23-01-2023 15:02
La siguiente entrada había sido escrita entera de pe a pa hace tiempo ya, pero una serie de problemas hizo que perdiese todo el texto que había escrito.
Dos veces.
Sip.
Por eso he tardado tanto en escribirla. Me daba muchísimo palo tener que volver a hacerlo. Los libros ya habían sido leidos cuando escribí la entrada anterior, para que os hagáis una idea de hasta donde ha llegado la procrastinación.
Pero bueno, al grano. Leído El Último Héroe, de Terry Pratchett.
Cohen el Bárbaro, héroe y emperador, se está haciendo viejo. Sus años de aventuras son cosa de los libros de historia, y contempla como el mundo en el que ya no existen los héroes como los de antes lo están dejando atrás. Y eso le resulta detestable. Las cosas no deberían haber sucedido así. Se suponía que debía morir en glorioso combate, no viendo como su vida se marchita y se escapa de sus manos. Junto a su horda de aventureros (y quizá también algún villano de la vieja escuela) decide emprender un viaje hacia el monte donde habitan los dioses para pedir explicaciones... a su manera. Y cuando en Ankh Morpork se enteran de esto, un grupo de voluntarios es rápidamente establecido con la misión urgente de pararle los pies antes de que sea demasiado tarde y la arme parda.
El Último Héroe es el libro #27 de la saga de Mundodisco, y el #7 de la subsaga de Rincewind... supuestamente, aunque la verdad es que Rincewind en sí tampoco parece tener tanto protagonismo. Ciertamente, Cohen recibe prácticamente toda la atención aquí, aunque el libro en realidad está dividido en dos partes; la que lo sigue a él, y la que sigue a la expedición de Ankh Morpork. La primera relata un viaje de un grupo de aventureros, haciendo uso de bromas del estilo del abuelo cascarrabias y mofándose de tropes típicas sobre héroes y villanos, mientras que la segunda recuerda un poco a una historia de Julio Verne. Ninguna de las dos se me ha hecho especialmente destacable.
Pero es que en este caso la historia no es el principal atractivo del libro, y aquí es cuando pasamos a hablar del elefante en la sala: El Último Héroe es un libro especial dentro de la saga del Mundodisco. Para empezar, es el primer libro de la saga que está ilustrado por Paul Kidby, quien se convierte en el ilustrador oficial de la saga a partir de ahora, sustituyendo a Josh Kirby, quien desafortunadamente murió durante el año de publicación de esta misma entrega (y sí, los apellidos de ambos dibujantes se diferencian en una sola letra, así que hay que andar con tres pares de ojos cuando hablas sobre ellos si no quieres confundirte). En comparación con los dibujos de Kirby, quien tenía tendencia a dibujar a los personajes muy a su manera (Rincewind aparecía como un anciano, y Dosflores, que era descrito como un "cuatro ojos" debido a que llevaba gafas, aparece en los dibujos de Kirby como alguien que LITERALMENTE tiene cuatro ojos), las nuevas ilustraciones de Kidby son mucho más fieles a los personajes creados por Pratchett, y prácticamente pueden considerarse como la apariencia oficial de estos.
Dedicar tanto tiempo a hablar sobre la ilustración de la portada podría parecer algo descompensado, pero es que no es eso lo que estoy haciendo: El Último Héroe es un libro ilustrado. Todo el libro está plagado de ilustraciones a color de las escenas y los personajes, algunas de ellas ocupando páginas enteras. Y eso es lo que lo hace especial frente al resto, no la historia. De hecho, la historia a veces parece incluso subordinada a las ilustraciones, por ejemplo al introducir una pequeña escena con la Muerte que no parece tener función alguna en la trama, y que parece haber sido introducida ahí solamente para que Kidby pudiese hacer un dibujo a doble página de uno de los personajes más memorables de la saga.
