03-05-2020 06:09
Hola muchachos
Hace unos meses, un amigo me comentó que le costaba encontrar películas que le gustasen en Netflix, que su algoritmo solo mostraba lo mismo una y otra vez y que cuando encontraba algo que parecía diferente solía decepcionarle. Yo le comenté que iba a suscribirme a FilmIn, que está más orientada hacia el cine de autor y películas de culto, además de dar cabida a todo tipo de cine internacional, cosa que encaja bastante con mis gustos. Le propuse compartir la suscripción y pagarlo a medias, aunque si quería solo probar el primer mes y luego ya me decía si se quedaba o no, en caso de que no le terminase de gustar la oferta. Evidentemente la plataforma también da cabida a cine de Hollywood y películas accesibles, pero mi querido amigo también le da oportunidades a alguna rareza pretenciosa de cine de autor que le recomiendo y le suelen gustar.
Ahora pongamos que vengo de terminar un juego increíble, que me ha emocionado, que me ha mantenido en vilo durante días y puede que semanas. Los responsables de la criatura me parecen unos genios, unos artistas que todo el mundo debería conocer. Pero... ¿a quién le recomiendo esto?
Durante estas últimas semanas he estado viendo vídeos y leyendo sobre conceptos como Game Literacy, que giran entorno a la accesibilidad de videojuegos para el público general y en como utilizan un lenguaje propio que los aficionados solemos aprender desde una edad muy temprana, mientras que aquellos que no hayan hecho lo propio lo van a tener bastante complicado. Hoy en día los juegos ofrecen niveles de dificultad muy asequibles y opciones para hacer la experiencia más accesible, sin embargo por mucho que se reduzca la vitalidad de los enemigos y que tu avatar sea más fuerte, los jugadores novatos se ven frustrados por otros elementos, como tener que lidiar con un pad rebosante de botones en experiencias que exigen pulsar varios botones a la vez y la famosa coordinación de los sticks. Nosotros damos muchas cosas por hechas, pero para alguien menos experimentado hay mecánicas que son un auténtico reto.
No obstante, hay otro tema que me intriga y es sobre lo común que es el videojuego en el entorno durante la niñez y la adolescencia y como poco a poco mucha gente se va alejando del mundillo. Por ejemplo en mi quinta todo el mundo tuvo PS1,PS2, Game Boy, DS, etc... Con PS360 ya hubo un ligero bajón, y a partir de PS4/One/Switch me quedan muy pocos conocidos de mi entorno que sigan acudiendo al hobby. Esto lo digo porque pienso que Sony y compañía quieren expandir la afición del videojuego, llegar a mayor variedad de edades, abarcar más público. Su línea de juegos exclusivos para PS4, con su cierta homogeneización, parecen seguir una política tipo Disney-Marvel de acercarse a un público inmenso sin importar si son más o menos aficionados al mundillo. En parte eso me suscita los modos de dificultad "muy fácil" de estos juegos, que se han bautizado como "modo narrativo". Claro está, me parece un tanto ingenuo pensar que hay gente que se va a gastar unos 300€ en la consola y juegos para ver estas "experiencias narrativas" teniendo Netflix, Internet y otras miles alternativas de entretenimiento.
Dado que este tipo de juegos que forman la cara más visible de la industria giran entorno a géneros y mecánicas que constituyen una barrera para la gente que nunca o casi nunca ha jugado, pienso entonces en toda esa gente que tanto jugaba cuando era más joven y que ahora parece que lo han dejado. Este tipo de público sí que ha aprendido ese lenguaje del videojuego y no tendría problemas en disfrutar de las obras. Aquí es donde me pregunto si la industria está fallando a la hora de llegar al público, viendo que tanta gente que jugaba en su día ahora parece tener un interés nulo por los videojuegos.
