11-12-2015 12:44
Opinión: Viciados, gamers y divogamers
Antes nos llamaban viciados, un término muy despectivo que venía de la adicción que podían causar los videojuegos, que entonces se consideraban un juguete muy peligroso. Tener una videoconsola era señal de que eras uno de esos niños a los que no les gustaba jugar a fútbol con los demás y, si eras una niña (como en mi caso), de ser una marimacho. Los videojuegos, además,┬áte hacían violento y te podían obligar a cometer actos actroces. Si un ÔÇ£viciadoÔÇØ se defendía de sus abusones en el recreo era porque lo había aprendido de Street Fighter; si un desequilibrado había asesinado a los padres con una┬ákatana┬áera porque el Final Fantasy VIII se lo había dictado. Si hubieran investigado mejor, habrían descubierto que los videojuegos habían matado a Manolete.
Entonces, se identificaba jugar a la consola con ser un apestado social sin amigos; un individuo muy raro del que convenía alejarse. Un viciado.
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Antes nos llamaban viciados, un término muy despectivo que venía de la adicción que podían causar los videojuegos, que entonces se consideraban un juguete muy peligroso. Tener una videoconsola era señal de que eras uno de esos niños a los que no les gustaba jugar a fútbol con los demás y, si eras una niña (como en mi caso), de ser una marimacho. Los videojuegos, además,┬áte hacían violento y te podían obligar a cometer actos actroces. Si un ÔÇ£viciadoÔÇØ se defendía de sus abusones en el recreo era porque lo había aprendido de Street Fighter; si un desequilibrado había asesinado a los padres con una┬ákatana┬áera porque el Final Fantasy VIII se lo había dictado. Si hubieran investigado mejor, habrían descubierto que los videojuegos habían matado a Manolete.
Entonces, se identificaba jugar a la consola con ser un apestado social sin amigos; un individuo muy raro del que convenía alejarse. Un viciado.
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