Siguiendo recopilando lecturas, leído por fin
El Caminante, de Jiro Taniguchi, una de las últimas obras de este enorme y desaparecido autor de mis bibliotecas. Es otra recopilación de relatos como el Olmo del Cáucaso o Tierra de Sueños, en este caso vertebrados por los paseos de su protagonista.
Historias sencillas, con escasos diálogos y dibujo limpio y calculado, para mostrar esa cotidaneidad e instantes mundanos que el autor gustaba en tantas situaciones, tratadas con su delicadeza y tacto.
Justo lo contrario sería
Tyler Cross, un cómic de género negro, el primero de los tres volúmenes que hay publicados aquí en España, y con una historia que combina ese noir con western, en un pueblo dominado por un capitoste y su familia. Me ha encantado como una historia que no es en absoluto ni original, ni saltaría por encima de este género en el cómic, consigue ser muy trepidante y con un gran sabor de boca, evidenciando que muchísimas veces importa más la calidad de lo contado que lo contado en sí. Una historia donde el antihéroe, Tyler Cross, queda tirado en ese pueblo anclado en el tiempo, con medio millón de dólares en heroína cargado en su espalda, y menos de veinticinco dólares en el bolsillo.
Es la segunda obra que leo de Fabien Nury, tras la también excelente 'Érase una vez en Francia', y tengo que conseguir más trabajos suyos sin duda. Lo grande es usar las fórmulas y códigos del género con una mano firme y sabia que haga sentir frescura a la par que el interés y la emoción no decaiga. Me gusta un detalle muy tonto pero que ejemplifica esto, usar la tercera persona en los inevitables textos de apoyo, frente a la narración tan típica y tópica en primera persona. Esto se logra también con el enorme dibujo de Brüno y el color de Laurence Croix. Me hace gracia porque le comenté a un amigo que Tyler es un personaje de juego de PSX, diseño recto y color plano. Por supuesto, esa aparente parquedad visual se solapa de forma magistral al guion de Nury. Lástima que ya no hay más tomos en la biblioteca
Y sobre otro autor con nombre, pero que yo he conocido poco, también es mi segunda obra de Rubén Pellejero, tras Lobo de Lluvia, en
Un Verano Insolente. Con Denis Lapiere colaborando con Pellejero en guion e historia, es una obra que trata sobre todo del arte, un largo verano de tres años en el México de comienzos de los años 20, tras la revolución, mientras el país se asienta y agita, pero centrado en la parte artística, el crisol de artistas que allí convivieron, centrándose en la relación entre la artista y fotógrafa Tina Modotti, y el también fotógrafo Edward Weston como hilo conductor.
Me gusta leer estas historias a las estoy menos habituado, demuestran que con el cómic se puede hacer de todo, aunque también es verdad que la narrativa tiene toque cinematográfico, es una de esas película en viñetas, justamente conduciendo la historia en un enorme flashback en los años cuarenta por parte de uno de los amigos de la pareja, que rememora todo ello tras la muerte de Tina. Nostalgia, juventud, un crisol de culturas y un país en pleno cambio y ebullición.
También he tenido mi primer contacto con el universo Black Hammer, de manos de una miniserie especial dedicada al villano
Sherlock Frankenstein:
Guión de Jeff Lemire y dibujo de David Rubin. Es una historia que sirve para explorar este universo durante las décadas de continuidad que tiene -dentro de los cómics, que esta línea lleva pocos años-, y es una buena guía para conocer cosas básicas. No es una historia que me haya cautivado pero es que tampoco conozco mucho de esto, es mi primer contacto serio. Luego, que no termino de simpatizar con el dibujo de Rubin, le había visto como artista completo en Ether y no le pillaba el punto, y aquí tampoco me mata, aunque ha sido una lectura amena. Se fusilan conceptos de las dos grandes editoriales a saco, porque veo que el valor añadido es usar todo eso con vueltas de tuerca en la parte de personajes y las situaciones de los mismos.
Y termino con
La Aguja, otro cómic noir pero cortado con el patrón de la ciencia-ficción post-apocalíptica. En un mundo cubierto por la radiación y con cierta incertidumbre sobre el marco en el que se asienta, con el trasfondo del racismo entre humanos normales y las estrafalarias especies mutadas, tiene lugar una investigación de unos macabros crímenes, mientras nos hacemos las cábalas usuales del género del suspense sobre quien es quien, con el clásico secreto oculto en el pasado.
De nuevo, no tengo nada leído de Simon Spurrier, ni creo que haya visto tampoco ninguno de los trabajos gráficos de Jeff Stokely, y ha resultado algo interesante. Usar la fantasía y ciencia-ficción como vehículos para temas más humanos tampoco es nuevo, pero como en Tyler Cross, se consigue crear algo destacado sabiendo hacer las cosas con tino. No me ha convencido tanto como el anterior, pero mismamente el dibujo que combina toque 'animado' con ese mundo cruel lleno de aspectos y seres extraños da un contraste bien curioso.
A ver que me traigo el martes de la tienda. De las bibliotecas nada, que voy a estar un tiempo sin pillar merca porque tengo días de penalización por devolver cosas fuera de plazo, pero ya volveré ya.