Evidentemente, cuando uno se hace adulto se dispone de menos tiempo ocioso, surgen otros hobbys y demás, pero siendo alguien que sigue sintiendo una gran pasión por este mundo y que ve normal seguir jugando (aunque han habido malas rachas, claro), pues siempre acabo preguntandome por qué sucede esto, que hayan tantos casos de gente que no vuelve a jugar. A priori se me ocurren estos factores:
- En su día muchos tenían consola porque era regalo de los padres (cumple, comunión, etc.). Ya de mayor este tipo de cosas te las compras por tu cuenta, y aquí muchos piensan que ya no les compensa.
- El auge de los smartphones. Hablando de forma estricta, la gente sigue jugando de forma habitual, solo que la mayoría lo hace a través de los móviles, donde la gran mayoría de juegos difieren bastante de lo que entendemos por la industria tradicional. El desembolso que supone un smartphone es igual o superior al de una consola, con el añadido de que es un bien necesario. Otra necesidad suele ser un portátil/tablet, un combo que al final da una dosis de entretenimiento más que suficiente.
- Ligando con el punto anterior, internet es otro elemento importantísimo que en la época de PS2 y DS, donde todo cristo de mi entorno jugaba a videojuegos, estaba todavía en bragas. El ocio sedentario se ve ocupado por estos elementos, que dan un entretenimiento más que suficiente.
- ¿Falta de innovación en los propios juegos? Los grandes lanzamientos son casi siempre secuelas y ahora hay que sumar los remakes. Los remasters también hacen bastante ruido cuando se lanzan, alimentando una imagen de que la industria siempre orbita sobre lo mismo de siempre. Quizás estoy patinando aquí, pero creo que esta carta de presentación puede ser muy poco atractiva para aquellos que pueden llegar a tener un mínimo interés en volver a darle una oportunidad al mundillo.
En fin, he escrito todo esto medio dormido y no sé si tiene algún sentido toda la parrafada. ¿Cuál es vuestra experiencia en vuestro entorno? ¿Sigue jugando mucha gente o conforme pasan los años notáis que se va perdiendo la afición? ¿Pensáis que los videojuegos tienen suficiente público o que podrían ampliarse a mucha más gente?
PD: Vídeos sobre el lenguaje del videojuego y lo que suponen para la gente inexperta
Hace unos meses, un amigo me comentó que le costaba encontrar películas que le gustasen en Netflix, que su algoritmo solo mostraba lo mismo una y otra vez y que cuando encontraba algo que parecía diferente solía decepcionarle. Yo le comenté que iba a suscribirme a FilmIn, que está más orientada hacia el cine de autor y películas de culto, además de dar cabida a todo tipo de cine internacional, cosa que encaja bastante con mis gustos. Le propuse compartir la suscripción y pagarlo a medias, aunque si quería solo probar el primer mes y luego ya me decía si se quedaba o no, en caso de que no le terminase de gustar la oferta. Evidentemente la plataforma también da cabida a cine de Hollywood y películas accesibles, pero mi querido amigo también le da oportunidades a alguna rareza pretenciosa de cine de autor que le recomiendo y le suelen gustar.
Ahora pongamos que vengo de terminar un juego increíble, que me ha emocionado, que me ha mantenido en vilo durante días y puede que semanas. Los responsables de la criatura me parecen unos genios, unos artistas que todo el mundo debería conocer. Pero... ¿a quién le recomiendo esto?
Durante estas últimas semanas he estado viendo vídeos y leyendo sobre conceptos como Game Literacy, que giran entorno a la accesibilidad de videojuegos para el público general y en como utilizan un lenguaje propio que los aficionados solemos aprender desde una edad muy temprana, mientras que aquellos que no hayan hecho lo propio lo van a tener bastante complicado. Hoy en día los juegos ofrecen niveles de dificultad muy asequibles y opciones para hacer la experiencia más accesible, sin embargo por mucho que se reduzca la vitalidad de los enemigos y que tu avatar sea más fuerte, los jugadores novatos se ven frustrados por otros elementos, como tener que lidiar con un pad rebosante de botones en experiencias que exigen pulsar varios botones a la vez y la famosa coordinación de los sticks. Nosotros damos muchas cosas por hechas, pero para alguien menos experimentado hay mecánicas que son un auténtico reto.
