Semana light otra vez.
Finalizada la campaña con los Necrófagos en
Endless Legend.
No ha sido la partida más interesante debido a lo unidireccional que es esta raza, basada en combate ante todas las cosas. Para cuando derroté a la primera civilización rival, el resto cayeron como piezas de dominó. El único problema, si es que se le puede llamar eso, es que el jugador de los Caballeros Espectrales acabó dominando gran parte del mar, por lo que al viajar de isla en isla tuve que escabullirme un poco.
Me quedé atrancado en una parte de la misión de facción en la que el juego me daba el objetivo de "Llegar a 8 de población en tu capital". Pero mi capital ya había sobrepasado el 8 y se encontraba en 15, así que estuve rallándome acerca de por que no cerraba el juego la misión de una vez. Probé creando 8 más de población, a ver si solo contaba desde que obtienes el quest, pero nada. Cuando llegué a los 23, el juego seguía sin darme la misión como superada.
Resulta que "Llegar a 8 de población" realmente significaba "Dejar el nivel de población a 8 exacto". Los Necrófagos tienen una mecánica que consiste en sacrificar aldeanos para obtener bonificadores, así que superar esta misión fue fácil una vez miré por Internet lo que debía hacer, y tan solo tuve que organizar una pequeña masacre para reducir el nivel de 23 a 8 otra vez. Pero igualmente, creo que podrían haberse currado algo más la descripción de los objetivos de la misión, la verdad...
Superado el calvario que es la parte de Ambrosia en
Ultima III: Exodus.
Ambrosia es sin duda el peor tramo de la saga hasta el momento, si pedimos permiso al castillo de Minax en
Ultima II, que directamente era tortura china. El lugar es un mapa mundi del tamaño del mapa mundi normal, pero completamente vacío salvo por cuatro lugares de interés que se encuentran detrás de caminos hechos lo más innecesariamente largos posibles a posta. Ni siquiera hay enemigos excepto en un par de sitios concretos.
Lo que tienes que hacer es ir grindeando dinero en el mundo normal y gastarte la pasta en los santuarios de Ambrosia para subir tus habilidades. A 100 euros el punto de habilidad. Este es un ejercicio en el tedio que ninguno de los otros dos juegos tenía de forma tan exacerbada. Además, para llegar a Ambrosia tienes que empotrar tu barco contra un remolino que viaja y se teletransporta de forma aleatoria por el mapa mundi, por lo que te puedes estar un buen rato hasta encontrarlo. No solo eso, sino que la ausencia de enemigos (y cualquier tipo de tienda o servicio) en Ambrosia te obliga a grindear fuera y luego viajar al dichoso mundo perdido para luego volver a salir, grindear de nuevo, y entrar otra vez. Un auténtico gustazo.
Afortunadamente ya acabó. Ahora queda completar los quests obligatorios, mucho más entretenidos, y pasar a la recta final.
Seguí con
FFXIV, pero no tengo nada que decir sobre él. Estoy a punto de maximizar reputación con los Vath, y he vuelto a empezar a subir las profesiones de fabricación tras haber dedicado algo de tiempo a las de recolección.
Y creo que ya está.