Diario del Bibliotecario Rossonius, año cuarenta mil y pico. Hemos alcanzado un pecio espacial, también conocido como Space Hulk, recién salido del espacio disforme. Lo hemos abordado porque ahí hay reliquias importantes para nuestro capítulo, que dicho sea de paso, no tengo ni puta idea de cual es. Se supone que tanto el título del juego como la función de interceptar pecios llenos de abominables xenos es de la Guardia de la Muerte/Deathwatch, pero todo está rodeado de iconografía de los Ángeles Oscuros, así como de devoción al Leon. Pasa que mi armadura y la de los hermanos Apotecario y Gatling son putamente blancas, pero llenas de florituras, cuando deberían ser verdes entonces, o negras si fuéramos de la Guardia.
En fin, esto está petao de tiránidos, que tanto nos disparan como nos salen en oleadas cuerpo a cuerpo. La cosa no es fácil porque el Hermano Gatling no acierta ni a un elefante en un pasillo, pero el Hermano Apotecario si me cura cuando veo que mi servoarmadura está roja. También estoy tirando por el retrete mi capacidad de generar puertas psíquicas, porque con tocar levemente el botón de los cuadraditos interconectados en el mando de la One comienza el proceso de la invocación de las preciadas puertas a la armería y centro de restauración del Mechanicus, sin saber como cojones cancelarlo, que habrá una forma, pero el Emperador no me ha dicho ni papa.
También tengo poderes psíquicos como buen Bibliotecario que soy que tanto me permiten luchar mejor contra esas hordas sin mente propia, como lo de invocar puertas psíquicas temporales, y ser el tío más gafe del universo con mi capacidad de precognición, porque solo veo desgracias para los míos, es que ni una cosa buena, pero ni una.
Así he terminado mi andadura palmando tras una inacabable oleada tiránida al activar unos generadores. Es que esto va así, aquí una vez que los enemigos se dan a conocer, salen cada cierto tiempo, no te dan espacio a que se recarguen las habilidades y avanzar con algo más de calma a la siguiente sección.
Si así es como el Emperador Protege, me paso a los Necrones, hoygan