22-10-2019 15:55
Hace unos meses leí la duología de Isla Rubí, de Nari Springfield. Mencioné que eran novelas juveniles, escritas de forma algo amateur pero entretenidas igualmente a pesar de que en ocasiones se sentía que tenian un nivel un poco "de fanfic". Aunque dejé claro que los libros me gustaron y estaban entretenidos, ahora me siento un poco mal por ellos porque al lado de La Fortaleza del Tiempo, la primera parte de la serie de El Libro de Sarah, Isla Rubí era una obra maestra atemporal.
Bueno... Es posible que eso sea un poco hiperbólico. Pero es cierto que, bajo mi punto de vista, Nari Springfield tenía una forma de escribir más suelta, natural y con mejor ritmo que Vicente García. Su prosa estaba mejor elaborada, sus personajes se sentían más vivos y, a pesar de que sigo considerando que en un libro sobre piratas se daba muy poco peso al resto de miembros de la tripulación de la protagonista, los personajes secundarios de Nari seguían teniendo más peso que los de este libro.
Pero bueno... Vayamos por partes.
Sarah es una adolescente de unos 16 años, con tendencias góticas y algo rebeldes, aficionada a temas como el espiritismo, las películas, la lectura...etc... Un día descubre que una doppelganger suya está pululando por la ciudad. Al intentar desentrañar el misterio de esta doble se ve transportada a una dimensión paralela, donde es reclutada por el Consejo, un organismo formado por personajes de ficción y antiguos autores. Allí descubre existen incontables dimensiones y realidades más allá de la suya propia, dimensiones donde los personajes de cuentos e historias como Robin Hood, el Capitán Nemo o Sherlock Holmes existen en la realidad. Sin embargo, otro grupo misterioso conocido como "El Enemigo" está llevando a cabo extrañas y terribles actividades en estas distintas realidades, poniendo en peligro a todas ellas. El Concejo ha descubierto que Sarah posee el poder de cruzar nexos, algo muy extraño para ser una habitante de una de las realidades no-mágicas, y ha empezado a reclutar todas las versiones de Sarah que pueden encontrar en las distintas dimensiones. Nuestra Sarah no es más que la última en ser reclutada.
La premisa del libro es interesante, combinar la idea de los viajes interdimensionales con personajes populares entre los cuales están gente como Merlín, Moriarty, Tom Sawyer, un mosquetero que supongo que sería D'Artagnan, aunque por personalidad me recordaba más a Aramis...etc... Algunos autores como Poe o Verne también aparecen como personajes. Lamentablemente, la cosa se queda corta porque todos ellos se sienten tremendamente planos. Más allá del hecho de que Vulcano hace el papel del capullo de turno, la mayor parte del tiempo estos personajes son básicamente el medio que el libro tiene de explicar su premisa, y la inmensa mayoría de diálogos con ellos son básicamente de exposición. No se sienten como verdaderos personajes aunque, realmente, todo el libro parece ser una exposición previa a lo que debería ser la verdadera historia. Lo cual tiene sentido al ser el primero de lo que parece ser una trilogía, pero hablaré de esto más tarde.
Luego está el personaje principal. Durante todo el tiempo me dio la sensación de que la actitud de Sarah era poco creible. Se muestra cínica y sarcástica ante lo que está sucediendo, pero a la vez parece que las cosas descabelladas que suceden a su alrededor no hacen mucha mella en ella y en ocasiones encaja ciertos impactos con lo que a mi me pareció una extraña facilidad. El personaje está claramente hecho para presentar una figura femenina fuerte y decidida, y desde el principio dejan claro que la chica es algo rebelde, pero el hecho de que prácticamente todos sus diálogos fuesen sarcásticos y mordaces acababa por hacerse algo cargante.
No me malinterpreteis. Sarah no es Kvothe. Lo que quiero decir con esto es que en ningún momento llegué a odiarla ni consideré que todo el libro sufriese por su presencia. De hecho, las situaciones a las que se enfrenta hacen que en muchas ocasiones no pueda sino adoptar esta constante postura desafiante. Oh no, no es Sarah el principal problema del libro, ni el personaje más exasperante. En su lugar, el peor personaje de la historia no es uno, sino un grupo de ellos. Estoy hablando del Consejo.