Debido a su naturaleza, el formato del libro es también distinto al del resto, más "cuadrado", para permitir una mejor convivencia entre las ilustraciones y el texto. Esta fue también la razón por la que no me importó pillarlo en Inglés. Normalmente soy bastante quisquilloso con lo de tener todos los libros de una saga en el mismo formato, pero eligiese la editorial que eligiese este libro iba a sobresalir en la estantería como un grano en el trasero, así que preferí pillarlo en Inglés porque en el momento en el que escribo esto la edición Española está completamente descatalogada y se encuentra por Internet a precios que superan los 200 euros.
Y definitivamente no es un libro que lo valga. Sin ánimo de desmerecer, que no me parece mal libro, pero más allá del tema de las ilustraciones tampoco es que sea especialmente notable, incluso dentro de lo que es Mundodisco en sí. A pesar de esto tiene sus cosillas. Me gustó bastante el final, en el que...
... Cohen y los suyos mueren de forma heroica, y cuando las valkirias acuden a llevárselos al Valhalla, los tipos les roban los caballos y se largan a buscar más aventuras por el cielo. ÉSE fue un buen final.
En el momento en el que escribo esto ya he acabado todo lo que hay de Dresden Files por el momento... Pero voy con múltiples entradas de retraso, así que el siguiente libro del que me toca hablar es Skin Game. De Jim Butcher, como siempre.
Harry Dresden, investigador privado y hechicero, tuvo que hacer un trato con Mab, la reina de la corte invernal, y acabó convertido en su subalterno. Esto significa que cuando Mab le debe un favor a alguien, Harry a menudo acude como brazo ejecutor para cumplir los deseos de esa persona. Esta obligación no tarda en morderle en el trasero cuando recibe la orden de ayudar a alguien a realizar un robo. Existen dos problemas, principalmente: El primero es que el objeto a robar se encuentra en las bóvedas del mismísmo Hades. Sí, ÉSE Hades. Por si querer robarle algo al dios del inframundo no fuese suficiente, el segundo problema es que el contratista no es otro que Nicodemus Archleone, líder de los Caballeros del Dinario Ennegrecido, psicópata profesional y uno de los archienemigos mortales más peligrosos de Dresden.
Skin Game es el libro #15 de la saga de The Dresden Files, y probablemente sea mi libro favorito de toda la saga. Dentro de lo que son los sucesos trascendentes a lo largo de toda la saga, no parece que vaya a suponer ningún "antes y después" en la trama. Sin embargo, la idea que el libro presenta es demasiado genial como para pasarla por alto.
Dresden se "alía" con uno de los villanos más irredimibles de la serie para dar un golpe. Pongo comillas porque desde el momento cero queda claro que dicha relación es una bomba de relojería y que absolutamente TODOS los implicados reconocen este hecho como si fuese un secreto a voces. La verdadera historia de todo esto consiste en Dresden intentando ganarse al resto de los integrantes de esta operación a lo Oceans 11 para que, una vez salgan los cuchillos, tenga de su lado a la mayor cantidad de gente posible.
Debido a esto todo el libro en cierta forma se siente como una especie de partida de ajedrez. El libro, al igual que el resto de la serie, sigue centrándose en la acción y resulta tremendamente "pulpy", por decirlo de alguna forma, de forma que las maquinaciones de los personajes tampoco es que sean lanzadas a la cara del lector. Si Butcher debe elegir entre un largo monólogo introspectivo y meter explosiones y tiroteos, el tipo elige los tiros, eso está claro. Igualmente, los movimientos de piezas están ahí, y el libro logra meter unas cuantas sorpresas inesperadas.
No todas son buenas, sin embargo. Mi mayor queja sobre este libro es la resolución que se le da a Hanna Ascher, un personaje que bajo mi punto de vista hubiese podido dar mucho más de sí pero que al final sentí un poco acelerado. Su "giro", por así decirlo, es bastante abrupto y me dio la sensación de que se podría haber tratado su situación de forma más interesante y cuidada. Por lo demás, este libro es Butcher en su salsa. Hay acción, hay drama, hay risas, y salvando ese pequeño punto creo que el resto está perfectamente hilado.
