Yo voy a contribuir con una historia magnifica, de lo mejorcito que he leído. Hamlet of Tyranny, que podéis leer en ingles aquí:
http://dfstories.com/the-hamlet-of-tyranny. Pero voy a poner la traducción realizada por Haplo de puntadelanza.
Estaba visitando a un amigo hoy temprano. Los frikis atraen a los frikis y mi amigo estaba totalmente metido en una partida de Dwarf Fortress. Mientras entraba en su habitación me indicó que mirara rápidamente la pantalla. En ella se podía observar la invasión demoníaca más gigantesca que había visto en mi vida. Pero me estoy adelantando. Antes de saber el final de esta historia tendréis que escuchar el principio tal como me la contó mi amigo.
ÔÇ£Hamlet of TyrannyÔÇØ (El poblado de la Tiranía) era una fortaleza sin sucesos destacados, era una partida estándar dentro de las partidas estándar al DF. Como habitualmente ocurría había caravanas, inmigrantes y ocasionalmente (aunque era raro) algunos asedios, pero había un secreto MORTAL y oscuro enterrado debajo de las colinas. Y su nombre era Ashmalice. Ashmalice era un demonio de fuego de un estatus legendario. No sólo había existido en la prehistoria sino que había matado 550 seres ÔÇô que incluía a 2 tribus enteras de goblins, un puñado de elfos y una cantidad terrorífica de enanosÔǪuno de los cuales era un Rey.
Adelantándonos al presente, había una gran construcción en marcha en la fortaleza. Había muchísimos inmigrantes que habían ido llegado a lo largo de los años y los tiempos eran buenos para los enanos. Había enanos guerreros legendarios, grabadores de renombrada fama y mi compañero fue muy poco cuidadoso con las defensas de laf fortaleza. Y sus enanos pagaron el precio cuando un minero accedió a una gruta mientras cavaba muy por debajo de la fortaleza. En una hora la fortaleza de mi amigo estaba asediada por una oleada interminable de horrores demoníacos. Mal preparado para atajar la amenaza de forma inmediata, la población de la fortaleza empezó a disminuir exponencialmente. Ni una redirección precipitada del río hacia los niveles inferiores fue suficiente para detener el flujo demoníaco, sólo para ralentizarlos mientras las principales rutas de escape se venían abajo para ganar tiempo.
Afortunadamente (y por listo) mi amigo había construido la fortaleza de tal manera que si una gran sección de la misma se colapsaba y se venía abajo todas las rutas de escape llevarían hacia el bosque afuera, lejos de la fortaleza, defendibles gracias a un sistema en el que el techo se derrumbaría a través de una palanca y que además se inundaría de agua.┬á Como no había ningún enano vivo en ese lado del mapa o que fuera capaz de alcanzar la palanca por sí solo, mi amigo tuvo que comprar el tiempo suficiente para sus enanos, hasta que Ashmalice apareció en escena con lo que parecía dejar todo intento por sobrevivir como algo imposible, fútil.┬á Incluso, por si no era suficiente, Stuvok se volvió loco de rabia.
Stuvok era uno de los 7 enanos fundadores. Era un ex minero que se había convertido en un herrero legendario. Era un monstruo enano al que todo enano aspiraba a llegar. Y había perdido a su mujer Doken (otro enano de los 7 fundadores) a manos del demonio Ashmalice. Su pena se dejó sentir mientras mataba a cuanto enano se encontraba a su paso hasta que entró en su habitación, hecho que permitió echar la llave a la cerradura para que no saliera hasta que recuperara la cordura.
La moral estaba por los suelos. Algunos enanos cometieron suicidio en esta hora tan oscura. Y del puñado que quedaban en esta, una vez grande, fortaleza, había muy pocos que pudieran hacer nada, excepto el restante enano fundador que quedaba: el tallador y grabador de piedra Sil. En los meses que siguieron los muros fueron tallados con los hechos acontecidos durante esos días de angustia, terror y muerte. Pero este no es el fin de la historia para la fortaleza. No todavíaÔǪ
En su dolor y luto, Stuvok abrió su corazón a los espíritus de los muertos. Y un día llegaron a él en espíritu. En su humor poseído planeó, diseñó y creó con los materiales disponibles (irónicamente) un artefacto ligado a su mujer: Endless Death of Tears (Las Lágrimas de la Muerte Sin Fin), una espada con una imagen de un enano sosteniendo una pieza de vidrio (vidrio que su mujer usaba diariamente en su quehacer).
Mi amigo se había estado resistiendo a inundar todo el mapa de lava y dar por acabada la partida dadas las circunstancias tan gravosas. Pero al observar la creación y el detalle de ese artefacto, su orgullo pudo más que cualquier otra cosa y supo que todos los enanos, incluso el Rey enano muerto hace años por Ashmalice,┬á ¡todos debían ser vengados! Y por suerte para mí decidió continuar. Adelantándonos de nuevo al presente (justo en el momento que llegué a su casa) mi amigo había excavado en un rincón de la fortaleza y llevado allí todo lo que había sobrevivido hasta entonces. Cuando todas las palancas habían sido construidas y situadas, todos los enanos armados y todos los preparativos finalizados, le dio de nuevo al play.
