En DS1 Queelag esta donde esta porque casi huye de Izalith pero no lo consigue, y porque está cuidando de su hermana Queelan, la cual está bastante jodida.

Eso si, te pones el anillo y consigues que te diga algo y te de una idea de porque están ahí y la relación entre ambas.

He llegado a las Catacumbas de Carthus, un nivel que me ha gustado muchísimo y que es calcado a las Catacumbas de Dark Souls, pero menos enrevesada y menos coñazo. Los enemigos también me han gustado mucho, sobre todo los enemigos de ojos rojos que cuando ruedan son invisibles. Y por supuesto, los esqueletos y los esqueletos rueda, no podía ser menos.

Creo que he explorado bastante bien la zona pero como siempre me dejo mucho atrás. Creo que hasta ahora no he completado una zona al 100%. Incluso me quedan cosas por hacer en el Gran Muro. Antes del jefe, por supuesto, tocará hacer todo de principio a fin arrasando con cualquier atisbo de vida en busca de todos los objetos habidos y por haber.

El Gran Señor Wolnir es un combate interesante aunque descafeinado. La puesta en escena es soberbia, el objeto ahí plantado y aparece el jefe. Para alguien con trayectoria solo es una sorpresa, pero a los que se inicien con este juego puede ser un susto importante. Con la tensión del momento ni siquiera pude coger el objeto. ¿Qué demonios era?

Y tras Wolnir, Irithyll del Valle Boreal. Me he tirado 5 minutos viendo el escenario. Hacía tiempo que no me pasaba. Qué puta locura de escenario. He llegado hasta el puente y un mensaje rezaba que necesitaba un muñeco para avanzar y supuse que lo tendría el perrito que guarda el puente, pero no. Así a desandar camino en busca del muñeco. Irithyll tiene pinta de ser de las mejores zonas del juego.

Me costó bastante encontrar dónde se encontraba el puñetero muñeco. No había explorado bien el Camino de los sacrificios y el mago de los huevos me dio la lata. Unos cuantos intentos hasta que llegué a la conclusión de que ir a por él con el arme a dos manos corriendo con 5 miniyos suyos no era lo acertado. Limpiando sus clones uno a uno y dejándolo a él para el final cayó. Y ahora tocaba la Catedral.

Uno de los niveles más enrevesador que me he encontrado hasta ahora y los enemigos ilimitados me han mosqueado porque me metían un sangrado casi infinito. Que por cierto, tengo otras zonas sin explorar por ahí. He llegado hasta dentro de la Catedral y la verdad es que el diseño del nivel es muy bueno. Me he hecho con anillos y objetos muy interesantes. Y los gigantes me han tenido un rato atascado porque pensaba que había que encerrarlos. Por cierto, voy a rebanarle el pescuezo a Patches en cuanto me venda todo lo que me interesa. El combate contra los Diáconos de las Profundidades es muy interesante. No un reto mayúsculo, pero la banda sonora y la mecánica desde luego llaman la atención. Y finalmente, el muñeco.

Irithyll es sencillamente impresionante y un salto de dificultad importante. Enfrentarme a un caballero y al cabronazo de la alabarda en llamas es sinónimo de pasarlas putas en el mejor de los casos. Ese inicio se em atragantó mucho. Pero una vez superado ese punto pude avanzar bastante y ahora mismo estoy en un punto donde para regresar tengo que andar un buen camino. Pasando por cierto por dos caballeros plateados. Interesante.

Me spoileé sin querer lo que viene después y... solo espero un escenario apoteósico.