09-02-2017 14:56
Llegó justo al límite para comentar Trono de Sangre.
Kurosawa y Shakespare prometían una propuesta potente y muy clásica. Creo que es una buena entrada al ciclo, un clásico que aunque no reinvente nada tiene una realización ejemplar en muchas de sus facetas. La historia de ambición de Macbeth encaja como un guante en el Japón medieval. Toda la dirección de arte ayuda mucho a darle crediilidad, ell vestuario y los escenarios, no hay costuras en ellos. El uso expresivo de la niebla le aporta un aire de pesadilla al comienzo y al final de la película que le da mucho carácter al tono general así como profundidad a la fotografía de muchos planos.
No he acusado planos tan largos, creo que más bien la sensación de ritmo abrupto se puede deber a la reiteración de planos similares, como el mencionado caso de la escena en la que se encuentran perdidos en la niebla. La entendí como una manera de tomar distancia entre el mundo de pesadilla del bosque telaraña y su mundo más real de vuelta al castillo.
La puesta en escena es sensacional, y el cambio de ambientación le sienta muy bien a Macbeth en ningún momento parece un cambio forzado. Las escenas en las que Kurosawa se toma su tiempo como el final o la escena del asesinato que monta la mujer de Washizu. Realmente para lo que es el cine japones clásico Kurosawa es de los directores más agiles. Consigue impregnar de una atmósfera densa que se va volviendo más opresora en torno al final. La escenografía y los juegos de luces del bosque telaraña son de lo más cautivador del film.
En torno a las actuaciones no me he llevado ninguna sorpresa, supongo que la actuación de Asaji me ha recordado bastante al fantasma de Rashomon y de lo que he visto de Mifune me parece que esta actuación es hasta contenida. En general las sensaciones que me ha dejado es la de una película muy sólida que consigue crear una intensidad que va aumentando a medida que Washizu va subiendo rangos y se aproxima a su callejón sin salida. Acabando con un final que si que es tremendamente teatral y exagerado, pero que encaja perfectamente en la escala de locura de la trama.
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(Ultima edición: 09-02-2017 15:15 por Vexp.)
Kurosawa y Shakespare prometían una propuesta potente y muy clásica. Creo que es una buena entrada al ciclo, un clásico que aunque no reinvente nada tiene una realización ejemplar en muchas de sus facetas. La historia de ambición de Macbeth encaja como un guante en el Japón medieval. Toda la dirección de arte ayuda mucho a darle crediilidad, ell vestuario y los escenarios, no hay costuras en ellos. El uso expresivo de la niebla le aporta un aire de pesadilla al comienzo y al final de la película que le da mucho carácter al tono general así como profundidad a la fotografía de muchos planos.
No he acusado planos tan largos, creo que más bien la sensación de ritmo abrupto se puede deber a la reiteración de planos similares, como el mencionado caso de la escena en la que se encuentran perdidos en la niebla. La entendí como una manera de tomar distancia entre el mundo de pesadilla del bosque telaraña y su mundo más real de vuelta al castillo.
La puesta en escena es sensacional, y el cambio de ambientación le sienta muy bien a Macbeth en ningún momento parece un cambio forzado. Las escenas en las que Kurosawa se toma su tiempo como el final o la escena del asesinato que monta la mujer de Washizu. Realmente para lo que es el cine japones clásico Kurosawa es de los directores más agiles. Consigue impregnar de una atmósfera densa que se va volviendo más opresora en torno al final. La escenografía y los juegos de luces del bosque telaraña son de lo más cautivador del film.
En torno a las actuaciones no me he llevado ninguna sorpresa, supongo que la actuación de Asaji me ha recordado bastante al fantasma de Rashomon y de lo que he visto de Mifune me parece que esta actuación es hasta contenida. En general las sensaciones que me ha dejado es la de una película muy sólida que consigue crear una intensidad que va aumentando a medida que Washizu va subiendo rangos y se aproxima a su callejón sin salida. Acabando con un final que si que es tremendamente teatral y exagerado, pero que encaja perfectamente en la escala de locura de la trama.
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