15-01-2017 10:45
de las impresiones de Eurogamer.
La lectura del tercer párrafo de la cita me ha dejado con ganas de probarlo.
Cita:Sin embargo, lo verdaderamente interesante viene al separar los Joy-Con del cuerpo central y comenzar a experimentar con sus posibilidades. La más prosaica de todas ellas puede que sea el botón de captura, la contrapartida del controlador izquierdo al clásico Home de su hermano derecho que por el momento permite compartir instantáneas de nuestras partidas y que en Nintendo aseguran que permitirá asimismo captura de vídeo en una futura actualización del sistema: un añadido casi imprescindible a estas alturas, y que chocaría de frente con esos 32 Gb de memoria interna si no fuera por la capacidad de la consola de albergar tarjetas de memoria de hasta dos terabytes de capacidad. También sabemos que el controlador derecho incorpora un sistema de infrarrojos que vendría a funcionar como un Kinect en miniatura aunque por desgracia no pudimos experimentarlo de primera mano, con lo que el capítulo de añadidos revolucionarios lo cierra un sistema de vibración que Nintendo ha bautizado como HD Rumble y que va mucho más allá de los chistes sobre cubatas. Me consta que soy un tipo impresionable, pero en serio, hay que verlo para creerlo.
Su principal carta de presentación es 1-2 Switch, una colección de minijuegos a la Wario Ware que recorre toda la horquilla entre los duelos al amanecer y la apertura de cajas fuertes, y que podríamos clasificar en dos categorías principales: los que se juegan ignorando por completo la pantalla, y los que tienen en esa vibración de alta definición su principal razón de ser. Los primeros, pese a lo interesante de su concepto, son los más olvidables, aunque las primeras partidas intentando detener con las palmas de las manos la katana imaginaria de un representante de Nintendo nos arrancaron alguna carcajada. El potencial está en las segundas, y en una demostración en concreto que formó no pocos corrillos a la salida: la prueba de la caja llena de bolas.
Por explicarlo de manera sencilla, cada participante tiene que averiguar el número exacto de bolas metálicas que se esconden dentro de una caja de madera, siendo esta un Joy-Con que traduce nuestros movimientos a la pantalla de manera simplemente perfecta. La respuesta del controlador ya es impresionante por derecho propio, pero la magia comienza cuando sientes las bolas rodar, cuando inclinas la mano y recorren toda la longitud del objeto para entrechocar y rebotar al final. Es literalmente imposible no sentir que dos, tres, cuatro pequeñas esferas se han materializado dentro del mando para moverse con total libertad, y aunque no dudo de su condición de gimmick (no sería la primera vez que se infrautiliza una tecnología como esta) los resultados son impresionantes.
Para eso, para hacer olvidar a todas esas tecnologías fenomenales que acabaron cogiendo polvo en el desván donde guardamos la tabla de snowboard, estaba Arms, una nueva franquicia con regusto a Punch Out que tiene en esa respuesta 1:1 su principal base jugable. Por el momento la selección de luchadores era algo corta y resulta difícil juzgar su verdadero potencial en un par de partidas donde el primer contacto con los controladores eclipsaba todo lo demás, pero los combates son divertidos y pronto se aprecia un componente táctico que debería alejarlo de ese machaca botones del mundo real que fueron los combates de boxeo del primer Wii Sports. Era sencillo recordarlos, porque a la espera de profundizar en lo que propone este Arms como franquicia independiente su principal valor estaba ahí: en aportar perspectiva, y en reimaginar las posibilidades de un concepto que se adelantó a su tiempo y que por fin funciona como es debido.
http://www.eurogamer.es/articles/nintendo-switch-primeras-impresiones
La lectura del tercer párrafo de la cita me ha dejado con ganas de probarlo.
Amari itxoiten,itxoiten
Aitak besoetan har nazan,itxoiten
Aitak besoetan har nazan,itxoiten