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Strategic Command: American Civil War - 1904 Imperial Sunrise a la vuelta de la esquina

El 29 de junio, estará disponible el parche 1.08 para Strategic Command: American Civil War. Además de las correcciones y mejoras habituales, y como forma de celebrar el primer aniversario del lanzamiento del juego, esta actualización también incluirá una nueva campaña, ¡disponible de forma gratuita para todos poseedores del juego!

En este Diario de Desarrollo, presentamos 1904 Imperial Sunrise, que cubre la guerra ruso-japonesa.



Humildemente informando a SU MAJESTAD IMPERIAL. Alrededor de la medianoche [8 y 9 de febrero], lanchas torpederas japonesas atacaron repentinamente a nuestro escuadrón en la base de Port Arthur. Los acorazados Retvizan y Tsarevich y el crucero Pallada han sufrido daños que se están evaluando.
- Telegrama del virrey Alekseyev al zar Nicolás II, el primer día de la guerra.



La historia de la guerra ruso-japonesa comenzó con la victoria de Japón sobre China en 1895. En una guerra que duró apenas ocho meses, Japón destruyó la armada china, afirmó la influencia japonesa sobre Corea, conquistó Formosa y capturó Port Arthur, quizás el mejor puerto. en la región. Sin embargo, la tinta del Tratado de Shimonoseki apenas se había secado cuando Rusia, con el apoyo de Francia y Alemania, empezó a presionar a Japón para que devolviera Port Arthur a China a cambio de una indemnización de guerra ampliada.

El zar, cuyo desprecio por los japoneses se remonta a un intento de asesinato durante una visita de estado al país en 1891, tenía sus propias ambiciones en el Lejano Oriente. En unos pocos años, Rusia había desplegado miles de soldados en Manchuria, establecido y fortificado la base naval en Port Arthur, y estaba haciendo movimientos para ganar influencia en Corea, causando alarma en Tokio. Cuando las negociaciones con San Petersburgo se estancaron, los japoneses entendieron que la única opción que les quedaba era la guerra.



Sale el sol

La campaña comienza la mañana del 9 de febrero de 1904 y el jugador japonés se enfrenta de inmediato a decisiones que determinarán el resultado de la guerra.

En el Mar Amarillo, el Almirante Togo está estacionado con la mayor parte de la Flota Combinada a las afueras de Port Arthur. La noche anterior, torpederos japoneses lanzaron un ataque sorpresa contra la Flota Rusa del Pacífico, dañando varios barcos pero sin hundir ninguno, y ahora se debe tomar la decisión de un segundo ataque: las defensas rusas en Port Arthur aún no están completamente preparadas, y el el daño sufrido la noche anterior los vuelve vulnerables.

Sin embargo, puede valer la pena considerar un enfoque más cauteloso. Port Arthur, ubicado en la punta de la península de Liaodong, es vulnerable al bloqueo tanto por tierra como por mar. Una presencia naval sostenida en el Mar Amarillo, apoyada por minas navales, puede atrapar a la Armada rusa en el puerto sin la necesidad de una batalla inmediata y costosa. Por supuesto, esto también corre el riesgo de que los rusos intenten salir luchando...



La mayor ventaja de Japón radica en los preparativos que ha realizado antes de declarar la guerra. Las lecciones aprendidas de la guerra contra China y el amplio entrenamiento desde entonces han brindado a las unidades japonesas una ventaja significativa en experiencia, mientras que el generoso reclutamiento de civiles locales en China y Corea proporcionará a Japón una situación de suministro generalmente favorable e información periódica de inteligencia.


Desafíos en el despliegue

Con Tokio dándose cuenta de que futuras negociaciones con el gobierno del Zar serían infructuosas a finales de 1903, el Ejército Imperial se movilizó y estuvo listo para la batalla. Al mismo tiempo que Togo atacaba a la flota rusa en Port Arthur, destacamentos del Primer Ejército IJA desembarcaban en Chemulpo, repitiendo una maniobra que les había resultado tan útil diez años antes.



Estas unidades, la 2.ª y la 12.ª Divisiones, así como el cuartel general del general Kuroki, si bien son suficientes para asegurar la capitulación del gobierno coreano, representan simplemente los destacamentos avanzados de la campaña terrestre japonesa. El resto del Ejército Imperial comienza la campaña aún estacionado en islas propias, y dependerá de ti administrar su despliegue en Corea y Manchuria, una tarea que requerirá que navegues con escasez de barcos de transporte, puertos congelados (al menos hasta que el hielo se derrita), y la constante amenaza de los cruceros rusos.

Jugando con Rusia, necesitarás planificar cuidadosamente el despliegue de tus fuerzas. Si bien el ejército del zar cuenta con más de un millón de soldados (aunque sin la calidad del ejército japonés), estos están desplegados principalmente en Europa y Asia Central, lejos de los probables campos de batalla de Manchuria. El poder industrial de Rusia eclipsa al de los japoneses, pero la capacidad del Ferrocarril Transiberiano limita la cantidad de hombres que se pueden enviar al Lejano Oriente.