Dos veces.
Sip.
Por eso he tardado tanto en escribirla. Me daba muchísimo palo tener que volver a hacerlo. Los libros ya habían sido leidos cuando escribí la entrada anterior, para que os hagáis una idea de hasta donde ha llegado la procrastinación.
Pero bueno, al grano. Leído El Último Héroe, de Terry Pratchett.
Cohen el Bárbaro, héroe y emperador, se está haciendo viejo. Sus años de aventuras son cosa de los libros de historia, y contempla como el mundo en el que ya no existen los héroes como los de antes lo están dejando atrás. Y eso le resulta detestable. Las cosas no deberían haber sucedido así. Se suponía que debía morir en glorioso combate, no viendo como su vida se marchita y se escapa de sus manos. Junto a su horda de aventureros (y quizá también algún villano de la vieja escuela) decide emprender un viaje hacia el monte donde habitan los dioses para pedir explicaciones... a su manera. Y cuando en Ankh Morpork se enteran de esto, un grupo de voluntarios es rápidamente establecido con la misión urgente de pararle los pies antes de que sea demasiado tarde y la arme parda.
El Último Héroe es el libro #27 de la saga de Mundodisco, y el #7 de la subsaga de Rincewind... supuestamente, aunque la verdad es que Rincewind en sí tampoco parece tener tanto protagonismo. Ciertamente, Cohen recibe prácticamente toda la atención aquí, aunque el libro en realidad está dividido en dos partes; la que lo sigue a él, y la que sigue a la expedición de Ankh Morpork. La primera relata un viaje de un grupo de aventureros, haciendo uso de bromas del estilo del abuelo cascarrabias y mofándose de tropes típicas sobre héroes y villanos, mientras que la segunda recuerda un poco a una historia de Julio Verne. Ninguna de las dos se me ha hecho especialmente destacable.
Pero es que en este caso la historia no es el principal atractivo del libro, y aquí es cuando pasamos a hablar del elefante en la sala: El Último Héroe es un libro especial dentro de la saga del Mundodisco. Para empezar, es el primer libro de la saga que está ilustrado por Paul Kidby, quien se convierte en el ilustrador oficial de la saga a partir de ahora, sustituyendo a Josh Kirby, quien desafortunadamente murió durante el año de publicación de esta misma entrega (y sí, los apellidos de ambos dibujantes se diferencian en una sola letra, así que hay que andar con tres pares de ojos cuando hablas sobre ellos si no quieres confundirte). En comparación con los dibujos de Kirby, quien tenía tendencia a dibujar a los personajes muy a su manera (Rincewind aparecía como un anciano, y Dosflores, que era descrito como un "cuatro ojos" debido a que llevaba gafas, aparece en los dibujos de Kirby como alguien que LITERALMENTE tiene cuatro ojos), las nuevas ilustraciones de Kidby son mucho más fieles a los personajes creados por Pratchett, y prácticamente pueden considerarse como la apariencia oficial de estos.
Dedicar tanto tiempo a hablar sobre la ilustración de la portada podría parecer algo descompensado, pero es que no es eso lo que estoy haciendo: El Último Héroe es un libro ilustrado. Todo el libro está plagado de ilustraciones a color de las escenas y los personajes, algunas de ellas ocupando páginas enteras. Y eso es lo que lo hace especial frente al resto, no la historia. De hecho, la historia a veces parece incluso subordinada a las ilustraciones, por ejemplo al introducir una pequeña escena con la Muerte que no parece tener función alguna en la trama, y que parece haber sido introducida ahí solamente para que Kidby pudiese hacer un dibujo a doble página de uno de los personajes más memorables de la saga.
