16-06-2022 15:04
Leidos los siguientes dos libros. Vamos allá...
Empezando por Papá Puerco, de Terry Pratchett.
Se acerca la noche más larga del año, en la que según la tradición la figura de Papá Puerco recorre el cielo nocturno en su trineo tirado por jabalíes, repartiendo regalos entre los niños buenos. Sin embargo, este año las cosas son distintas porque... alguien ha matado a Papá Puerco. ¿Pero es esto posible? ¿Se puede matar a un cuento, una idea? Sea como sea, alguien tiene que tomar su lugar si la noche de la vigilia debe salir como se espera, y el sustituto parece ser una persona alta, delgada, esquelética incluso, con una voz profunda y presencia ominosa.
Papá Puerco es el libro #20 de la serie del Mundodisco, y el #4 de la subsaga de la Muerte. Como viene a ser ya tradición de esta saga, la novela se centra en temas más abstractos y filosóficos. También marca el regreso de Susan, la nieta de la Muerte, que vuelve a tener el papel de protagonista. Mi opinión sobre ella ha mejorado un poco desde su última aparición en Soul Music, quizá porque aquí sí se siente que su presencia afecta a los acontecimientos de forma activa. Y, sin embargo, su actitud es bastante distinta también. Mientras que en Soul Music intenta usar sus poderes de forma bienintencionada pero ingenua, aquí su primera reacción es huir de sus responsabilidades y solamente actuar cuando no le queda más remedio.
El antagonista del libro, Mr. Teatime, es también notable si lo comparamos con bastantes de los anteriores. Es un miembro del gremio de asesinos que recibe el encargo de matar a la figura mitológica de Papá Puerco, y se las arregla para conseguirlo, en parte gracias a su ingenio, y en parte también debido a su ansia por superarse a si mismo y realizar encargos cada vez más difíciles. Teatime domina a los demás mediante el miedo, el tipo es tan horriblemente retorcido que todos los que lo rodean se ven empujados a servirle para no acabar con un puñal clavado en la espalda. No es, sin embargo, el primer antagonista de este estilo que hemos visto en la saga. Vorbis en Dioses Menores también era un villano con un "poder" parecido. La diferencia entre Vorbis y Teatime es que Teatime además de manipular la situación con miedo es también terroríficamente hábil en combate, pero a la vez esto quizá hiciese que Vorbis fuese más inquietante al ser capaz de controlar la situación sin necesidad de ello. Al final del día, creo que tanto Vorbis como Dios (de Pirómides) son mejores antagonistas, pero la infantil y falsa inocencia de Teatime se te queda igualmente en la cabeza, y posiblemente lo considere el tercer mejor villano de la saga hasta ahora.
Con respecto a la Muerte en sí, es la protagonista de los momentos más divertidos de la novela. Especial mención al momento en el que se presenta en un centro comercial para hacer de Papá Puerco, o cuando intenta imitar la risa de "JO JO JO", pero suena terriblemente fúnebre e incomoda a todos los que la escuchan. Sin embargo, también produce alguna de las frases más memorables acerca de la filosofía del libro, y es que las personas necesitan creer en cosas que realmente no existen, y pone como ejemplo la justicia o la compasión. Son constructos creados por la mente en los que, sin embargo, es necesario creer o de lo contrario nunca podríamos convertirlas en realidad.
Todo este embrollo de las ideas cobrando vida tiene bastante paralelismo con lo visto en El Segador, donde la ausencia de la Muerte hace que se acumule la vida y objetos que no deberían tener conciencia empiezan a manifestarse y a crearla. En Papá Puerco sudece algo similar: La ausencia del personaje hace que esa energía creativa se concentre y acabe creando otras entidades, ya sean hadas u hombres del saco. Creo que aquí está mejor llevado que en El Segador, donde toda la situación estaba claramente dividida en dos partes del mismo libro. Aquí todo parece estar mejor integrado y fluye mejor, a pesar de que no deja de sentirse como una idea que ya fue explorada previamente en otro libro.
En definitiva, Papá Puerco es una clara mejora frente al libro anterior de la saga, Soul Music. La Muerte sigue siendo una delicia de personaje y siempre es agradable verlo de vuelta.
