05-07-2013 14:07
Este hilo empieza a subsistir a base de mis únicos mensajes. Y me preocupa mucho. 
Perdón por el retraso.
Día 11.
Después de explorar buena parte de la Fortaleza Sen, me quedaban aún varios tramos por explorar. Para empezar, me quedaba la parte más baja, donde el suelo fangoso (Bendito sea el Anillo de Hierro Oxidado), y dos Demonios de titanita bastante cerca el uno del otro. Sobra decir que si ya uno es complicado, luchar cuerpo a cuerpo con uno mientras otro actúa de francotirador de lejos ya es desquiciante. Tras algunas muertes conseguí cargármelos a los dos. El primero me dejó su arma, bastante buena he de decir, pero no es mi estilo, puesto que prefiero los espadones.
Seguí explorando la Fortaleza en busca de más cosas que me dejé atrás, pero me queda la espinita clavada de no lograr bajar a un tío que hay colgado en uno de los caminos por donde bajan las piedras, donde hay unas escaleras creo recordar. No sé qué tiene, pero espero que no sea nada importante.
Una vez acabada la Fortaleza Sen, decidí probar con Sif, el Gran Lobo Gris, a ver qué tal. Si me destrozaba, iría a Anor Londo. Atravesé el Bosque Tenebroso hasta casi el final, donde se encontraba la puerta que guarda la tumba de Artorias. El escenario imponía bastante, tantas espadas clavadas en el suelo (Espadas que se usan en el juego además), el espadón al fondo clavado justo delante de la tumba de Artorias, todo oscuro, en silencio... Buah. Me acerqué caminando para hacer algo más épico el momento, y llegué hasta la espada. Y entonces apareció Sif, con la Luna llena de fondo, esos enormes ojos amarillos, y empuñó el espadón con la boca. He de decir que en el primer encuentro, acabó conmigo. Le quité bastante vida, pues el truco no fue más que colocarme entre sus patas, darle desde ahí, y tener cuidado con sus ataques frontales y en especial el barrido giratorio que hace dos veces que suele ser devastador. Precisamente repitiendo este dos veces acabó conmigo. La segunda esperaba que fuese la última. Mismo modus operandi. Bloquear sus potentes ataques, colocarme entre sus patas, e ir reduciendo su vitalidad. Cuando le quedaba cerca de un cuarto, sus animaciones cambiaron, y empezó a cojear, se quedaba sin fuerzas, sus ataques no hacían el mismo daño, y cuando fallaba se caía de costado hacia los lados. Se me partió el alma (Nunca mejor dicho), así que acabé con su sufrimiento de la forma más digna, guardándole mis respetos por tan noble batalla. He de decir que la tensión del momento no me dejó apreciar la magnífica banda sonora que se pone de manifiesto durante el enfrentamiento con el Gran Lobo Gris, una verdadera lástima. Una vez derrotado, me dio su alma, humanidad, y el Pacto de Artorias. Detrás de la tumba estaba el Anillo de Abejorro, poco útil para mi estilo de juego.
Poco más que contar aquí, puesto que dejé Anor Londo para el día siguiente.
Día 12.
Me había quedado sin humanidad, así que vuelta a las Profundidades. Me hice con unas 30 en poco tiempo (Tener 10 de humanidad y el Anillo de Serpiente Dorada facilita bastante las cosas), y fue el momento de ir a Anor Londo.
Vuelta a la Fortaleza Sen, camino hasta arriba, ir por el camino del Golem de hierro, anillo amarillo, y unos demonios blancos me dieron un apacible paseo en volandas. Me depositaron en las escaleras de la derecha, justo al principio, vaya. Seguí hasta abajo, y me topé con uno de los guardias gigantes que están por todo Londo. He de decir que es un enemigo bastante duro, pero tardé poco en hallar el truco: Pasar por debajo de sus piernas, esperar a que hiciera el ataque de su escudo (Si me da me destroza el aguante), darle cera, y evitar el barrido doble que hace con su descomunal... alabarda. 1500 almas del tirón, chachi. 