No obstante, hay otro tema que me intriga y es sobre lo común que es el videojuego en el entorno durante la niñez y la adolescencia y como poco a poco mucha gente se va alejando del mundillo. Por ejemplo en mi quinta todo el mundo tuvo PS1,PS2, Game Boy, DS, etc... Con PS360 ya hubo un ligero bajón, y a partir de PS4/One/Switch me quedan muy pocos conocidos de mi entorno que sigan acudiendo al hobby. Esto lo digo porque pienso que Sony y compañía quieren expandir la afición del videojuego, llegar a mayor variedad de edades, abarcar más público. Su línea de juegos exclusivos para PS4, con su cierta homogeneización, parecen seguir una política tipo Disney-Marvel de acercarse a un público inmenso sin importar si son más o menos aficionados al mundillo. En parte eso me suscita los modos de dificultad "muy fácil" de estos juegos, que se han bautizado como "modo narrativo". Claro está, me parece un tanto ingenuo pensar que hay gente que se va a gastar unos 300€ en la consola y juegos para ver estas "experiencias narrativas" teniendo Netflix, Internet y otras miles alternativas de entretenimiento.
Dado que este tipo de juegos que forman la cara más visible de la industria giran entorno a géneros y mecánicas que constituyen una barrera para la gente que nunca o casi nunca ha jugado, pienso entonces en toda esa gente que tanto jugaba cuando era más joven y que ahora parece que lo han dejado. Este tipo de público sí que ha aprendido ese lenguaje del videojuego y no tendría problemas en disfrutar de las obras. Aquí es donde me pregunto si la industria está fallando a la hora de llegar al público, viendo que tanta gente que jugaba en su día ahora parece tener un interés nulo por los videojuegos.
Evidentemente, cuando uno se hace adulto se dispone de menos tiempo ocioso, surgen otros hobbys y demás, pero siendo alguien que sigue sintiendo una gran pasión por este mundo y que ve normal seguir jugando (aunque han habido malas rachas, claro), pues siempre acabo preguntandome por qué sucede esto, que hayan tantos casos de gente que no vuelve a jugar. A priori se me ocurren estos factores:
- En su día muchos tenían consola porque era regalo de los padres (cumple, comunión, etc.). Ya de mayor este tipo de cosas te las compras por tu cuenta, y aquí muchos piensan que ya no les compensa.
- El auge de los smartphones. Hablando de forma estricta, la gente sigue jugando de forma habitual, solo que la mayoría lo hace a través de los móviles, donde la gran mayoría de juegos difieren bastante de lo que entendemos por la industria tradicional. El desembolso que supone un smartphone es igual o superior al de una consola, con el añadido de que es un bien necesario. Otra necesidad suele ser un portátil/tablet, un combo que al final da una dosis de entretenimiento más que suficiente.
- Ligando con el punto anterior, internet es otro elemento importantísimo que en la época de PS2 y DS, donde todo cristo de mi entorno jugaba a videojuegos, estaba todavía en bragas. El ocio sedentario se ve ocupado por estos elementos, que dan un entretenimiento más que suficiente.
- ¿Falta de innovación en los propios juegos? Los grandes lanzamientos son casi siempre secuelas y ahora hay que sumar los remakes. Los remasters también hacen bastante ruido cuando se lanzan, alimentando una imagen de que la industria siempre orbita sobre lo mismo de siempre. Quizás estoy patinando aquí, pero creo que esta carta de presentación puede ser muy poco atractiva para aquellos que pueden llegar a tener un mínimo interés en volver a darle una oportunidad al mundillo.
En fin, he escrito todo esto medio dormido y no sé si tiene algún sentido toda la parrafada. ¿Cuál es vuestra experiencia en vuestro entorno? ¿Sigue jugando mucha gente o conforme pasan los años notáis que se va perdiendo la afición? ¿Pensáis que los videojuegos tienen suficiente público o que podrían ampliarse a mucha más gente?
PD: Vídeos sobre el lenguaje del videojuego y lo que suponen para la gente inexperta