Pasando entonces a White Night, de Jim Butcher.
Una serie de asesinatos tienen lugar en la ciudad, y los únicos patrones que parecen haber es que todas las víctimas son mujeres, todas ellas parecen tener algún tipo de habilidad mística, y además los cuerpos están marcados con un mensaje escrito con magia. Un mensaje que solo un mago podría leer. Es casi como si el asesino quisiese que Dresden lo descubriese y se involucrase en el caso, y cuando lo hace debe hacer frente al hecho de que todos los indicios apuntan a que Thomas, su hermano, podría ser el asesino.
White Night es el libro #9 de The Dresden Files (lo que significa que ya he pasado el punto medio), y es otra novela que gira en torno a la Corte Blanca de los vampiros, que vienen a ser vampiros anímicos en vez de chupasangres. La casa principal es la Raith, quienes se alimentan principalmente de placer sexual, viniendo a ser lo que comunmente se llaman súcubos e íncubos, pero en libros anteriores se han introducido ya otras casas o "mutaciones", por así decirlo. Madrigal, en el libro anterior, era un vampiro de la casa Raith que prefiere alimentarse de miedo, y según Thomas ese es un camino todavía más oscuro del que es muy difícil regresar. Pues bien, este libro trata sobre estos otros vampiros de la Corte Blanca e introduce otras casas que la forman. Eso, y también un montón de gules. También marca el regreso sorpresa de un antagonista que se creía muerto en uno de los libros anteriores, aunque lo hace de forma algo más pasiva, casi como patrocinador de uno de los villanos principales de éste.
Siendo franco, White Night me ha parecido uno de los libros más flojos de la saga hasta ahora, y es difícil hablar sobre ello sin soltar spoilers, pero digamos que la idea del asesino en serie es intrigante al principio, pero que la revelación final es un poco decepcionante bajo mi punto de vista. El tema de los mensajes bíblicos dejados en los cuerpos se abandona con mucha rapidez, y argumentalmente tiene sentido porque solo estaban ahí para involucrar a Dresden en el caso para empezar, pero igualmente es algo decepcionante descubrir que la motivación tras los asesinatos no se debe tanto a la mente retorcida de un nuevo villano que podría ser explorada de forma fresca e intrigante, sino que se reduce a... politiqueo. Y no es que el politiqueo esté necesariamente mal, pero me da la sensación de que ya hemos visto bastante de eso en la saga y, francamente, creo que crear un villano con motivaciones más simples hubiese contrastado con muchas de las historias anteriores y habría sentado mejor a estas alturas. Que todo lo que ocurra sean manipulaciones de los vampiros o las hadas empieza a resultar algo repetitivo.
No todo es negativo. Elaine vuelve a aparecer y aunque su personaje no tiene grandes avances desde la última vez que la vimos en el cuarto libro, está bien saber que no fue un personaje de usar y tirar, y saber cual es su situación actual sigue siendo interesante. Marcone también regresa; era un personaje que había sido bastante usado al principio de la saga pero que creo que no había vuelto a salir desde hace tres o cuatro libros. Su papel ha ido cambiando de antagonista secundario a anti-héroe de forma bastante clara, y personalmente la idea del villano que se une a los buenos para hacer frente al mal mayor, por muy mascada que esté, siempre ha sido uno de mis placeres culpables. Con respecto a Molly, la recién adquirida aprendiz de Dresden, aparece en la novela y podemos ver partes de su relación, pero no toma parte muy directa en los acontecimientos debido a que aún está demasiado verde.
Y sin embargo creo que la parte más interesante del libro es la que gira en torno a un par de escenas que Dresden tiene con Lash, la imagen del ángel caido que el tipo tiene metida dentro de la cabeza y cuyo propósito es corromperlo. Existe una evolución en la relación entre ambos cuyo desenlace no acababa de esperar... y que en realidad no sabría decir si me gusta o no.
Vamos, el libro sigue siendo entretenido, al igual que todos los de la saga, pero a la vez me ha parecido uno de los más flojos hasta ahora.