Debido a su naturaleza, el formato del libro es también distinto al del resto, más "cuadrado", para permitir una mejor convivencia entre las ilustraciones y el texto. Esta fue también la razón por la que no me importó pillarlo en Inglés. Normalmente soy bastante quisquilloso con lo de tener todos los libros de una saga en el mismo formato, pero eligiese la editorial que eligiese este libro iba a sobresalir en la estantería como un grano en el trasero, así que preferí pillarlo en Inglés porque en el momento en el que escribo esto la edición Española está completamente descatalogada y se encuentra por Internet a precios que superan los 200 euros.
Y definitivamente no es un libro que lo valga. Sin ánimo de desmerecer, que no me parece mal libro, pero más allá del tema de las ilustraciones tampoco es que sea especialmente notable, incluso dentro de lo que es Mundodisco en sí. A pesar de esto tiene sus cosillas. Me gustó bastante el final, en el que...
... Cohen y los suyos mueren de forma heroica, y cuando las valkirias acuden a llevárselos al Valhalla, los tipos les roban los caballos y se largan a buscar más aventuras por el cielo. ÉSE fue un buen final.
En el momento en el que escribo esto ya he acabado todo lo que hay de Dresden Files por el momento... Pero voy con múltiples entradas de retraso, así que el siguiente libro del que me toca hablar es Skin Game. De Jim Butcher, como siempre.
Harry Dresden, investigador privado y hechicero, tuvo que hacer un trato con Mab, la reina de la corte invernal, y acabó convertido en su subalterno. Esto significa que cuando Mab le debe un favor a alguien, Harry a menudo acude como brazo ejecutor para cumplir los deseos de esa persona. Esta obligación no tarda en morderle en el trasero cuando recibe la orden de ayudar a alguien a realizar un robo. Existen dos problemas, principalmente: El primero es que el objeto a robar se encuentra en las bóvedas del mismísmo Hades. Sí, ÉSE Hades. Por si querer robarle algo al dios del inframundo no fuese suficiente, el segundo problema es que el contratista no es otro que Nicodemus Archleone, líder de los Caballeros del Dinario Ennegrecido, psicópata profesional y uno de los archienemigos mortales más peligrosos de Dresden.
Skin Game es el libro #15 de la saga de The Dresden Files, y probablemente sea mi libro favorito de toda la saga. Dentro de lo que son los sucesos trascendentes a lo largo de toda la saga, no parece que vaya a suponer ningún "antes y después" en la trama. Sin embargo, la idea que el libro presenta es demasiado genial como para pasarla por alto.
Dresden se "alía" con uno de los villanos más irredimibles de la serie para dar un golpe. Pongo comillas porque desde el momento cero queda claro que dicha relación es una bomba de relojería y que absolutamente TODOS los implicados reconocen este hecho como si fuese un secreto a voces. La verdadera historia de todo esto consiste en Dresden intentando ganarse al resto de los integrantes de esta operación a lo Oceans 11 para que, una vez salgan los cuchillos, tenga de su lado a la mayor cantidad de gente posible.
Debido a esto todo el libro en cierta forma se siente como una especie de partida de ajedrez. El libro, al igual que el resto de la serie, sigue centrándose en la acción y resulta tremendamente "pulpy", por decirlo de alguna forma, de forma que las maquinaciones de los personajes tampoco es que sean lanzadas a la cara del lector. Si Butcher debe elegir entre un largo monólogo introspectivo y meter explosiones y tiroteos, el tipo elige los tiros, eso está claro. Igualmente, los movimientos de piezas están ahí, y el libro logra meter unas cuantas sorpresas inesperadas.
No todas son buenas, sin embargo. Mi mayor queja sobre este libro es la resolución que se le da a Hanna Ascher, un personaje que bajo mi punto de vista hubiese podido dar mucho más de sí pero que al final sentí un poco acelerado. Su "giro", por así decirlo, es bastante abrupto y me dio la sensación de que se podría haber tratado su situación de forma más interesante y cuidada. Por lo demás, este libro es Butcher en su salsa. Hay acción, hay drama, hay risas, y salvando ese pequeño punto creo que el resto está perfectamente hilado.
Las canciones que las Híades han de entonar,
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la sombría Carcosa
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la sombría Carcosa
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