Pasado el segundo capítulo de The wolf among us.
Me ha dejado fascinado. Es mucho más truculento de lo que me imaginé, empiezo a descubrir que tengo un lado oscuro que se regocija ante la amoralidad plasmada en personajes ficticios. De hecho, hay cierto morbo en el descenso a los infiernos que sufren personajes exiliados de unos cuentos en los que todo era blanco o negro. Es fascinante la diferencia de adaptación y a nivel de secuelas que muestran los varios personajes de esta suerte de
cuento realista.
Personalmente me está gustando más por ahora que lo que llevaba a nivel equivalente de la primera temporada de TWD, aunque también hay que decir que el personaje de Clementine lo supieron crear muy bien.
Y ahora, estimado @
Rosstheboss :
leo con fruición sus aventuras zoófilas, que no zoofílicas, aunque bueno vd. sabrá si le van esas cosas por las cuales no le juzgaré, cada uno tenemos nuestros vicios. Aunque siempre he pensado que los pomeranias lucen sexis...
Haga vd. el favor de no lanzar gatos a cazar jabalíes. Por fuera parecerán apacibles cerditos con más pelo y colmillo, pero tanto en la realidad como en el juego tienen una mala hostia de cojones. Hará un gatocidio de seguir así.
Me mola verle con los cojoncillos en la traquea y cabreándose de tener que optar por huir como una perra literalmente ante la aparición de bestias chungas. Normal, es la ley de la selva. Bueno, la ley de Shibuya. O la ley de la selva en Shibuya, bueno, usté me entiende, coño. Ya te dije que esto era más survival que juegos que se cascan de manera libertina la etiqueta. No dude: usté por sus pomeranias, MA-TE. Pero con ojo pragmático, a un puma no lo vas a matar ni lanzándole cien de esas bolas de pelo.
Le saluda,
un fan de sus relatos
xoxo
PD no homo