27-10-2014 12:53
Los Jefes del DLC dependen mucho de cómo uno llegue de nivel y de equipo. Desde sufrir el peor de los infiernos a ir hasta sobrado. En mi caso todos me aplastaron sin piedad.
-El Guardián del Santuario: Es desquiciante su hiperactividad, y yo que por entonces no rodaba ni por error me comía todas las hostias escudo en mano... Lo que me duraba la estamina. Me mató bastantes veces, más de las que me gustaría recordar. Pero eso sí, la cola me la quedé yo.
-Artorias: Lo subestimé. Le tenía bastante respeto porque ya sabía a lo que me iba a enfrentar y Jase lo estaba jugando también conmigo creo. Cuando lo vi pensé 'Joder, no será para tanto'. Dudo que tardara más de dos minutos en destrozarme. Iba con la Espada de Rey de Cementerio y darle un golpe con eso era quedarme expuesto a un golpe demoledor. Así que me puse un arma más ligera, la Uchigatana, cuando iba a fuerza total. No le quitaba más de 90 por golpe, pero me lo pasé así. Curiosamente, en NG+ lo vencí a la primera. A día de hoy es el combate que más disfruto de Dark Souls.
-Kalameet: Creo que el Jefe que más me hizo sufrir. Me costó horrores vencerle. Pero horrores. Además se le puede cortar la cola, y ya cuando vi que ni siquiera lo tenía controlado pasé de intentarlo. No sé cuánto me llevó derrotarlo, pero creo que más que Artorias y el Guardián juntos. En NG+ me llevé su cola, que creo que es lo más difícil de hacer del juego. Al menos nada me ha costado tanto.
-Manus: Contra este Jefe hay una cosa que rompió la batalla a mi favor, el Escudo Purificador de Artorias. Antes de ponérmelo estaba muy lejos de poder vencerle. Fue ponerme un escudo con estabilidad alta y creo que me costó menos de 3 intentos. Destrocé por completo el equilibrio de la lucha.
Pero nada comparado con las Gárgolas.
-El Guardián del Santuario: Es desquiciante su hiperactividad, y yo que por entonces no rodaba ni por error me comía todas las hostias escudo en mano... Lo que me duraba la estamina. Me mató bastantes veces, más de las que me gustaría recordar. Pero eso sí, la cola me la quedé yo.
-Artorias: Lo subestimé. Le tenía bastante respeto porque ya sabía a lo que me iba a enfrentar y Jase lo estaba jugando también conmigo creo. Cuando lo vi pensé 'Joder, no será para tanto'. Dudo que tardara más de dos minutos en destrozarme. Iba con la Espada de Rey de Cementerio y darle un golpe con eso era quedarme expuesto a un golpe demoledor. Así que me puse un arma más ligera, la Uchigatana, cuando iba a fuerza total. No le quitaba más de 90 por golpe, pero me lo pasé así. Curiosamente, en NG+ lo vencí a la primera. A día de hoy es el combate que más disfruto de Dark Souls.
-Kalameet: Creo que el Jefe que más me hizo sufrir. Me costó horrores vencerle. Pero horrores. Además se le puede cortar la cola, y ya cuando vi que ni siquiera lo tenía controlado pasé de intentarlo. No sé cuánto me llevó derrotarlo, pero creo que más que Artorias y el Guardián juntos. En NG+ me llevé su cola, que creo que es lo más difícil de hacer del juego. Al menos nada me ha costado tanto.
-Manus: Contra este Jefe hay una cosa que rompió la batalla a mi favor, el Escudo Purificador de Artorias. Antes de ponérmelo estaba muy lejos de poder vencerle. Fue ponerme un escudo con estabilidad alta y creo que me costó menos de 3 intentos. Destrocé por completo el equilibrio de la lucha.
Pero nada comparado con las Gárgolas.