Anécdotas de profesores
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Cita
Me ha venido a la cabeza hacer este post tras leer el tema del profesor de Santa Coloma. Empecé a contestar el mensaje, pero vi que me estaba yendo por las ramas, así que pensé que quizá fuese interesante comentar experiencias o recuerdos interesantes acerca de los profesores que fueron marcándonos a lo largo de nuestra carrera de estudiantes.
Estos hombres y mujeres establecieron en muchos casos los cimientos que nos hacen ser como somos hoy, así que creo que podría estar bien recordarlos (o bien soltar la frustración que nos hacían sentir XD). Si tenéis algunas anécdotas interesantes o recuerdos especialmente favorables (o desfavorables) compartidlos aquí. Smile



Yo he tenido profesores duros pero buenos, y profesores duros y además malos. También he tenido profesores malos con los que era facilísimo aprobar. Por ejemplo, uno de filosofía que directamente no hacía clases. Llegaba un día y soltaba "Dentro de un mes habrá un examen de los temas 12 y 13. Estudiad.", y a partir de ahí el resto de clases hasta que llegaba el examen consistían en básicamente el tipo entrando a clase sin saludar y sentándose a leer el periódico mientras nosotros supuestamente estudiábamos el temario (claro que nunca lo hacíamos, a mi al menos me resultaba especialmente difícil concentrarme en el estudio cuando estaba rodeado de compañeros de clase sin nada que hacer, así que lo dejaba para cuando llegaba a casa donde podía concentrarme mejor). Nadie se quejó mucho acerca de la actitud de este tipo, sin embargo, porque esforzarte al mínimo normalmente era ya suficiente para regalarte un 6.

En cuanto a profesores duros pero buenos, tuve un profesor de Castellano que era la hostia. Además lo tuvimos después de tres años con una profesora cuyas clases eran monótonas, tediosas y, además, la mujer era bastante pusilánime, de forma que nadie le hacía caso. Todo lo que no aprendí en mis tres primeros años de ESO los aprendí en un solo año con éste hombre, a fuerza y con empeño, pero de forma efectiva. Después lo volví a tener en bachillerato. Sus clases de análisis sintáctico en concreto eran especialmente infames porque muy a menudo la frase no cabía en la hoja ni aún poniéndola de lado, y además muchas de ellas eran como delirios de una mente torturada. Recuerdo que una vez llegó a clase y empezó a dictar la siguiente frase mientras miraba sonriendo de soslayo por la ventana: "La niña que llegaba tarde y corriendo a clase de Castellano esperaba que el apuesto y misericordioso profesor no emplease la vara de medir con ella mientras sus compañeros realizaban el análisis sintáctico." La niña en cuestión llegó unos minutos después jadeando, y no, no se empleó la vara de medir a pesar de que él la recibió con ella en la mano (imaginaos a Snape, pero con la cara más cuadrada y gafas de sol, porque sí, el tipo las llevaba a menudo en clase). Otras frases que tuvimos que analizar: "Los pájaros que mataron a la jirafa que cantaba 'Oh Sole Mio' y las hormigas a las que encerré en una jaula para leones resolvieron con exactitud el problema de matemáticas." y "Tras comprobar el nivel de sus alumnos, el profesor de Castellano se suicidó una tarde de Abril."

Y en cuanto a profesores duros y además MALOS... Pues parece que se habían puesto de acuerdo todos los del seminario de Catalán. No sé en el resto de institutos de la comunidad, pero en el mío Catalán era ampliamente considerado como "el jefe final de bachillerato". No importaba lo que estudiases, si aprobabas Catalán podías aprobar cualquier cosa. Estamos hablando de gente que no acostumbraba a sacar nada por debajo del 8 suspendiendo Catalán con un 3 o por ahí. En el caso más extremo, uno de los chavales de mi clase tenía un historial repleto de lo que podrían considerarse matrículas de honor si es que existiesen en esos niveles, y sin embargo el pobre sufrió una crisis de ansiedad al salir del examen de recuperación de Catalán. Hablamos de un examen de recuperación que englobaba varias clases y con más de 90 personas en el que solo aprobamos tres (yo entre ellos, porque usé mi técnica de la barbacoa... que básicamente consistía en forrar de chuletas el interior de la manga de la camisa). Parte de la culpa la tiene el hecho de que el idioma de por si, aunque no lo parezca, es bastante escabroso cuando se trata de profundizar en él, con tantas reglas como excepciones a las mismas, y algunas de ellas sin seguir patrón alguno de forma que prácticamente no te queda más que memorizar el diccionario entero. Añadiendo a esto que entre los profesores de Catalán se encontraba el individuo más indeseable de todo el instituto (afortunadamente solo lo tuve un año), y que, si bien sus colegas no eran necesariamente odiosos (era solamente ese tipo en concreto), también tenían graves problemas para hacer clases que motivasen a los alumnos.

Luego también tuve profesores malos con los que aprobar era cuestión de pensar fuera de la caja. Una de las de historia en concreto era famosa por corregir exámenes con las fotos de los alumnos al lado, hojear los exámenes durante un minuto, y poner una nota según lo bien que le caías. De hecho fue filmada haciendo precisamente eso: Corregir exámenes sin mirarlos apenas y buscando la cara del alumno en el auca de clase. A pesar de que no hay pruebas reales de que efectivamente basaba su nota en lo bien que le caías, sí que tras haber estado tres años con ella empezaban a verse serios indicios de ello. Y no, no era según lo que aportabas en clase, porque había un tipo que básicamente se dedicaba a agasajarla en clase y hacerle la pelota, y empezó a sacar NOTAZAS. Este tipo llegó a soltar en medio de clase perlas como "Yo no sé mucho sobre historia del arte... pero sí sé que usted es un monumento." Y coló. Para mi fue como si todo el mundo se realentizase durante unos segundos por la impresión de lo que acababa de escuchar (y creo que no fui el único, pero en ese momento el chaval se sentaba a mi lado así que la onda expansiva del comentario me dio de lleno y casi tira todos mis papeles por la ventana), pero la cuestión es que funcionó... Hasta que llegó el último curso, donde el alumno y la profesora se enzarzaron en una discusión acerca de la fecha de un examen, que acabó con la profesora mencionando que "Pensaba que eras un chico correcto y aplicado... Pero veo que me equivoqué." A partir de ahí le suspendió todos los exámenes siguientes.
Las canciones que las Híades han de entonar,
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
                                  en la sombría Carcosa
 
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Mensajes en este tema
Anécdotas de profesores - por lordlizard - 17-07-2017 00:49
RE: Anécdotas de profesores - por Ricardo - 17-07-2017 01:53
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RE: Anécdotas de profesores - por lordlizard - 17-07-2017 21:31

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