[Hilo Oficial] Café y Libros

[lordlizard]

Acabemos con esto...


Leido Cartas en el Asunto, de Terry Pratchett.
 

Húmedo Von Mustachen (sí, ese es su verdadero nombre) es un artista de las estafas. Sus timos han sido cientos y sus faroles legendarios, pero tenía que pasar que tarde o temprano la justicia le echase guante y se encontrase cara a cara con la horca. O quizá no, porque Lord Vetinari le ofrece un trato a cambio de evitar su ejecución: Hacerse cargo de la vieja y destartalada oficina de correos de la ciudad y restaurar el servicio postal, que ha ido cayendo en desuso desde la instauración de las torres de Clacs de comunicación. Húmedo descubrirá que la tarea no es tan simple como la pintan, especialmente cuando la empresa de los Clacs tiene una clara inclinación a la competencia desleal y a las medidas extremas.

Cartas en el Asunto es el libro #33 de la saga de Mundodisco, y el primero de la subsaga de Húmedo Von Mustachen, que es la última introducida por Pratchett dentro de la serie. En realidad viene a ser la sucesora de la subsaga de la revolución industrial de Ankh-Morpork, de forma similar a como Tiffany es la sucesora de la subsaga de las brujas. Esto se nota un poco porque ciertos temas que la novela toca fueron tocados ya por el último libro de la saga de la revolución industrial, La Verdad, como por ejemplo el efecto que las nuevas tecnologías tienen sobre la sociedad frente a los métodos tradicionales, y el conflicto de intereses entre ambas empresas.
La historia de Cartas en el Asunto no va solo sobre conflictos corporativos, sino que también es una historia de redención. Húmedo es un criminal con todas las letras, y su primera intención al ser asignado a su nuevo trabajo es la de buscar cualquier oportunidad para fugarse. Es solo cuando se encuentra en la posición de director de correos y desubre que hay criminales peores que él (la empresa de los Clacs) que empieza a sufrir un cambio de miras. Y el tener asignado a un golem como agente de la condicional también ayuda, claro. Esto no cambia el hecho de que el tipo siga siendo un sinvergüenza, es solo que ahora empieza a poner sus artes de manipulación y showman al servicio de una causa justa, y esta dualidad lo convierte en un antihéroe interesante.
Los personajes que lo rodean también son bastante memorables, desde Stanley, el jóven empleado de la oficina con pasión por los alfileres, a la cínica y fumadora compulsiva Adora. El antagonista principal, D'Oropel, se siente bastante cercano porque es un reflejo del típico CEO corporativo cuya empresa va devorando pequeños negocios y apoderándose de ellos a base de talonario para posteriormente modificar la cultura original de la empresa y enriquecerse a base de las patentes, ideas o talento de los demás. Y que es básicamente un pirata en todo menos en nombre... y la novela lo lleva aún más allá haciendo que el tipo REALMENTE vaya vestido como un pirata, con loro y todo incluído. El tipo no solamente actúa como antagonista por ser un capullo, sino que también sirve como baremo para Húmedo, puesto que se trata de otra persona como él, excepto que mejor. Parafraseando un poco lo que Húmedo dice al conocerlo "Entonces te das cuenta de que siempre hay alguien mejor que tú en lo que haces". Esto vuelve a remarcar el motivo argumental del perdedor contra el pez gordo, el pequeño timador de la calle contra el tiburón corporativo, el servicio postal contra la red de torres de comunicación.
En el ámbito del humor, no me dio la sensación de que el libro fuese especialmente gracioso en comparación con otros, pero lo compensa con una historia bastante sólida. A diferencia del debut de Tiffany en Los Pequeños Hombres Libres, creo que la primera aparición de Húmedo ha sido bastante fuerte.


Y con esto pongo fin a mi deuda. Voy por la mitad del siguiente (y último) libro de El Cementerio de los Libros Olvidados, pero es un buen mazacote, así que tardaré algo más en realizar esa entrada. Os dejo por fin en paz. A vosotros y a mi mismo.