorito.
Poco importa, porque tanto
Dungeon Keeper como
Dungeon Keeper 2 se llevan una S en mi lista de tiers.
Me ha gustado: Mejoras de calidad de vida frente al primero. La voz del narrador sigue siendo puro sexo. Mayor variedad de objetivos en la campaña.
No me ha gustado: Algunos cambios en las mecánicas no me convencen del todo. No sé por que la IA de las criaturas parece más tonta que la del primer juego.
Acabaremos la semana con
Legend of Grimrock 2.
Aunque la verdad es que es el juego del que menos tengo que decir porque simplemente me he dedicado a avanzar y poca cosa más. Ahora mismo estoy explorando las ruinas de Desarune, al Oeste de la isla del río. Esta zona es un poco decepcionante porque debido a la nueva estética más "al aire libre" de este segundo juego me esperaba explorar un pueblo con casas en ruinas o cosas así... Pero no, en realidad es una mazmorra interior que se siente como las del primer juego. Lo cual no es malo de por sí, pero... Sí poco destacable.
Las ruinas en sí han sido un salto de dificultad considerable, sin embargo. No sé si es que la he liado parda al hacer los builds de mis personajes, pero siento que me cuesta derrotar a algunos enemigos. Los cangrejos gigantes duran la vida, por ejemplo, aunque supongo que esa es la gracia de esos bichos. Pero luego los limos también son un dolor de muelas, y los elementales de hielo esos ya ni te digo. Bailar alrededor del enemigo siempre ha sido una técnica importante, pero aquí lo llevan a otro nivel. Algunos enemigos te matan en segundos si te acorralan.
De hecho llevo ya unos días en las ruinas, que parece que no se acaben nunca. Estoy explorando el tercer nivel subterráneo, que espero que sea el último, y entonces creo que seguiré hacia el Oeste. Hay una zona de alcantarillas o algo así que parece interesante.
Hablando de pasar días, el juego casi hace que me sienta mal por no dar de comer a mis chicas. Los personajes tienen una barra de hambre que va disminuyendo con el tiempo, pero el único efecto que parece tener el hambre es que impide que tus personajes regeneren vida y maná de forma automática. Así pues, si tus personajes no están heridos o tienes otros medios para curarte, la verdad es que no es necesario mantener el hambre controlada, aunque para los magos esto es más complicado porque tampoco regenerarán puntos de magia y se quedna algo inútiles. Pero hey, montándomelo bien (y gracias a la habilidad pasiva de la alquimista que es capaz de duplicar hierbas con las cuales puedes crear pociones distintas) estoy consiguiendo ir por la vida con un grupo de cuatro aventureras muy, muy hambrientas.
Esta semana hemos acabado un juego en el que nos hemos enfrentado a un monstruo de tinta negra en un mundo de pintura y color, y para la que viene vamos a empezar con otro que tiene un concepto similar a la vez que es totalmente distinto. Además se viene el parche 6.2 del
FFXIV y... Más mazmorreo, por supuesto, eso siempre.