Me fui a por los otros dos que estaban dentro de un salón con Ornstein de fondo ( 
), y básicamente, los atraje de uno en uno a flechazos. Nada del otro mundo una vez pillados el truco y sin cometer muchos riesgos. No me fijé en el cofre que allí había, luego fui a por él. Continué, y a la izquierda estaba la hoguera. Y menos mal porque andaba acojonado. 
Por lo que he visto esto no es más que el comienzo de todo lo que me espera aquí. Una vez recuperado, hablé con la Guardiana de Fuego, y me dijo que continuara recto para seguir mi camino. En vez de seguir sus indicaciones, al salir del lugar d ela hoguera, torcí a la izquierda, y entré en otro salón, con otros dos guardias. Muertos ambos, me enfrenté a un tercero que había a la salida, y luego fui a por los cofres. Uno de ellos era un mímico, menos mal que siempre me da por atacarlos. Alabarda de cristal creo que me dejó. Meh. Pues nada, salí por ahí, y llegué hasta una especie de plataforma-ascensor que bajaba. Tomé ese camino, y vi varias indicaciones de 'Demonio volador', y por el estilo, y me temí lo peor. Mis peores pesadillas se hicieron realidad cuando vi que era una gárgola. 
Los que me hayáis leído desde el principio sabréis las penurias que pasé para acabar con estos enemigos que custodian la 1ª campana. 
Pero bueno, hice frente a mis miedos... y la destrocé. no me duró apenas nada. Me dio su alabarda y su casco. Chachi porque no me los había dado en el primer enfrentamiento. Al ver que no podía continuar, volví hacia atrás, y me desvié por el caminito ese negro hasta el palacio o lo que sea. Entré por el cristal roto, y los guardias esos de blancos me pegaron un susto de cojones. Los maté a todos sin mayor problemas, y subí las escaleras. La cosa se puso complicada arriba porque había que seguir un camino de muy poco grosor, con más guardias de esos que además atacan a distancia. A mi favor está que en el cuerpo a cuerpo no tienen opciones. Me fijé en que en la lámpara de araña había un objeto, y el llegar, gilipollas de mi, me tiré a ver si me quedaba ahí, pero la lámpara cayó conmigo y ambos nos hicimos añicos contra el suelo. Mismo camino, pero llegué hasta el fondo, y bajé las escaleras. Más guardias de blanco, y salí, encontrándome con la estructura con palanca que baja o sube, dependiendo del lado a donde lo gire. Bajé, seguí por el camino donde había matado a la gárgola e intenté entrar al castillo, pero estaba cerrado. La puerta de la izquierda, cerrada, así que solo me quedaba la derecha. Estaba abierta, y con varios de esos demonios blancos de aspecto bastante fiero. Me esperaba que fueran enemigos más duros, pero de 4 toques, caen. Algunos, víctimas del pánico que inspira mi figura, se suicidaban cayendo al vacío. Más adelante había una emboscada, y caí igualmente porque no veía al otro de los dos demonios que habían. 
Una vez muertos, seguí, y recibí un impacto bestial en la espalda. Acojonado, me di la vuelta, y otros dos flechazos. Parecían lanzas, por lo que pensé que eran más demonios. Eran los jodidos arqueros. Vaya potencia y vaya flechazos lanzan, joder. Pues nada, echo a correr (Una flecha me impactó en la cabeza, y era bastante gracioso correr con una de esas descomunales flechas atravesándome el cráneo tal que así: http://csimg.mercamania.es/srv/ES/000068...5-x-18.jpg ). Pues nada, llego hasta la cornisa, con el arquero de frente, sigo corriendo, zas, flechazo en la espalda. Me descubro, zas, zas, flechazos de frente y de espaldas. Muerte inminente. Ganas de jugar disminuyendo. Ira homicida aumentando.
Hoy más. Y mejor, espero. 8)
Continuará...
