20-10-2020 14:26
Leido el siguiente capítulo de Ulises.
Capítulo 12: Cíclope
El encuentro entre Ulises y Polifemo en la Odisea es probablemente uno de los más populares. En él, Ulises se introduce a sí mismo como "Nadie", justo antes de que el cíclope los encierre en su cueva y empiece a devorarlos uno a uno. Mientras el gigante duerme, Ulises le clava una estaca en el ojo. Cuando Polifemo empieza a aullar de dolor y sus vecinos cíclopes acuden en su ayuda, este grita "Nadie me ha dejado ciego", de forma que no son capaces de ayudarle. Los griegos se ocultan debajo de unas ovejas para pasar inadvertidos y logran llegar al barco, desde donde finalmente Ulises, en un acto de soberbia, le grita a Polifemo su verdadero nombre una vez ya se ha hecho a la mar. Polifemo, incapaz de ver pero usando la voz de Ulises como punto de referencia, lanza una enorme roca que casi logra hundir el barco.
En este capítulo, Bloom entra a un bar en busca de Martin Cunningham, con quien tenía que hablar de unos asuntos, pero al ver que no está por allí aún se ve envuelto en una conversación con los parroquianos. Tras un rato, Bloom sale del bar para acercarse a las oficinas en busca de Martin, tras lo cual rumores sobre él empiezan a circular en el bar (con una animosidad alentada por el hecho de que Bloom se negó a pagar una ronda cuando, siendo judío, según ellos seguro que le sobra la pasta). Durante la ausencia de Bloom, Martin entra en el bar. Bloom regresa poco después, pero para entonces el ambiente ya está caldeado y Martin se lo lleva antes de que las cosas se pongan feas.
Después del que bajo mi punto de vista fue uno de los peores capítulos del libro, Cíclope es con una norme diferencia el que más me ha gustado hasta ahora. Lo encontré genuinamente gracioso, y eso que se trata de un capítulo cargado de rabia, injusticia y crítica. Si Joyce ya dejó entrever su postura crítica ante el nacionalismo irlandés, este capítulo es ya un ataque directo y sin tapujos. Polifemo es representado por uno de los parroquianos del bar: Un viejo nacionalista tuerto conocido como "El Ciudadano", quien se dedica a despotricar y a soltar consignas patrióticas de barra de bar, pero también se deja claro que no existe acción alguna detrás de toda su palabrería (y convenientemente va acompañado de un perro de los que ladran pero no muerden).
Pero la razón por la que me gustó el capítulo fue la forma con la que está escrito. En realidad hay dos narradores: El narrador #1 es uno de los parroquianos del bar, y es una persona vulgar, ruda y con tendencia a los improperios. El narrador #2, sin embargo, viene a ser Tolkien en esteroides. Ambos narradores compiten por el control de la narrativa, y los súbitos cambios de tono entre ambos son bastante entretenidos. Por poner un ejemplo, la descripción de uno de los personajes al que ve pasar por la calle tras salir del juzgado:
Narrador #2: Un anciano de noble porte y continente, llevando los sagrados pergaminos de la ley.
Narrador #1: Esa mierda de viejo arlequín de Breen en sus babuchas de baño con dos malditos libros metidos bajo las alas.
Cuando el narrador #1 menciona algo sobre el cobro de una deuda, el narrador #2 de pronto irrumpe con una parrafada que hace referencia a todos los productos involucrados en la transacción, la normativa vigente y las condiciones del contrato. Cuando el Ciudadano empieza a rememorar héroes de Irlanda, el narrador #2 empieza a nombrar nombres y nombres, que empiezan siendo adecuados, pero a medida que avanza se le empieza a ir la olla y van siendo cada vez más y más absurdos (llegando incluso a enumerar a Cleopatra, Velasquez y Julio César como héroes irlandeses). Cuando uno de los parroquianos brinda por todos los presentes diciendo algo como "Dios nos bendiga a todos", el narrador #2 de pronto entra con otra parrafada acerca de como los ángeles y los espíritus santos descendiendo de los cielos para ofrecer sus santas bendiciones sobre los héroes reunidos en ese castillo.