El Consejo es el organismo más inepto, incompetente y patético que he visto en bastante tiempo. Su propósito es el de salvar las distintas dimensiones del Enemigo el cual es conocido como tal... porque el Consejo no tiene ni puñetera idea de qué es, qué quieren, qué es lo que hacen, por qué, cómo o dónde. Solo saben que existe. El Consejo también tiene la manía de enviar a sus agentes ocultándoles prácticamente TODA la información que puedan sobre su misión. El organismo tiene una fortaleza entera dedicada al entrenamiento de los reclutas en la que existe una biblioteca de la cual IGNORAN SU EXISTENCIA porque está extremadamente oculta... DETRÁS DE UNA TRAMPILLA EN LA HABITACIÓN DE SARAH. La cual ésta descubre el primer día de su instancia allí. Y que los miembros del consejo siguienron sin descubrir a pesar de que tuvieron que reconstruir la habitación después de un incendio causado por los bullies personales de la chica. En la última parte de la historia, Sarah a duras pensas logra regresar de su misión después de una serie de complicaciones que nada tenían que ver con ella, acompañada de otros dos personajes que poseen información crítica y crucial para el propósito del Consejo. La primera reacción del Consejo es sermonear a Sarah por no haberse puesto en contacto con ellos (lo cual era imposible ya que los portales estaban siendo bloqueados por el enemigo) y por haberse reunido con dos renegados (de los cuales Sarah no sabía nada porque, de nuevo, el Consejo nunca le dio información alguna), antes de proceder a atacar a estos dos acompañantes, que se ven obligados a salir corriendo llevándose toda la información consigo.
Entiendo que uno de los motivos de la trama es presentar al Consejo como un organismo tradicionalista y chapado a la antigua cuyo hermetismo provoca más problemas de los que resuelve... Pero creo que llega un momento en el que deja de ser tanto eso y se convierte en un absoluto nido de incompetencia.
La trama en si también es algo voluble. Durante los primeros tres cuartos de libro se desarrolla el planteamiento, en el que Sarah es introducida en la fortaleza, conoce a ciertas personas, se defiende de sus elitistas compañeros, recibe entrenamiento y descubre información por si misma en la biblioteca secreta. El último cuarto del libro, en el que Sarah es enviada a su primera misión, contiene el nudo y el desenlace, escritos apresuradamente y con un ritmo de vértigo. Una escena en concreto llama mi atención especialmente como muestra de que el autor parecía tener prisas por dar punto y final. Sucede hacia el final del libro, cuando Sarah y uno de sus compañeros están contemplando lo que podría ser descrito como el campamento enemigo, y en un par de segundos deciden que la mejor opción es... cargar ellos dos solos contra todos ellos gritando como si fuesen Gandalf y Eomer bajando por la colina en el Abismo de Helm. Pero sin el apoyo de la caballería, claro.
Por si había alguna duda, logran superar las defensas e introducirse en la base mediante esta estrategia de fuerza bruta. Por supuesto.
Creo que lo que más insatisfecho me ha dejado es el hecho de que el libro es, como ya dije, un planteamiento de principio a fin. Hay un punto en la novela en el que Sarah está leyendo la historia sobre la guerra universal entre realidades, un evento que sucedió hace tiempo. El libro dedica cuatro o cinco capítulos a la narración de estos hechos históricos, y los considera tan importantes que de hecho el narrador deja de ser el que narra la situación de Sarah para convertirse en el narrador del libro que Sarah está leyendo en sí, con dichos capítulos leyéndose más como si fuesen una entrada de enciclopedia. La guerra universal es claramente importante... Lo cual es lo que hace tan extraño que, al final, no parezca tener absolutamente nada que ver con el resto de eventos del libro, y que si eliminases esos capítulos de historia de trasfondo la narrativa no sufriese cambio alguno.
No me cabe duda de que la guerra universal tendrá algo que ver con el Enemigo en los libros posteriores, ya sea que los antagonistas fuesen quienes estuvieron detrás del evento, o que la motivación de éstos radique en lo que ocurrió en aquel entonces. Pero eso no ocurre en esta novela, así que al final te da la sensación de que la novela te ha dado un montón de información para nada. A la vez que no te ha dado suficiente, porque seguimos sin saber un pimiento de la naturaleza de los antagonistas. Además, la subtrama de la guerra universal no es la única que parece quedar en nada. El encuentro con los dos ancianos tras la puerta sellada es uno de esos momentos en los que aparecen personajes que hablan mucho para decir muy poco, y posteriormente nadie vuelve a hablar de ello en toda la novela.
Preparar el terreno para libros posteriores está bien... Pero en esta ocasión está hecho de tal forma que tampoco es que me muera de ganas de saber que tiene que ver la guerra en todo esto, o que pinta Sarah realmente en todo el entramado. Tal y como está escrito, da la sensación de ser paja que el libro no aprovecha.
Estoy dudando en si darle una oportunidad al segundo libro, porque la premisa de las realidades alternativas y los personajes literarios tiene potencial y, de todas formas, la lectura es ligera y rápida, pero igualmente... La verdad es que este primero me ha parecido malillo. De nuevo, no lo he encontrado tan insufriblemente exhasperante como El Nombre del Viento, a pesar de que la prosa de Rothfuss le da treinta millones de vueltas a ésta (y de hecho consideré el único punto positivo de todo su libro), así que tampoco descarto seguir la saga, como sí lo hice con el susodicho de forma inmediata y sin mirar atrás.
