Esta semana he seguido acabando juegos que dejé a medias en su día.
Acabado
Mighty Gunvolt Burst.
Es un clon de
Megamán más que aceptable. Me lo he pasado con Gunvolt, no lo he probado con Beck y sé que hay más personajes de DLC, pero no voy a meterme ahí.
Al final tampoco he usado tanto la habilidad de tunear el arma más allá de ir añadiendo cosas. El juego te deja guardar varios "blueprints" para cambiar de arma al vuelo, pero nunca noté necesario llevar nada distinto al arma tuneada que llevaba siempre: Proyectiles grandes con una leve corrección de trayectoria al detectar movimiento que explotan al impactar y me permiten usar múltiples saltos en el aire.
Si hay algo que deba decir acerca de éste es que a diferencia de la mayoría de
Megamanes, los niveles son poco memorables al ser bastante facilitos. Los jefes cambian esto por completo, sin embargo. Aviator en concreto me pareció un combate irritante de huevos por esa estúpida forma que tiene de moverse cuando lleva la cámara a cuestas.
No hay vidas en el juego. Si mueres puedes volverlo a intentar desde el último check-point tantas veces como quieras, lo cual es bueno porque la cantidad de veces que morí en el tradicional guantelete de jefes del último nivel no tiene desperdicio (Aviator siendo la principal causa de mis muertes, claro).
Me ha gustado: Las posibilidades de tunear el arma. Los combates contra los jefes tienen un nivel de dificultad considerable hasta que les pillas el truco.
No me ha gustado: Creo que el juego podría haber hecho más para fomentar el tuneado del arma. Al final del día uno simplemente va añadiendo cosas al arma que ya tiene y se pasa todo el juego con ella. Los niveles son algo facilones en comparación con juegos de
Megaman.
También me he pasado el
Blossom Tales: The Sleeping King.
Es un clon de
Zelda. Pero, a diferencia de
Ittle Dew 2, al que jugué la semana pasada,
Blossom Tales no hace grandes esfuerzos por separarse de la saga de Nintendo. El juego es literalmente un
Zelda indie, con sus mazmorras, sus cuartos de corazón, sus items...etc... Tanto es así que la principal diferencia que he encontrado es que la protagonista principal (Lily) utiliza su barra de poder mágico para usar los objetos especiales. Así, técnicamente tienes bombas, flechas y otras cosas de forma ilimitada, pero si usas muchas en poco tiempo te quedas sin magia y no puedes usar ningún otro item de ataque hasta entonces. La magia se recupera sola con el tiempo de forma relativamente rápida, pero hay que tener en cuenta que todos los objetos (incluso los que técnicamente no usan munición como el Boomerang) comparten y usan este poder mágico.
Por cierto, el Boomerang está OP.
En lo que se refiere a un
Zelda,
Blossom Tales es modesto. Tiene cuatro mazmorras (con el jefe final en la cuarta, no existe mazmorra final), un mapa mundi más elaborado que el de
Ittle Dew 2, pero menos que los típicos de
Zelda, y un nivel de dificultad que no va muy allá tanto para combates como para puzzles. A pesar de ello, tampoco se puede decir que
Blossom Tales haga nada mal. El juego es un
Zelda indie creado con un presupuesto reducido, y para lo que es está bien y, si en algún momento sale un
Blossom Tales 2, probablemente me lo pille. Si os gustan los Zeldas en 2D y andáis buscando algo más tradicional y relajado que
Ittle Dew 2, podéis echarle un vistazo.
Sí que hay una cosa que fue algo decepcionante, sin embargo. La narrativa del juego consiste en un abuelo contándoles a sus dos nietos la historia de Lily. En ciertas ocasiones los niños intervienen en el diálogo, y de hecho hay un momento en el que los críos eligen el tipo de enemigo al que te enfrentas en un área (no se ponen de acuerdo así que el jugador debe elegir). Esto sucede muy temprano en el juego, y más tarde hay otro momento similar... Pero tampoco es que lleven el tema muy allá. Creo que la idea podría haber dado mucho más de si.
Me ha gustado: El juego es mono, tiene un diseño de mazmorras decente, y bastantes secretos escondidos de forma orgánica en sus alrededores. Hace las cosas que hace
Zelda, y las hace bien.
No me ha gustado: Pero no hace ninguna de ellas lo suficientemente bien como para destacarla frente a otros juegos similares. El juego es corto y modesto. Creo que la narrativa del abuelo contando la historia podía haber dado más de si.