Y ahí está la cuestión: Aunque el narrador #1 es una persona de escasa educación, antisemita y que parece sentir antipatía por prácticamente todo lo que lo rodea, sigue siendo más de fiar que el narrador #2, quien exagera las escenas hasta llegar al absurdo. Por mucho que describa al Ciudadano como "La figura de un héroe de anchas espaldas, vasto pecho, robustos miembros, ojos francos, cabellos abundantes...", la realidad es que el Ciudadano no es más que un viejo y amargado cascarrabias incapaz de hacer nada por si mismo. El narrador #1 tiende a simplificar las cosas, mientras que el #2 las enarbola de forma exagerada. Ambos puntos de vista son incapaces de llegar a un compromiso, casi como si fuesen personas que solo ven por un único ojo (el cíclope).
Como referencia final a Polifemo, al final del capítulo, cuando Martin se lleva a Bloom antes de que las cosas se pongan verdaderamente feas, Bloom menciona que Jesús era Judío. Esto provoca que el Ciudadano de pronto se levante, agarre una lata de galletas y corra detrás del carruaje donde van Martin y Bloom para tirársela, pero debido a que el hombre es un viejo mierdas sin fuerza y que el sol le cegaba la vista, falla estrepitosamente hasta el punto en el que el incluso el narrador #1 menciona lo patético de la escena...
... lo cual no evita que el narrador #2 cierre el capítulo describiendo como la lata de galletas, al caer, provoca una catástrofe de dimensiones bíblicas en la que un gigantesco terremoto acompañado de un ciclón destruye parte de la ciudad, miles murieron y los supervivientes pasaron años involucrados en las tareas de reconstrucción.
En una semana creo que tendré acabado el siguiente capítulo.
Habiendo pasado el capítulo 12, voy ya por la página 300... Lo cual significa que he llegado a la mitad del libro. Tres hurras por mí.
(Ultima edición: 20-10-2020 14:33 por lordlizard.)
Capítulo 12: Cíclope
El encuentro entre Ulises y Polifemo en la Odisea es probablemente uno de los más populares. En él, Ulises se introduce a sí mismo como "Nadie", justo antes de que el cíclope los encierre en su cueva y empiece a devorarlos uno a uno. Mientras el gigante duerme, Ulises le clava una estaca en el ojo. Cuando Polifemo empieza a aullar de dolor y sus vecinos cíclopes acuden en su ayuda, este grita "Nadie me ha dejado ciego", de forma que no son capaces de ayudarle. Los griegos se ocultan debajo de unas ovejas para pasar inadvertidos y logran llegar al barco, desde donde finalmente Ulises, en un acto de soberbia, le grita a Polifemo su verdadero nombre una vez ya se ha hecho a la mar. Polifemo, incapaz de ver pero usando la voz de Ulises como punto de referencia, lanza una enorme roca que casi logra hundir el barco.
En este capítulo, Bloom entra a un bar en busca de Martin Cunningham, con quien tenía que hablar de unos asuntos, pero al ver que no está por allí aún se ve envuelto en una conversación con los parroquianos. Tras un rato, Bloom sale del bar para acercarse a las oficinas en busca de Martin, tras lo cual rumores sobre él empiezan a circular en el bar (con una animosidad alentada por el hecho de que Bloom se negó a pagar una ronda cuando, siendo judío, según ellos seguro que le sobra la pasta). Durante la ausencia de Bloom, Martin entra en el bar. Bloom regresa poco después, pero para entonces el ambiente ya está caldeado y Martin se lo lleva antes de que las cosas se pongan feas.
