25-08-2020 14:17
Leido el capítulo 3 de Ulises...
Capítulo 3: Proteo
Podría describir el capítulo de muchas formas. Pero en vez de explicar lo que se siente al leerlo voy a dejar aquí este video, que es una representación exacta punto por punto de mi estado mental tras haberlo hecho.
Proteo es... Un capítulo donde Stephen se dedica a dar un paseo por la playa. Y eso es todo. Pero no lo es, por supuesto, porque el capítulo no va tanto sobre lo que está haciendo sino sobre lo que va pensando. El tren de pensamientos de Stephen va alterándose según las cosas que va viendo por la playa (caracolas, un perro, una pareja de gitanos, un barco), y Joyce lo escribe de esa forma suya en la que no existe separación clara entre los pensamientos y lo que está sucediendo alrededor del personaje.
La relación con el mito de la Odisea es también menos clara. En el mito hay una sección en la que Menelao explica como logra capturar a Proteo, una divinidad del océano con la capacidad de cambiar de forma. De la misma forma que Proteo, los pensamientos de Stephen van constantemente cambiando, a la vez que lo hace todo lo que lo rodea. Su mente va de las teorías aristotélicas acerca de la esencia de lo real a lo irreal, a su familia, a la creación, a sus miedos y debilidades, a los recuerdos de su vida en París, luego empieza a escribir una poesía, se saca los mocos y echa una meada. El texto se va haciendo progresivamente más y más difícil de descifrar, y los párrafos más gruesos y densos. Hay un momento en el que hay un diálogo entre personajes, excepto que esa conversación no existe. Está toda en la cabeza de Stephen.
No ayuda tampoco el hecho de que, tras acabar de leer el capítulo, te da la sensación de que no has leido realmente nada. Porque nada ocurre en realidad en este capítulo. Es un montón de nudos marineros filosóficos en la mente atormentada del personaje.
Igualmente, Proteo tiene fama de ser el capítulo donde la mayoría de lectores se dan por vencidos y tiran la toalla. En mi caso no fue así (yo la tiré en el primer capítulo XD), pero no me extraña, y ahora que ha pasado la tempestad supongo que volveremos a una merecida (aunque relativa) calma.
Capítulo 3: Proteo
Podría describir el capítulo de muchas formas. Pero en vez de explicar lo que se siente al leerlo voy a dejar aquí este video, que es una representación exacta punto por punto de mi estado mental tras haberlo hecho.
Proteo es... Un capítulo donde Stephen se dedica a dar un paseo por la playa. Y eso es todo. Pero no lo es, por supuesto, porque el capítulo no va tanto sobre lo que está haciendo sino sobre lo que va pensando. El tren de pensamientos de Stephen va alterándose según las cosas que va viendo por la playa (caracolas, un perro, una pareja de gitanos, un barco), y Joyce lo escribe de esa forma suya en la que no existe separación clara entre los pensamientos y lo que está sucediendo alrededor del personaje.
La relación con el mito de la Odisea es también menos clara. En el mito hay una sección en la que Menelao explica como logra capturar a Proteo, una divinidad del océano con la capacidad de cambiar de forma. De la misma forma que Proteo, los pensamientos de Stephen van constantemente cambiando, a la vez que lo hace todo lo que lo rodea. Su mente va de las teorías aristotélicas acerca de la esencia de lo real a lo irreal, a su familia, a la creación, a sus miedos y debilidades, a los recuerdos de su vida en París, luego empieza a escribir una poesía, se saca los mocos y echa una meada. El texto se va haciendo progresivamente más y más difícil de descifrar, y los párrafos más gruesos y densos. Hay un momento en el que hay un diálogo entre personajes, excepto que esa conversación no existe. Está toda en la cabeza de Stephen.
No ayuda tampoco el hecho de que, tras acabar de leer el capítulo, te da la sensación de que no has leido realmente nada. Porque nada ocurre en realidad en este capítulo. Es un montón de nudos marineros filosóficos en la mente atormentada del personaje.
Igualmente, Proteo tiene fama de ser el capítulo donde la mayoría de lectores se dan por vencidos y tiran la toalla. En mi caso no fue así (yo la tiré en el primer capítulo XD), pero no me extraña, y ahora que ha pasado la tempestad supongo que volveremos a una merecida (aunque relativa) calma.
Las canciones que las Híades han de entonar,
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la sombría Carcosa
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la sombría Carcosa
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