Unos cuantos enanos cometieron suicidio mientras corrían hacia las profundidades de las mazmorras y las hacían venir abajo, acumulando capas de tierra que hacía muy difícil para las hordas de demonios poder subir hacia la fortaleza. Algunos otros enanos, enrabietados, se aprestaron a combatir pero no eran más que carne de cañón que compraban el tiempo suficiente para que el verdadero plan se llevara a cabo. Una palanca estratégicamente situada que al ser activada derrumbaría toda la montaña a través del techo de la sala comedor: aplastaría casi toda la mitad de la horda de demonios y crearía un gran tapón.
Como estaba planeado, los demonios supervivientes intentaban colarse a través de algunos pasadizos sólo para ser acuchillados por trampas afiladas. Los Demonios quedaban destrozados por las cuchillas, pero seguían viniendo. Y así también lo hizo ÔÇ£ÉlÔÇØ. Ashmalice no sólo sorteó el derrumbamiento del techo del comedor, sino que se deslizó por las trampas cuchillo, traspasó numerosas habitaciones inundadas y repletas de trampas y finalmente, junto a varios demonios más, llegó hasta la última línea de defensa. Entre sus víctimas estaba Stuvok; incapaz de vengar a su amada. Y el último puñado de enanos fueron rápidamente reducidos a 2 ÔÇô Sil el tallador y el legendario capitán de la guardia, Daneken.
Tan respetado y poderoso como había sido Stuvok, Daneken era eso y mucho más. Era muy bueno entre su clan, y una vez en su larga carrera había repelido él solito un asedio goblin liderado por un Cíclope, y había ayudado a golpear a un dragón hasta la muerte. Y ahora armado con la espada artefacto de su amigo muerto, lo veía todo rojo. Daneken se había situado al borde de un abismo (un abismo cercano a un agujero donde en los primeros años de la fortaleza habían surgido un montón de pequeñas arañas de las cavernas). Un único puente había sido construido para atravesar el abismo, que había sido luego expandido para construir unas habitaciones más adelante en ese nivel. Pero ese plan ya no existía. Y ahora era lo que era. Era el fin de los enanos de ÔÇ£Hamlet of TyrannyÔÇØ. Pero éstos no se irían sin hacer ruido.
Mientras los demonios se aproximaban Daneken se lanzó a la carga con rabia y furia. Ashmalice le disparó con fuego demoníaco, pero Daneken estaba imbuido por la rabia colectiva de sus amigos, parientes y hermanos de fortaleza muertos y seguía con su imparable cadena de espadazos, sin señales de flaquear. Ashmalice no obstante había visto la muerte de un Rey y no estaba impresionado con los trucos de un enano solitario, de manera que lo golpeó con tanta fuerza que lo tiró hacia atrás┬á -con tanta mala fortuna que en ese empujón golpeó a Sil, el tallador, que cayó al precipicio. Con la piel a tiras y la sangre borboteando, Daneken gateó justo a tiempo de ver cómo Ashmalice caía sobre él. Con un simple empujón más la fortaleza sería pasto de los demonios. Pero ante la alucinante incredulidad de mi amigo y la mía, fueron los enanos quienes reclamarían la fortaleza para ellos.
Daneken, en un testamento de su enana testarudez y valentía, golpeó con la espada una de las alas/brazos de Ashmalice y clavó la espada ÔÇ£Endless Death of TearsÔÇØ en su vil corazón. Tan fuerte fue el golpe que el demonio se vio impulsado hacia atrás, cayendo al borde del precipicio hacia la eterna oscuridad; lanzando maldiciones a la largo de la caída.
Ashmalice se precipita al vacío. Daneken le ha derrotado.
Con su clan y su rey vengados, Daneken mismo se precipitó al vacío. PeroÔǪun enano todavía estaba vivo ¿¿¿???.
Impactado por lo que acaba de ocurrir, urgí a mi amigo a que encontrara rápidamente al superviviente. Los menús se abrieron, tabeó y vimos su nombre. Sil. ¿Sil? ¡Pero si había caído hacia la profundidad del abismo! ¿Qué estaba pasando? Con la batalla ya finalizada prácticamente y con los demonios bloqueados por cientos de piedras y agua tapando su ruta de subida, nos pusimos a buscar por el abismo. En algunos niveles por debajo, en un pequeño saliente de 2 cuadrados, allí estaba Sil, roto y sangrando, ¡pero vivo!
Sin posibilidad de salvarlo y con todo el resto del clan en la otra vida, debatimos cómo debería terminar. ¿Deberíamos abandonarlo a su suerte? ¿Deberíamos intentar matarlo de alguna forma?┬á ¿Cómo? ¿Qué? Al final, no obstante, decidimos que grabara una imagen más ÔÇô un último testamento a los enanos. Esta decisión no era fácil y más después de un final tan épico, algo que no estuviera a la altura sería un insulto. Después de todo quizás le diera por grabar la imagen de una seta o algo igual de raro. Pero corrimos el riesgo y le dejamos hacer.
¿Qué dibujó momentos antes de desangrarse hasta la muerte? ¿Solo, en un pequeño saliente, oscuro? ¿El último gesto de los enanos de ÔÇ£Hamlet of TyrannyÔÇØ?
ÔÇ£Un dibujo de un demonio y algunos enanos. El demonio está en una posición fetal. Los enanos están riendoÔÇØ