Después del que bajo mi punto de vista fue uno de los peores capítulos del libro, Cíclope es con una norme diferencia el que más me ha gustado hasta ahora. Lo encontré genuinamente gracioso, y eso que se trata de un capítulo cargado de rabia, injusticia y crítica. Si Joyce ya dejó entrever su postura crítica ante el nacionalismo irlandés, este capítulo es ya un ataque directo y sin tapujos. Polifemo es representado por uno de los parroquianos del bar: Un viejo nacionalista tuerto conocido como "El Ciudadano", quien se dedica a despotricar y a soltar consignas patrióticas de barra de bar, pero también se deja claro que no existe acción alguna detrás de toda su palabrería (y convenientemente va acompañado de un perro de los que ladran pero no muerden).
Pero la razón por la que me gustó el capítulo fue la forma con la que está escrito. En realidad hay dos narradores: El narrador #1 es uno de los parroquianos del bar, y es una persona vulgar, ruda y con tendencia a los improperios. El narrador #2, sin embargo, viene a ser Tolkien en esteroides. Ambos narradores compiten por el control de la narrativa, y los súbitos cambios de tono entre ambos son bastante entretenidos. Por poner un ejemplo, la descripción de uno de los personajes al que ve pasar por la calle tras salir del juzgado:
Narrador #2: Un anciano de noble porte y continente, llevando los sagrados pergaminos de la ley.
Narrador #1: Esa mierda de viejo arlequín de Breen en sus babuchas de baño con dos malditos libros metidos bajo las alas.
Cuando el narrador #1 menciona algo sobre el cobro de una deuda, el narrador #2 de pronto irrumpe con una parrafada que hace referencia a todos los productos involucrados en la transacción, la normativa vigente y las condiciones del contrato. Cuando el Ciudadano empieza a rememorar héroes de Irlanda, el narrador #2 empieza a nombrar nombres y nombres, que empiezan siendo adecuados, pero a medida que avanza se le empieza a ir la olla y van siendo cada vez más y más absurdos (llegando incluso a enumerar a Cleopatra, Velasquez y Julio César como héroes irlandeses). Cuando uno de los parroquianos brinda por todos los presentes diciendo algo como "Dios nos bendiga a todos", el narrador #2 de pronto entra con otra parrafada acerca de como los ángeles y los espíritus santos descendiendo de los cielos para ofrecer sus santas bendiciones sobre los héroes reunidos en ese castillo.
Y ahí está la cuestión: Aunque el narrador #1 es una persona de escasa educación, antisemita y que parece sentir antipatía por prácticamente todo lo que lo rodea, sigue siendo más de fiar que el narrador #2, quien exagera las escenas hasta llegar al absurdo. Por mucho que describa al Ciudadano como "La figura de un héroe de anchas espaldas, vasto pecho, robustos miembros, ojos francos, cabellos abundantes...", la realidad es que el Ciudadano no es más que un viejo y amargado cascarrabias incapaz de hacer nada por si mismo. El narrador #1 tiende a simplificar las cosas, mientras que el #2 las enarbola de forma exagerada. Ambos puntos de vista son incapaces de llegar a un compromiso, casi como si fuesen personas que solo ven por un único ojo (el cíclope).
Como referencia final a Polifemo, al final del capítulo, cuando Martin se lleva a Bloom antes de que las cosas se pongan verdaderamente feas, Bloom menciona que Jesús era Judío. Esto provoca que el Ciudadano de pronto se levante, agarre una lata de galletas y corra detrás del carruaje donde van Martin y Bloom para tirársela, pero debido a que el hombre es un viejo mierdas sin fuerza y que el sol le cegaba la vista, falla estrepitosamente hasta el punto en el que el incluso el narrador #1 menciona lo patético de la escena...
... lo cual no evita que el narrador #2 cierre el capítulo describiendo como la lata de galletas, al caer, provoca una catástrofe de dimensiones bíblicas en la que un gigantesco terremoto acompañado de un ciclón destruye parte de la ciudad, miles murieron y los supervivientes pasaron años involucrados en las tareas de reconstrucción.
En una semana creo que tendré acabado el siguiente capítulo.
Habiendo pasado el capítulo 12, voy ya por la página 300... Lo cual significa que he llegado a la mitad del libro. Tres hurras por mí.
Las canciones que las Híades han de entonar,
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la sombría Carcosa
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la sombría Carcosa
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