Perdón por el retraso.Día 11.
Después de explorar buena parte de la Fortaleza Sen, me quedaban aún varios tramos por explorar. Para empezar, me quedaba la parte más baja, donde el suelo fangoso (Bendito sea el Anillo de Hierro Oxidado), y dos Demonios de titanita bastante cerca el uno del otro. Sobra decir que si ya uno es complicado, luchar cuerpo a cuerpo con uno mientras otro actúa de francotirador de lejos ya es desquiciante. Tras algunas muertes conseguí cargármelos a los dos. El primero me dejó su arma, bastante buena he de decir, pero no es mi estilo, puesto que prefiero los espadones.
Seguí explorando la Fortaleza en busca de más cosas que me dejé atrás, pero me queda la espinita clavada de no lograr bajar a un tío que hay colgado en uno de los caminos por donde bajan las piedras, donde hay unas escaleras creo recordar. No sé qué tiene, pero espero que no sea nada importante.
Una vez acabada la Fortaleza Sen, decidí probar con Sif, el Gran Lobo Gris, a ver qué tal. Si me destrozaba, iría a Anor Londo. Atravesé el Bosque Tenebroso hasta casi el final, donde se encontraba la puerta que guarda la tumba de Artorias. El escenario imponía bastante, tantas espadas clavadas en el suelo (Espadas que se usan en el juego además), el espadón al fondo clavado justo delante de la tumba de Artorias, todo oscuro, en silencio... Buah. Me acerqué caminando para hacer algo más épico el momento, y llegué hasta la espada. Y entonces apareció Sif, con la Luna llena de fondo, esos enormes ojos amarillos, y empuñó el espadón con la boca. He de decir que en el primer encuentro, acabó conmigo. Le quité bastante vida, pues el truco no fue más que colocarme entre sus patas, darle desde ahí, y tener cuidado con sus ataques frontales y en especial el barrido giratorio que hace dos veces que suele ser devastador. Precisamente repitiendo este dos veces acabó conmigo. La segunda esperaba que fuese la última. Mismo modus operandi. Bloquear sus potentes ataques, colocarme entre sus patas, e ir reduciendo su vitalidad. Cuando le quedaba cerca de un cuarto, sus animaciones cambiaron, y empezó a cojear, se quedaba sin fuerzas, sus ataques no hacían el mismo daño, y cuando fallaba se caía de costado hacia los lados. Se me partió el alma (Nunca mejor dicho), así que acabé con su sufrimiento de la forma más digna, guardándole mis respetos por tan noble batalla. He de decir que la tensión del momento no me dejó apreciar la magnífica banda sonora que se pone de manifiesto durante el enfrentamiento con el Gran Lobo Gris, una verdadera lástima. Una vez derrotado, me dio su alma, humanidad, y el Pacto de Artorias. Detrás de la tumba estaba el Anillo de Abejorro, poco útil para mi estilo de juego.
Poco más que contar aquí, puesto que dejé Anor Londo para el día siguiente.
Día 12.
Me había quedado sin humanidad, así que vuelta a las Profundidades. Me hice con unas 30 en poco tiempo (Tener 10 de humanidad y el Anillo de Serpiente Dorada facilita bastante las cosas), y fue el momento de ir a Anor Londo.
Vuelta a la Fortaleza Sen, camino hasta arriba, ir por el camino del Golem de hierro, anillo amarillo, y unos demonios blancos me dieron un apacible paseo en volandas.
