14-04-2014 10:39
(14-04-2014 05:41)hiska-kun link escribió:El mínimo de concenso a sido esto. Yo voy a intentar comprender su situación, y lo que para él será su felicidad. Aunque me cueste hacerlo. A cambio, seguiremos como antes de su viaje. Nos dejaremos llevar, aunque al final nos separemos y nos duela. Así hemos quedado.
Ya he explicado el porqué. Me da igual sufrir en la separación. Simplemente ahora quiero darle amor, que sepa lo que significa amar y ser amado. Porque en su felicidad, la que él ha decidio, esto no existirá. Por lo tanto se lo daré ahora que si puedo hacerlo. Que tenga este recuerdo, y que al menos lo haya vivido y sentido.
Esta es mi decisión. Ya que es lo único que puedo hacer por él.
Hola Hiska. Me parece importante que te hagas consciente de que estás tomando la decisión de adoptar el rol de salvador por tu propia cuenta. Y como tú dices "que sepa lo que significa amar y ser amado", antes de que él elija una vida que tú no entiendes.
Esto puede ser peligroso. Por un lado, realmente no comprendes ni respetas su decisión (y la verdad, podemos entenderte perfectamente). Porque en cierta forma tu objetivo es hacerle darse cuenta que está en un error. Que se equivoca. ¿Qué pasará si no lo consigues? ¿Y si no le gusta que no respetes su autonomía y sus decisiones? ¿Y si tras todas las molestias personales sacrificandote siempre en pos de hacerle sentir bien, sentir amado... él al final no lo agradece?
Si decides seguir con esta idea, date cuenta que al final del todo, pase lo que pase, no puedes pasarle la factura por tomarte semejante nivel de molestias (ni culparlo si al final él reacciona de una forma que tú no esperas, o él no es tan atento contigo ni compensa que tú le hayas puesto por delante de tí mismo en mútiples ocasiones).
A la gente no le gusta que le ayuden cuando no han solicitado ayuda, porque se sienten incapaces, inútiles o víctimas. Por eso también te invito a tener cuidado.
Y por último, en caso que él entre al juego en que tú eres el salvador y él la víctima... más cuidado todavía. Una relación de pareja cultivada en torno a estos roles no es sana ni para uno ni para otro. El que haga de salvador necesitará que el otro sea Víctima. Y el Víctima necesitará al Salvador para todo. Si alguno de los 2 se sale en alguna ocasión de su rol, el otro puede sentirse cabreado y decepcionado.
En resumen... Sé honesto contigo. Si decides comprender su elección, hazlo hasta las últimas consecuencias por mucho que duela. Si al final él reacciona, este es el mejor camino para que luego surja una relación fuerte, libre y equilibrada.
Si decides seguir en la decisión de hacerle sentir la "verdadera felicidad del amor", de acuerdo. Pero sé consciente de los riesgos, y si te decepciona que no te agradezca algo que no te ha pedido, la culpa será tuya.
Piensa en ello cuidadosamente. Y de paso, mete también el factor "qué quiero yo aquí y ahora, en japón" para que tu decisión no se olvide de tí mismo.
Ánimo.