Empezando por Papá Puerco, de Terry Pratchett.
Se acerca la noche más larga del año, en la que según la tradición la figura de Papá Puerco recorre el cielo nocturno en su trineo tirado por jabalíes, repartiendo regalos entre los niños buenos. Sin embargo, este año las cosas son distintas porque... alguien ha matado a Papá Puerco. ¿Pero es esto posible? ¿Se puede matar a un cuento, una idea? Sea como sea, alguien tiene que tomar su lugar si la noche de la vigilia debe salir como se espera, y el sustituto parece ser una persona alta, delgada, esquelética incluso, con una voz profunda y presencia ominosa.
Papá Puerco es el libro #20 de la serie del Mundodisco, y el #4 de la subsaga de la Muerte. Como viene a ser ya tradición de esta saga, la novela se centra en temas más abstractos y filosóficos. También marca el regreso de Susan, la nieta de la Muerte, que vuelve a tener el papel de protagonista. Mi opinión sobre ella ha mejorado un poco desde su última aparición en Soul Music, quizá porque aquí sí se siente que su presencia afecta a los acontecimientos de forma activa. Y, sin embargo, su actitud es bastante distinta también. Mientras que en Soul Music intenta usar sus poderes de forma bienintencionada pero ingenua, aquí su primera reacción es huir de sus responsabilidades y solamente actuar cuando no le queda más remedio.
El antagonista del libro, Mr. Teatime, es también notable si lo comparamos con bastantes de los anteriores. Es un miembro del gremio de asesinos que recibe el encargo de matar a la figura mitológica de Papá Puerco, y se las arregla para conseguirlo, en parte gracias a su ingenio, y en parte también debido a su ansia por superarse a si mismo y realizar encargos cada vez más difíciles. Teatime domina a los demás mediante el miedo, el tipo es tan horriblemente retorcido que todos los que lo rodean se ven empujados a servirle para no acabar con un puñal clavado en la espalda. No es, sin embargo, el primer antagonista de este estilo que hemos visto en la saga. Vorbis en Dioses Menores también era un villano con un "poder" parecido. La diferencia entre Vorbis y Teatime es que Teatime además de manipular la situación con miedo es también terroríficamente hábil en combate, pero a la vez esto quizá hiciese que Vorbis fuese más inquietante al ser capaz de controlar la situación sin necesidad de ello. Al final del día, creo que tanto Vorbis como Dios (de Pirómides) son mejores antagonistas, pero la infantil y falsa inocencia de Teatime se te queda igualmente en la cabeza, y posiblemente lo considere el tercer mejor villano de la saga hasta ahora.
Con respecto a la Muerte en sí, es la protagonista de los momentos más divertidos de la novela. Especial mención al momento en el que se presenta en un centro comercial para hacer de Papá Puerco, o cuando intenta imitar la risa de "JO JO JO", pero suena terriblemente fúnebre e incomoda a todos los que la escuchan. Sin embargo, también produce alguna de las frases más memorables acerca de la filosofía del libro, y es que las personas necesitan creer en cosas que realmente no existen, y pone como ejemplo la justicia o la compasión. Son constructos creados por la mente en los que, sin embargo, es necesario creer o de lo contrario nunca podríamos convertirlas en realidad.
Todo este embrollo de las ideas cobrando vida tiene bastante paralelismo con lo visto en El Segador, donde la ausencia de la Muerte hace que se acumule la vida y objetos que no deberían tener conciencia empiezan a manifestarse y a crearla. En Papá Puerco sudece algo similar: La ausencia del personaje hace que esa energía creativa se concentre y acabe creando otras entidades, ya sean hadas u hombres del saco. Creo que aquí está mejor llevado que en El Segador, donde toda la situación estaba claramente dividida en dos partes del mismo libro. Aquí todo parece estar mejor integrado y fluye mejor, a pesar de que no deja de sentirse como una idea que ya fue explorada previamente en otro libro.
En definitiva, Papá Puerco es una clara mejora frente al libro anterior de la saga, Soul Music. La Muerte sigue siendo una delicia de personaje y siempre es agradable verlo de vuelta.
