Por Franchuzas

A veces en la vida encontramos cosas que además de gustarnos, nos hacen sentir bien. Puede ser un recuerdo, un lugar, una canción, una película o quizás incluso un videojuego. A lo largo de los años he acabado por perder la cuenta de los juegos que he ido probando, pero a pesar de eso todavía me resulta fácil recordar las sensaciones que me produjo cada uno de ellos con tan solo leer su título. Y Fantasy Zone me hacía sentir bien. No sólo bien en el sentido de divertirme, o de provocarme satisfacción al superar cada uno de los niveles, sino porque era capaz de contagiarme su buen rollo.

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