Primero, uno de los compañeros mencionó hace unas semanas que le molaba la idea de probar el
Arkham Horror. Después de reirme siniestramente durante un rato, le concedí sus deseos este mismo Viernes.
Cuando hablo de
Arkham Horror, me estoy refiriendo a la segunda edición. Han sacado una tercera hará un año y pico o así, pero no la tengo.
Arkham Horror fue el juego que me inició en el mundillo de los juegos de mesa. Sí. El insondable, ortopédico y devorador de mesas
Arkham Horror fue mi juego de entrada. Debido a esto le tengo bastante cariño... Aunque no puedo negar que desde entonces haya jugado a bastantes cosas que le pegan veinte patadas.
En el juego cada jugador lleva un investigador, y se mueven por la ciudad teniendo encuentros, recolectando pistas y cerrando portales. Las cartas de encuentro son el principal aliciente del juego, en el que cada vez que acabas tu turno en una localización tienes que leer una carta que te relata lo que le ocurre a tu personaje y por lo general le hace hacer una tirada de habilidad para ver si le salen las cosas bien o no.
Arkham es un juego que no es especialmente difícil de entender, pero que tiene un montón de reglas y es muy difícil no olvidarse de alguna.
En esta partida elegí a Azathoth como el primigenio al que teníamos que enfrentarnos, al ser el más sencillo, y repartí los personajes de manera aleatoria. Uno de mis amigos recibió a Patrice Hathaway (la violinista) como personaje, y ahí fue cuando me di cuenta de que íbamos a ganar la partida por goleada. Efectivamente, cuando acabamos la partida Azathoth no había llegado ni a la mitad de su medidor de despertar. Patrice está así de rota.
Para quienes les interese el
Arkham, supongo que recomendaría antes probar con el
Eldritch Horror, que es una versión más moderna del mismo concepto y con la misma ambientación. No he jugado a la tercera edición de
Arkham Horror, solo sé que es un juego completamente distinto, así que no puedo decir nada sobre ella.
Después de eso, para descansar, jugamos una partida a
Dominion.
Dominion es el "deck builder" por antonomasia. Empiezas con un mazo de mierda lleno de cartas débiles, y tienes que ir comprando cartas más fuerte a la vez que te deshaces de la purria. Te creas el mazo comprando las cosas que ves en el mercado e intentas crear uno que funcione mejor que el de tus adversarios.
No sé si
Dominion fue el primer deck builder que existió jamás, pero desde luego sí fue el que causó la revolución. A partir de él se popularizó el concepto y empezaron a salir un montón de juegos con gameplay muy similar, como
Thunderstone,
Race for the Galaxy,
Clank! o
Marvel Legendary. Si bien muchos de estos dan vueltas de tuerca muy interesantes a la mecánica,
Dominion sigue teniendo un rincón especial para mí debido a la cantidad de contenido que tiene con todas sus expansiones, y esto lo convierte en mi favorito del grupo. Sí, no tiene una mierda de temática. Sí, es básicamente un solitario a cuatro bandas donde los jugadores apenas interactuan entre ellos. Da igual, sigue siendo un puzzle muy entretenido que en cada partida es distinto.
En la partida, fui directo a por una carta que te permite eliminar contenido de tu mazo para intercambiarlo por cartas que valiesen un poco más, y mediante esto al final acabé ganando. Algo raro, porque no suelo ganar las partidas a
Dominion.
Por si no lo recordáis, hace tiempo jugué la primera misión de
Arkham Horror: The Card Game. Y ahora he jugado la segunda.
El segundo escenario, "Máscaras de Medianoche", es raro ya que técnicamente no puedes perder. A grandes rasgos tienes que explorar la ciudad gastando pistas para hacer que vayan saliendo los sectarios. Una vez están fuera puedes o bien matarlos o bien sobornarlos de alguna forma para que cesen en su empeño. Hay seis sectarios en total (sin contar los enemigos genéricos), y la idea es capturar cuantos más mejor, pero en cualquier momento puedes decidir acabar la partida y contentarte con lo que tienes. El siguiente escenario de la campaña, sin embargo, se hace más difícil cuantos más sectarios escapasen en éste.
Yo logré atrapar a tres de los sectarios antes de que uno de mis personajes quedase inconsciente por el efecto de una carta de traición. A partir de ahí se empezó a hacer algo más cuesta arriba, apareció un sectario que es básicamente una especie de cazador con una calavera en la cabeza, y decidí cortar pérdidas y enfrentarme al siguiente escenario con la mitad del trabajo hecho. Todavía no lo he hecho, pero ya veremos cuan difícil acaba siendo.
Y para finalizar el círculo Lovecraftiano, decir que también he empezado a jugar una partida de rol por Discord ambientada en Cthulhu usando el sistema de
Cultos Innombrables. Mi personaje es una chica tibetana llamada Rinzen que creció en un monasterio donde los monjes recibieron una profecía acerca de que ella era la elegida (para qué, nadie lo sabe aún). Rinzen salió del Tibet en peregrinación, acabó metida a acróbata en un circo. Entabló amistad con una prostituta que de vez en cuando iba a ver su función para escapar de su vida cotidiana, y ahora la prostituta está muerta y Rinzen se ha unido a una compañera de trabajo de la difunta, un gangster y un párroco para descubrir lo que ha pasado.
No solo le he puesto las aptitudes físicas al máximo (suma 21 a sus tiradas de defensa, es puro cáncer), también le he dado poderes exorcistas, aunque más modestos. Ya avisé al máster de que mi intención era estirar su buena voluntad hasta donde fuese posible. De hecho sigo impresionado de que me haya dejado llegar tan lejos.