Empezado
Goetia.
En este juego llevas a un pequeño fuego fatuo, que en realidad es el fantasma de Abigail, una niña que un día sale de su tumba y empieza a explorar su antigua casa, encontrándola abandonada y preguntándose a dónde ha ido todo el mundo. Al poco tiempo descubre que dentro de la mansión vive Malphas, uno de los 72 demonios del Ars Goetia, quien le informa que en algún momento lo ataron al edificio junto con algunos de sus compañeros. Abigail debe empezar a buscar información acerca de lo que ha sucedido en la mansión, a la vez que va desbloqueando los campos de fuerza que mantienen atrapados a Malphas y a los demás, ya que tampoco la dejan pasar a ella.
Es una aventura gráfica de puzzles. El fantasma de Abigail sigue a tu cursor y puede flotar por la casa, poseer objetos para llevarlos de un lado al otro mediante sus poderes de poltergeist, y alguna otra cosa más que vas desbloqueando con el tiempo. El juego es al estilo Myst, en el sentido que apenas hay NPCs más allá de dos o tres escenas ocasionales, pero sí que hay un montón de libros, notas, diarios y similares que sirven para dar trasfondo y contienen pistas acerca de los puzzles. Y estos puzzles pueden llegar a ser obtusos de huevos. Uno tiene que estar preparado para estar dando vueltas y vueltas por las salas de la casa sin saber muy bien que hacer o como resolver un puzzle concreto.
Goetia no es un juego fácil, para nada.
Pero la historia es intrigante y el entorno misterioso. El juego no es de terror. No tiene sustos, ni en ningún momento da la sensación de que el espíritu de Abigail corra peligro o esté en una situación de tensión (al menos por ahora). Sí que hay momentos en los que lees algunos documentos que resultan algo turbios y pueden describir situaciones malrollistas, pero siempre se trata de algo que pasó hace bastante tiempo. Ignoro si en cualquier momento esto cambiará.
Si os molan los juegos de puzzles obtusos estilo
Myst, creo que
Goetia anda por esas líneas.
También intenté jugar al
Darkest Dungeon en su port de Switch... Pero lo dejé pronto porque no me gustan los controles. Se nota mucho que el juego fue creado para ser jugado con ratón en el PC.
Siguiendo con mi propósito de convertir Auriga en un balneario volcánico en
Endless Legend...
Antes de salir de mi continente inicial fui viendo como iba dejando a la mayoría de otros jugadores atrás en temas de puntuación... Excepto a uno: El jugador aguamarina. Tras empezar a construir barcos y lanzarme a la mar descubrí que dicho jugador es de la facción de los Sectarios, una especie de maniquíes sin cara que adoran a algún tipo de deidad lovecraftiana. Los sectarios parecen ser la "Venecia" de Endless Legend, es decir, la facción que no puede construir ciudades más allá de la inicial, pero que extienden influencia convirtiendo poblados neutrales a su causa y convirtiéndolos en marionetas.
Resulta que cuando yo llegué los puñeteros sectarios tenían ya controlada casi la mitad del océano. Ignoro como es que el resto de IAs les dejaron campar a sus anchas tan impunemente, pero el caso es que cuando llegué con mis barquitos estos tipos tenían una potencia naval de la hostia y me mandaron corriendo a casa a preparar mi venganza.
Ahora estoy a las puertas de su única ciudad con un grupo de soldados cabreados. Al ser la única ciudad que tienen, si la conquisto elimino al jugador aguamarina del juego. No obstante, precisamente porque es la única ciudad que tienen, esto también significa que es donde han ido a parar todas las mejoras de fortificación de la facción, donde están concentradas todas sus tropas, y el objetivo más protegido del juego.
Estoy esperando a mi nueva flota marítima para atacar por mar y tierra a la vez (los barcos son algo lentos en este juego). No tardaré en derribar el edificio sagrado del culto. Y en su lugar crearemos un parque acuático. Excepto que en vez de agua será roca fundida.
Por cierto, que el jugador de la facción de los clanes mercaderes me ha vetado en el mercado. Suelo ser bastante pacifista en juegos de este estilo, pero como esta vez estoy yendo a por una victoria de expansión (controlar el 75-80% del mapa) y el tipo me vetó sin razón alguna (y me robó un territorio volcánico justo dos turnos antes de que llegase allí con mi colono) creo saber quien va a ser el siguiente en convertirse en carbón para hornos.
No he jugado a
Baldur's Gate 2 ni a
Final Fantasy XIV esta semana.