No es suerte como tal, es la realidad de que un simple detalle te cambia un partido y por ende, una eliminatoria y quién sabe si toda una temporada. Y en esos detalles no entran los méritos ni las decisiones. Es un hecho de que con 2-0 al descanso te vas muerto y lo más habitual es que en la segunda salgas cadáver y te maten definitivamente. Que no es cuestión de suerte, pero sí es algo que no está escrito ni Zidane hizo magia para que Vidal tirase al limbo.
Son muchas piezas y todas se alteran por el más mísero detalle. Vidal "se va" del partido en cuanto falla, el Madrid resucita y cambia todo, el Bayern pierde la oportunidad de ir al descanso con un resultado soñado... y en cuanto pasa todo eso, en un minuto le cae el empate y una -merecida- expulsión.
Somos extremadamente resultadistas y permanentemente injustos con cada partido. Ayer si el Barça no mete el tercero pasamos de hablar de Messi a la crisis, y si Isco no mete ese gol en el descuento pasamos de hablar del golpe de autoridad del Líder o del fantástico Isco, a no hablar de Isco y a decir que el Madrid "tira" la Liga. Y al final todo se resume en eso: un rebote de Messi y un zapatazo de Isco. Dos milésimas que hacen que pasemos de blanco a negro.
Que yo ayer durante 88 minutos leía por todos sitios críticas a Zidane por la broma que hizo y por un disparo de Isco se borró todo eso y se pasó a "Grande Zizou sentenciando la Liga". Es absurdo.
Cada uno lo ve desde su posición, para mí que cualquier equipo con 500 millones en el campo se encomiende a un destello en el descuento ante uno que lucha por no descender y que sufre hasta para pagarle al jardinero, es hacer el ridículo. El Barça anoche mismamente hizo una basura de partido indigno de su status, pese al recital de Messi.
Por eso muchos fiarmaríamos con los ojos cerrados la Superliga esa con la que encima a veces nos amenazan los señoritos con irse