Pasando entonces a White Night, de Jim Butcher.
Una serie de asesinatos tienen lugar en la ciudad, y los únicos patrones que parecen haber es que todas las víctimas son mujeres, todas ellas parecen tener algún tipo de habilidad mística, y además los cuerpos están marcados con un mensaje escrito con magia. Un mensaje que solo un mago podría leer. Es casi como si el asesino quisiese que Dresden lo descubriese y se involucrase en el caso, y cuando lo hace debe hacer frente al hecho de que todos los indicios apuntan a que Thomas, su hermano, podría ser el asesino.
White Night es el libro #9 de The Dresden Files (lo que significa que ya he pasado el punto medio), y es otra novela que gira en torno a la Corte Blanca de los vampiros, que vienen a ser vampiros anímicos en vez de chupasangres. La casa principal es la Raith, quienes se alimentan principalmente de placer sexual, viniendo a ser lo que comunmente se llaman súcubos e íncubos, pero en libros anteriores se han introducido ya otras casas o "mutaciones", por así decirlo. Madrigal, en el libro anterior, era un vampiro de la casa Raith que prefiere alimentarse de miedo, y según Thomas ese es un camino todavía más oscuro del que es muy difícil regresar. Pues bien, este libro trata sobre estos otros vampiros de la Corte Blanca e introduce otras casas que la forman. Eso, y también un montón de gules. También marca el regreso sorpresa de un antagonista que se creía muerto en uno de los libros anteriores, aunque lo hace de forma algo más pasiva, casi como patrocinador de uno de los villanos principales de éste.
Siendo franco, White Night me ha parecido uno de los libros más flojos de la saga hasta ahora, y es difícil hablar sobre ello sin soltar spoilers, pero digamos que la idea del asesino en serie es intrigante al principio, pero que la revelación final es un poco decepcionante bajo mi punto de vista. El tema de los mensajes bíblicos dejados en los cuerpos se abandona con mucha rapidez, y argumentalmente tiene sentido porque solo estaban ahí para involucrar a Dresden en el caso para empezar, pero igualmente es algo decepcionante descubrir que la motivación tras los asesinatos no se debe tanto a la mente retorcida de un nuevo villano que podría ser explorada de forma fresca e intrigante, sino que se reduce a... politiqueo. Y no es que el politiqueo esté necesariamente mal, pero me da la sensación de que ya hemos visto bastante de eso en la saga y, francamente, creo que crear un villano con motivaciones más simples hubiese contrastado con muchas de las historias anteriores y habría sentado mejor a estas alturas. Que todo lo que ocurra sean manipulaciones de los vampiros o las hadas empieza a resultar algo repetitivo.
No todo es negativo. Elaine vuelve a aparecer y aunque su personaje no tiene grandes avances desde la última vez que la vimos en el cuarto libro, está bien saber que no fue un personaje de usar y tirar, y saber cual es su situación actual sigue siendo interesante. Marcone también regresa; era un personaje que había sido bastante usado al principio de la saga pero que creo que no había vuelto a salir desde hace tres o cuatro libros. Su papel ha ido cambiando de antagonista secundario a anti-héroe de forma bastante clara, y personalmente la idea del villano que se une a los buenos para hacer frente al mal mayor, por muy mascada que esté, siempre ha sido uno de mis placeres culpables. Con respecto a Molly, la recién adquirida aprendiz de Dresden, aparece en la novela y podemos ver partes de su relación, pero no toma parte muy directa en los acontecimientos debido a que aún está demasiado verde.
Y sin embargo creo que la parte más interesante del libro es la que gira en torno a un par de escenas que Dresden tiene con Lash, la imagen del ángel caido que el tipo tiene metida dentro de la cabeza y cuyo propósito es corromperlo. Existe una evolución en la relación entre ambos cuyo desenlace no acababa de esperar... y que en realidad no sabría decir si me gusta o no.
Vamos, el libro sigue siendo entretenido, al igual que todos los de la saga, pero a la vez me ha parecido uno de los más flojos hasta ahora.
Las canciones que las Híades han de entonar,
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la sombría Carcosa
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la sombría Carcosa
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