Bueno... Es posible que eso sea un poco hiperbólico. Pero es cierto que, bajo mi punto de vista, Nari Springfield tenía una forma de escribir más suelta, natural y con mejor ritmo que Vicente García. Su prosa estaba mejor elaborada, sus personajes se sentían más vivos y, a pesar de que sigo considerando que en un libro sobre piratas se daba muy poco peso al resto de miembros de la tripulación de la protagonista, los personajes secundarios de Nari seguían teniendo más peso que los de este libro.
Pero bueno... Vayamos por partes.
Sarah es una adolescente de unos 16 años, con tendencias góticas y algo rebeldes, aficionada a temas como el espiritismo, las películas, la lectura...etc... Un día descubre que una doppelganger suya está pululando por la ciudad. Al intentar desentrañar el misterio de esta doble se ve transportada a una dimensión paralela, donde es reclutada por el Consejo, un organismo formado por personajes de ficción y antiguos autores. Allí descubre existen incontables dimensiones y realidades más allá de la suya propia, dimensiones donde los personajes de cuentos e historias como Robin Hood, el Capitán Nemo o Sherlock Holmes existen en la realidad. Sin embargo, otro grupo misterioso conocido como "El Enemigo" está llevando a cabo extrañas y terribles actividades en estas distintas realidades, poniendo en peligro a todas ellas. El Concejo ha descubierto que Sarah posee el poder de cruzar nexos, algo muy extraño para ser una habitante de una de las realidades no-mágicas, y ha empezado a reclutar todas las versiones de Sarah que pueden encontrar en las distintas dimensiones. Nuestra Sarah no es más que la última en ser reclutada.
La premisa del libro es interesante, combinar la idea de los viajes interdimensionales con personajes populares entre los cuales están gente como Merlín, Moriarty, Tom Sawyer, un mosquetero que supongo que sería D'Artagnan, aunque por personalidad me recordaba más a Aramis...etc... Algunos autores como Poe o Verne también aparecen como personajes. Lamentablemente, la cosa se queda corta porque todos ellos se sienten tremendamente planos. Más allá del hecho de que Vulcano hace el papel del capullo de turno, la mayor parte del tiempo estos personajes son básicamente el medio que el libro tiene de explicar su premisa, y la inmensa mayoría de diálogos con ellos son básicamente de exposición. No se sienten como verdaderos personajes aunque, realmente, todo el libro parece ser una exposición previa a lo que debería ser la verdadera historia. Lo cual tiene sentido al ser el primero de lo que parece ser una trilogía, pero hablaré de esto más tarde.
Luego está el personaje principal. Durante todo el tiempo me dio la sensación de que la actitud de Sarah era poco creible. Se muestra cínica y sarcástica ante lo que está sucediendo, pero a la vez parece que las cosas descabelladas que suceden a su alrededor no hacen mucha mella en ella y en ocasiones encaja ciertos impactos con lo que a mi me pareció una extraña facilidad. El personaje está claramente hecho para presentar una figura femenina fuerte y decidida, y desde el principio dejan claro que la chica es algo rebelde, pero el hecho de que prácticamente todos sus diálogos fuesen sarcásticos y mordaces acababa por hacerse algo cargante.
No me malinterpreteis. Sarah no es Kvothe. Lo que quiero decir con esto es que en ningún momento llegué a odiarla ni consideré que todo el libro sufriese por su presencia. De hecho, las situaciones a las que se enfrenta hacen que en muchas ocasiones no pueda sino adoptar esta constante postura desafiante. Oh no, no es Sarah el principal problema del libro, ni el personaje más exasperante. En su lugar, el peor personaje de la historia no es uno, sino un grupo de ellos. Estoy hablando del Consejo.
El Consejo es el organismo más inepto, incompetente y patético que he visto en bastante tiempo. Su propósito es el de salvar las distintas dimensiones del Enemigo el cual es conocido como tal... porque el Consejo no tiene ni puñetera idea de qué es, qué quieren, qué es lo que hacen, por qué, cómo o dónde. Solo saben que existe. El Consejo también tiene la manía de enviar a sus agentes ocultándoles prácticamente TODA la información que puedan sobre su misión. El organismo tiene una fortaleza entera dedicada al entrenamiento de los reclutas en la que existe una biblioteca de la cual IGNORAN SU EXISTENCIA porque está extremadamente oculta... DETRÁS DE UNA TRAMPILLA EN LA HABITACIÓN DE SARAH. La cual ésta descubre el primer día de su instancia allí. Y que los miembros del consejo siguienron sin descubrir a pesar de que tuvieron que reconstruir la habitación después de un incendio causado por los bullies personales de la chica. En la última parte de la historia, Sarah a duras pensas logra regresar de su misión después de una serie de complicaciones que nada tenían que ver con ella, acompañada de otros dos personajes que poseen información crítica y crucial para el propósito del Consejo. La primera reacción del Consejo es sermonear a Sarah por no haberse puesto en contacto con ellos (lo cual era imposible ya que los portales estaban siendo bloqueados por el enemigo) y por haberse reunido con dos renegados (de los cuales Sarah no sabía nada porque, de nuevo, el Consejo nunca le dio información alguna), antes de proceder a atacar a estos dos acompañantes, que se ven obligados a salir corriendo llevándose toda la información consigo.
