01-03-2020 20:36
Como me pasó con la segunda guerra mundial y la película El Libro Negro de Verhoeven, la temática de la guerra civil española me produce hastío ya, salvo que haya buenas historias con calidad en lo que exponen (porque algo novedoso a estas alturas creo que no). En cómics, me encantó Jamás tendré veinte años, de Jaime Martín, y me ha pasado esta tarde viendo Mientras Dure la Guerra de Alejandro Amenabar. Un director que en casi veinticinco años no ha dejado una gran cantidad de películas en su curriculum de director, pero que cuando ha lanzado algo, siempre ha merecido un buen vistazo, incluso la fallida Regresión.
Aquí la historia se sitúa a comienzos de 1937, en Salamanca, y con Miguel de Unamuno de protagonista. Quienes tengan la imagen más cómica de Karra Elejalde con su clásico acento del norte en la cabeza, que miren bien la formidable actuación que hace aquí interpretando a uno de nuestros mejores escritores. Una persona que criticaba el rumbo que tenía la II República y fue desacreditado y cesado de su puesto por ello, para luego ver el nuevo rumbo político durante la guerra, y tampoco ser amiguete de los nacionales. Aunque hay momentos tensos dada la temática (la guerra civil ya estaba en marcha), lo que más me gusta de la película son esos momentos más humanos y cercanos dentro del entorno del escritor. Y aunque hay actores de clase en buena cantidad, haciendo excelentes papeles aunque estos sean pequeños, el goya de secundario al grandioso Eduard Fernández viene por algo, atentos a su interpretación del general Millan Astray.
Ahora, a por la Trinchera Infinita, espero que esta película también me aporte algo.
(Ultima edición: 01-03-2020 20:41 por Rosstheboss.)
Aquí la historia se sitúa a comienzos de 1937, en Salamanca, y con Miguel de Unamuno de protagonista. Quienes tengan la imagen más cómica de Karra Elejalde con su clásico acento del norte en la cabeza, que miren bien la formidable actuación que hace aquí interpretando a uno de nuestros mejores escritores. Una persona que criticaba el rumbo que tenía la II República y fue desacreditado y cesado de su puesto por ello, para luego ver el nuevo rumbo político durante la guerra, y tampoco ser amiguete de los nacionales. Aunque hay momentos tensos dada la temática (la guerra civil ya estaba en marcha), lo que más me gusta de la película son esos momentos más humanos y cercanos dentro del entorno del escritor. Y aunque hay actores de clase en buena cantidad, haciendo excelentes papeles aunque estos sean pequeños, el goya de secundario al grandioso Eduard Fernández viene por algo, atentos a su interpretación del general Millan Astray.
Ahora, a por la Trinchera Infinita, espero que esta película también me aporte algo.