Me depositaron en las escaleras de la derecha, justo al principio, vaya. Seguí hasta abajo, y me topé con uno de los guardias gigantes que están por todo Londo. He de decir que es un enemigo bastante duro, pero tardé poco en hallar el truco: Pasar por debajo de sus piernas, esperar a que hiciera el ataque de su escudo (Si me da me destroza el aguante), darle cera, y evitar el barrido doble que hace con su descomunal... alabarda. 1500 almas del tirón, chachi. Me fui a por los otros dos que estaban dentro de un salón con Ornstein de fondo ( ), y básicamente, los atraje de uno en uno a flechazos. Nada del otro mundo una vez pillados el truco y sin cometer muchos riesgos. No me fijé en el cofre que allí había, luego fui a por él. Continué, y a la izquierda estaba la hoguera. Y menos mal porque andaba acojonado. Por lo que he visto esto no es más que el comienzo de todo lo que me espera aquí. Una vez recuperado, hablé con la Guardiana de Fuego, y me dijo que continuara recto para seguir mi camino. En vez de seguir sus indicaciones, al salir del lugar d ela hoguera, torcí a la izquierda, y entré en otro salón, con otros dos guardias. Muertos ambos, me enfrenté a un tercero que había a la salida, y luego fui a por los cofres. Uno de ellos era un mímico, menos mal que siempre me da por atacarlos. Alabarda de cristal creo que me dejó. Meh. Pues nada, salí por ahí, y llegué hasta una especie de plataforma-ascensor que bajaba. Tomé ese camino, y vi varias indicaciones de 'Demonio volador', y por el estilo, y me temí lo peor. Mis peores pesadillas se hicieron realidad cuando vi que era una gárgola. Los que me hayáis leído desde el principio sabréis las penurias que pasé para acabar con estos enemigos que custodian la 1ª campana. Pero bueno, hice frente a mis miedos... y la destrocé. no me duró apenas nada. Me dio su alabarda y su casco. Chachi porque no me los había dado en el primer enfrentamiento. Al ver que no podía continuar, volví hacia atrás, y me desvié por el caminito ese negro hasta el palacio o lo que sea. Entré por el cristal roto, y los guardias esos de blancos me pegaron un susto de cojones. Los maté a todos sin mayor problemas, y subí las escaleras. La cosa se puso complicada arriba porque había que seguir un camino de muy poco grosor, con más guardias de esos que además atacan a distancia. A mi favor está que en el cuerpo a cuerpo no tienen opciones. Me fijé en que en la lámpara de araña había un objeto, y el llegar, gilipollas de mi, me tiré a ver si me quedaba ahí, pero la lámpara cayó conmigo y ambos nos hicimos añicos contra el suelo. Mismo camino, pero llegué hasta el fondo, y bajé las escaleras. Más guardias de blanco, y salí, encontrándome con la estructura con palanca que baja o sube, dependiendo del lado a donde lo gire. Bajé, seguí por el camino donde había matado a la gárgola e intenté entrar al castillo, pero estaba cerrado. La puerta de la izquierda, cerrada, así que solo me quedaba la derecha. Estaba abierta, y con varios de esos demonios blancos de aspecto bastante fiero. Me esperaba que fueran enemigos más duros, pero de 4 toques, caen. Algunos, víctimas del pánico que inspira mi figura, se suicidaban cayendo al vacío. Más adelante había una emboscada, y caí igualmente porque no veía al otro de los dos demonios que habían. Una vez muertos, seguí, y recibí un impacto bestial en la espalda. Acojonado, me di la vuelta, y otros dos flechazos. Parecían lanzas, por lo que pensé que eran más demonios. Eran los jodidos arqueros. Vaya potencia y vaya flechazos lanzan, joder. Pues nada, echo a correr (Una flecha me impactó en la cabeza, y era bastante gracioso correr con una de esas descomunales flechas atravesándome el cráneo tal que así: http://csimg.mercamania.es/srv/ES/000068...5-x-18.jpg ). Pues nada, llego hasta la cornisa, con el arquero de frente, sigo corriendo, zas, flechazo en la espalda. Me descubro, zas, zas, flechazos de frente y de espaldas. Muerte inminente. Ganas de jugar disminuyendo. Ira homicida aumentando.Hoy más. Y mejor, espero. 8)
Continuará...
![[Imagen: QXiqbuC.gif]](http://i.imgur.com/QXiqbuC.gif)