Entiendo que uno de los motivos de la trama es presentar al Consejo como un organismo tradicionalista y chapado a la antigua cuyo hermetismo provoca más problemas de los que resuelve... Pero creo que llega un momento en el que deja de ser tanto eso y se convierte en un absoluto nido de incompetencia.
La trama en si también es algo voluble. Durante los primeros tres cuartos de libro se desarrolla el planteamiento, en el que Sarah es introducida en la fortaleza, conoce a ciertas personas, se defiende de sus elitistas compañeros, recibe entrenamiento y descubre información por si misma en la biblioteca secreta. El último cuarto del libro, en el que Sarah es enviada a su primera misión, contiene el nudo y el desenlace, escritos apresuradamente y con un ritmo de vértigo. Una escena en concreto llama mi atención especialmente como muestra de que el autor parecía tener prisas por dar punto y final. Sucede hacia el final del libro, cuando Sarah y uno de sus compañeros están contemplando lo que podría ser descrito como el campamento enemigo, y en un par de segundos deciden que la mejor opción es... cargar ellos dos solos contra todos ellos gritando como si fuesen Gandalf y Eomer bajando por la colina en el Abismo de Helm. Pero sin el apoyo de la caballería, claro.
Por si había alguna duda, logran superar las defensas e introducirse en la base mediante esta estrategia de fuerza bruta. Por supuesto.
Creo que lo que más insatisfecho me ha dejado es el hecho de que el libro es, como ya dije, un planteamiento de principio a fin. Hay un punto en la novela en el que Sarah está leyendo la historia sobre la guerra universal entre realidades, un evento que sucedió hace tiempo. El libro dedica cuatro o cinco capítulos a la narración de estos hechos históricos, y los considera tan importantes que de hecho el narrador deja de ser el que narra la situación de Sarah para convertirse en el narrador del libro que Sarah está leyendo en sí, con dichos capítulos leyéndose más como si fuesen una entrada de enciclopedia. La guerra universal es claramente importante... Lo cual es lo que hace tan extraño que, al final, no parezca tener absolutamente nada que ver con el resto de eventos del libro, y que si eliminases esos capítulos de historia de trasfondo la narrativa no sufriese cambio alguno.
No me cabe duda de que la guerra universal tendrá algo que ver con el Enemigo en los libros posteriores, ya sea que los antagonistas fuesen quienes estuvieron detrás del evento, o que la motivación de éstos radique en lo que ocurrió en aquel entonces. Pero eso no ocurre en esta novela, así que al final te da la sensación de que la novela te ha dado un montón de información para nada. A la vez que no te ha dado suficiente, porque seguimos sin saber un pimiento de la naturaleza de los antagonistas. Además, la subtrama de la guerra universal no es la única que parece quedar en nada. El encuentro con los dos ancianos tras la puerta sellada es uno de esos momentos en los que aparecen personajes que hablan mucho para decir muy poco, y posteriormente nadie vuelve a hablar de ello en toda la novela.
Preparar el terreno para libros posteriores está bien... Pero en esta ocasión está hecho de tal forma que tampoco es que me muera de ganas de saber que tiene que ver la guerra en todo esto, o que pinta Sarah realmente en todo el entramado. Tal y como está escrito, da la sensación de ser paja que el libro no aprovecha.
Estoy dudando en si darle una oportunidad al segundo libro, porque la premisa de las realidades alternativas y los personajes literarios tiene potencial y, de todas formas, la lectura es ligera y rápida, pero igualmente... La verdad es que este primero me ha parecido malillo. De nuevo, no lo he encontrado tan insufriblemente exhasperante como El Nombre del Viento, a pesar de que la prosa de Rothfuss le da treinta millones de vueltas a ésta (y de hecho consideré el único punto positivo de todo su libro), así que tampoco descarto seguir la saga, como sí lo hice con el susodicho de forma inmediata y sin mirar atrás.
Las canciones que las Híades han de entonar,
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la sombría Carcosa
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la sombría Carcosa
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