A diferencia de Japón, el ejército de Rusia (excepto los 100.000 hombres dispersos en varias guarniciones pequeñas de la región) no comienza a desplegarse en el mapa. Tomando el lugar del virrey Alekseyev, deberá solicitar qué unidades enviar al Lejano Oriente a través de la pantalla de compra de unidades. Enviar estas unidades llevará tiempo, lo que te obligará a planificar tus batallas con varios meses de antelación para asegurarte de tener suficientes hombres disponibles cuando llegue el momento.

Una carrera contra el tiempo

No importa el bando que elijas, el calendario será tu enemigo.

Para Japón, las razones son obvias. Ir a la guerra fue una gran apuesta por parte de los líderes en Tokio, ya que mientras Rusia podía contar con reservas casi ilimitadas de mano de obra, Japón, mientras tanto, prácticamente no tenía reservas, y con menos acceso a los mercados extranjeros que los rusos, también corría el riesgo de un colapso financiero. si la guerra se prolongaba demasiado.

Sin embargo, gracias a sus preparativos previos a la guerra, Japón, siempre que la Armada Imperial pueda mantener abiertas las rutas de suministro a Corea, puede desplegar sus fuerzas en el campo de batalla mucho más rápido que los rusos, brindándoles una ventaja cuantitativa de corta duración. Por lo tanto, Japón se enfrenta a un dilema: un avance rápido ofrece la mejor oportunidad de asestar un golpe devastador a las fuerzas armadas rusas antes de que su número se vuelva demasiado abrumador, pero esto dará como resultado un número de bajas que Japón no puede permitirse y erosionará la calidad de sus unidades: calidad que bien puede marcar la diferencia en las batallas por venir.



Rusia tampoco puede permitirse un retraso. Si bien, a la larga, la fuerza del ejército ruso en el Lejano Oriente crecerá hasta eclipsar la de los japoneses, inicialmente las guarniciones de Manchuria al mando de los generales Zasulich y Kuropatkin se enfrentarán un avance abrumador, y solo 200 millas separan el río Yalu de Port Arthur, una distancia que los japoneses cubrieron en solo dos meses en 1894.

Además, el prestigio y la reputación del propio Zar se juzgan con el resultado de esta guerra. Ninguna nación asiática ha derrotado jamás a una potencia europea en un conflicto importante, ejerciendo una enorme presión sobre Rusia en la obtención de una victoria rápida y decisiva. Con el creciente descontento contra el régimen autocrático del zar, quizás el ministro del Interior del zar lo dijo mejor: “Para evitar la revolución, necesitamos salir victoriosos en una pequeña guerra”.



¿Ves los barcos torpederos?

El éxito en esta campaña dependerá en última instancia de su capacidad para lograr el dominio tanto en tierra como en el mar. Con expectativas de victoria tan altas por parte de los líderes tanto en Tokio como en San Petersburgo, el espíritu de lucha de cada nación se verá erosionado rápidamente incluso por pequeños reveses: el hundimiento de un barco de guerra o la captura de una mera ciudad provincial podría ser la diferencia entre el triunfo y el desastre. .

Si la Armada Imperial no logra contener las flotas rusas en Port Arthur y Vladivostok, los rusos pueden atacar al espíritu de lucha de Japón más directamente, imponiendo un bloqueo sobre Japón. Al mover sus buques de guerra, incluso por breve tiempo, en cualquiera de los lugares marcados alrededor de las costas japonesa y coreana o junto a ellos, Rusia puede interrumpir el comercio japonés y humillar a la Marina japonesa de una manera que China nunca logró en 1894. El bloqueo sostenido puede incluso condenar las campañas terrestres japonesas, ya que los buques de guerra rusos cortan las rutas marítimas entre las islas metropolitanas y Corea, impidiendo que el ejército imperial reciba refuerzos.



La flota rusa del Báltico es quizás el capítulo más notable de este conflicto. Históricamente, la Flota del Báltico, o Segundo Escuadrón del Pacífico, como se le llamó oficialmente desde mediados de 1904, se embarcó en un viaje épico de ocho meses al otro lado del mundo (un viaje audaz y absurdo), solo para ser destruido en la Batalla de Tsushima, pocos días antes de llegar a su destino de Vladivostok. En la campaña, los jugadores recibirán notificaciones de los viajes de la Flota del Báltico por las costas de Europa y África, antes de que los barcos sean desplegados en el mapa en mayo de 1905. Planifícalo cuidadosamente, ¡la llegada de la "flota miserable" de Rozhestvensky podría ser el momento decisivo de la guerra!



“El destino del Imperio depende del resultado de esta batalla. Que cada uno lo haga lo mejor que pueda”
- Almirante Togo, antes de la Batalla de Tsushima.