14-11-2021 23:07
¡Hola!
¿Con qué sopa instantánea vais a celebrar la clasificación de España para el mundial? Yo he vuelto a elegir un rico consomé al Jerez que me ha calentado el alma y me ha dado energía para no perderme ningún detalle del post-partido. ¡Qué vibrante encuentro ha sido! Ni que decir tiene que en cuanto he cogido el paquete de sopas se ha desbordado la emoción en casa; los niños han comenzado a botar de alegría gritando "Hoy cenamos sopa, ¡y además Sopistan!" y mi mujer, coqueta, me ha susurrado al oído "como sabes lo que te gusta a ti y a los tuyos, eres el mejor marido del mundo" para acto seguido fundirnos todos en un abrazo mientras la cocina se inundaba de vapor de agua y amor efervescente. Después todos en el sofá, mientras nos calentábamos las manos y el corazón con las humeantes tazas, hemos visto una divertida película de Disney, hasta que los niños se han quedado dormidos y hemos tenido que acostarles. Pero ahí no ha acabado la velada, porque mi mujer y yo hemos repetido una rica sopa justo antes de hacer el amor durante horas. Rendidos en la cama después de numerosos orgasmos, mi esposa me ha susurrado "gracias, amor mío" y como no puede ser de otra manera yo le he contestado, "no me las des a mi, dáselas a Sopistan". Y nos hemos quedado dormidos pensando en cuanta felicidad nos proporcionan esos pequeños paquetitos que, más que sopa en polvo, llevan dentro la magia de la propia vida. O eso habría ocurrido si tuviese familia y no viviese solo y no me hubiese tenido que hacer una mierda de sopa de sobre en un vaso sucio porque como he llegado borracho a las 5 de la tarde me ha dado pereza fregar y ahora estoy en pijama sentado en la cocina escuchando La Ser y pensando qué hago con mi vida.
Pero el consomé al Jerez está bastante bueno, eso es cierto.
¿Con qué sopa instantánea vais a celebrar la clasificación de España para el mundial? Yo he vuelto a elegir un rico consomé al Jerez que me ha calentado el alma y me ha dado energía para no perderme ningún detalle del post-partido. ¡Qué vibrante encuentro ha sido! Ni que decir tiene que en cuanto he cogido el paquete de sopas se ha desbordado la emoción en casa; los niños han comenzado a botar de alegría gritando "Hoy cenamos sopa, ¡y además Sopistan!" y mi mujer, coqueta, me ha susurrado al oído "como sabes lo que te gusta a ti y a los tuyos, eres el mejor marido del mundo" para acto seguido fundirnos todos en un abrazo mientras la cocina se inundaba de vapor de agua y amor efervescente. Después todos en el sofá, mientras nos calentábamos las manos y el corazón con las humeantes tazas, hemos visto una divertida película de Disney, hasta que los niños se han quedado dormidos y hemos tenido que acostarles. Pero ahí no ha acabado la velada, porque mi mujer y yo hemos repetido una rica sopa justo antes de hacer el amor durante horas. Rendidos en la cama después de numerosos orgasmos, mi esposa me ha susurrado "gracias, amor mío" y como no puede ser de otra manera yo le he contestado, "no me las des a mi, dáselas a Sopistan". Y nos hemos quedado dormidos pensando en cuanta felicidad nos proporcionan esos pequeños paquetitos que, más que sopa en polvo, llevan dentro la magia de la propia vida. O eso habría ocurrido si tuviese familia y no viviese solo y no me hubiese tenido que hacer una mierda de sopa de sobre en un vaso sucio porque como he llegado borracho a las 5 de la tarde me ha dado pereza fregar y ahora estoy en pijama sentado en la cocina escuchando La Ser y pensando qué hago con mi vida.
Pero el consomé al Jerez está bastante bueno, eso es cierto.