Al poco de llegar, van y te sueltan un dragón a la cara. Me lancé a por él a lo loco, a golpearle las patas, y estuve un ratito porque sorprendemente hace poco daño a pesar de su tamaño. Pero pronto me di cuenta de que, al igual que el gigante, tenía que haber algún truco, porque la vida bajaba muy poco con cada golpe. Y en efecto, hay truco. Y menudo truco. Pasada de jefe.
Tras un rato por la zona llegué a una campana con un mensaje de los desarrolladores al lado. Era tentador tocarla, pero por si las moscas decidí seguir explorando un poco más, no fuera a ser que produjesen cambios importantes en el escenario.
Cerca apareció Havel. Tuvimos un 1vs1 épico, por los viejos tiempos. Casi cinco minutos peleando, ya que fui muy cauto. No me fío nada de sus porrazos
Otro vistazo al lugar. Porque sí. Y porque en foto es mucho más seguro que en directo. Tras el arco del fondo espera una emboscada fea, fea.
Pero vale la pena cruzar por ahí para disfrutar de semejantes vistas. Y conseguir algo más si se sabe cómo (llegado ese punto ya es evidente).
Así que nada, tras peinar la zona, volví a la campana para tocarla. Lo que hizo aparecer un jefe. No, un jefe no. EL JEFE. Madre mía, qué puta pasada. El lugar, el diseño, la música, la pelea en sí...
La parte contra el pájaro-dragón no es difícil. Sólo es cuestión de rodar un poco y aprovechar los momentos en los que la cabeza queda cerca del suelo. Tras quitarle media vida, queda atontado y se le puede hacer un ataque visceral al estilo Bloodborne que le quita casi la otra mitad de golpe. Pero después el rey se baja y reparte que mete miedo. Todavía no he conseguido cargármelo, ya que al tener que repetir la primera fase cada vez que se vuelve, aún no he practicado mucho para pillar sus patrones.