28-09-2015 19:39
Últimamente me sorprendo a mí mismo jugando a mi┬áWii U┬ámás de lo que he jugado en estos últimos (casi) tres años.
Recuerdo que me hice con ella el┬á28 de noviembre de 2012. Lo recuerdo porque era el día de mi cumpleaños. Yo venía bastante mosqueado con┬áNintendo┬áy ese despropósito llamado Wii. La primera consola de Nintendo con la que me sentí┬átraicionado┬ácomo jugador y como seguidor de la marca. Escasos (que no inexistentes) juegos de calidad, difíciles de jugar en un LCD si apreciabas la salud de tus ojos; y esa estúpida política de tratar de abarcar un sector ÔÇ£casualÔÇØ de┬ápersonas que no podían estar más alejadas de mi perfil, fueron algunos de los pocos motivos que me hicieron detestar la máquina. Y mejor ni hablemos del online.
Joder, yo había estado┬áa las duras┬áen la época de┬áGameCube, dando un apoyo incondicional a la marca y (¡ojo!) viendo mis gustos satisfechos en número y calidad de título, independientemente de las ventas. Tras GameCube, Wii supuso una puñalada trapera en mi espalda, y lo único que salvó a Nintendo de mi hoguera personal fue, paradójicamente,┬áNintendo DS.
Sea como fuere, allí estaba yo el día┬á28. Aprovechándome de un soplo para tener la consola un poco antes de su lanzamiento oficial. Una vez más cargado de estúpidas esperanzas┬ánostalgicoides. ÔÇ£Esta vez lo harán bienÔÇØ, me decía ÔÇ£esta es la buenaÔÇØ.
No tardé mucho en darme cuenta de que no. Por algún motivo, los juegos que iban saliendo┬á(con cuentagotas)no acababan de calar en mí como jugador.
¿Zombi U? Dos días y a la estantería. ¿Super Mario 3D World? Dos días y de vuelta a su caja, todo me sonaba haberlo jugado ya. Le daba intentos a la máquina, pero nada que hacer. Pronto ÔÇöun año despuésÔÇö salió┬áPS4┬áyWii U┬ácayó en el cajón de los olvidos.
Condenada al ostracismo.
Pero de pronto mi vida dio un vuelco, me tuve que alejar de consolas, ocio y hobbies. Desconectar de mi mundo ÔÇ£onlineÔÇØ y en parte del ÔÇ£offlineÔÇ£. Incluso estuve desaparecido de┬áGTM, pero bueno: eran causas mayores.
Cuando la situación se estabilizó┬á(y desde aquí aprovecho para mandarle un abrazo a mi padre, por ser el guerrero más fuerte del mundo)┬áy pude volver a mi día a día, me di cuenta de que mi percepción de muchas cosas había cambiado. Cosas que en principio no tendrían por qué haberlo hecho. Y que aún me pregunto por qué.
Lo comentaba hace unas semanas en un artículo sobre┬áÔÇ£el placer de jugarÔÇØ, donde ya comenzaba a dar los primeros pasos que hoy me traen hasta aquí. Algo en mí cambió. Quizás solo sea algo relacionado con el momento personal que toca vivir, pero en cualquier caso así fue.
Comencé a prestarle más atención a┬áWii U. Puede que se deba a mi debilidad por las consolas desfavorecidas(adoro GameCube, venero a PSvita y tengo a DreamCast en un altar en mi propia casa), pero el caso es que comencé a fijarme en aquellas cajas de color turquesa tan llenas de polvo.
Empecé a hacer un repaso de títulos que sólo podría encontrar en Wii U y la sensación no fue mala. Eran ya bastantes, y sabía a ciencia cierta que todos tenían una calidad ÔÇôcomo mínimoÔÇô notable.
En mi estantería me esperaban títulos como ÔÇ£Zelda: Wind WakerÔÇØ ÔÇömi favorito, lo siento Ocarina of TimeÔÇö, ÔÇ£Super Mario 3D WorldÔÇ£, ÔÇ£Super Smash BrosÔÇ£, ÔÇ£The Wonderful┬á101ÔÇ│,┬áÔÇ£Pikmin 3ÔÇ£, ÔÇ£Capitán ToadÔÇØ o ÔÇ£Mario Kart 8ÔÇØ entre otros. Algunos aún precintados, y me reproché┬á┬½ni siquiera les has dado una oportunidad┬╗.
Repasé el catálogo de┬áWii U┬ásólo para ver qué me había estado perdiendo y en cuestión de días actualicé mi colección con el fichaje de ÔÇ£YoshiÔÇÖs Wooly WorldÔÇ£, ÔÇ£Kirby y el Pincel ArcoirisÔÇ£, ÔÇ£SplatoonÔÇØ y el reciente ÔÇ£Super Mario MakerÔÇ£.
El primero en entrar por la ranura fue┬áYoshi. El juego me enamoró no sólo a mí, sino también a mi pareja; que en un abrir y cerrar de ojos hizo lo inimaginable:┬ásentarse a mi lado y coger el mando┬á(y para mí el segundo pad). Sin comerlo ni beberlo nos encontramos┬ápasamos tardes jugando al juego, disfrutando juntos y pasando un buen rato. Es una sensación muy diferente a la de aislarme con el último┬áDragon Age. Para que me entendáis, podríamos decir que es como perderte en la lectura de una novela┬á(a solas con┬áese┬áuniverso)┬áo disfrutar de una tarde de cine con tu pareja. Ambos son disfrutables y también┬ácompatibles.
Pronto comenzamos a investigar juntos el catálogo y ya sabemos que después jugaremos a más títulos. Si todos tienen una calidad similar a la de este┬áYoshi, estaré encantado de redescubrir a una consola que, estúpido de mí, daba por muerta.
Wii U┬áes┬ádiferente. De eso no cabe duda. Su apuesta es diferente en muchos aspectos. Tanto su concepto jugable como su ÔÇ£targetÔÇØ de usuario son diferentes y compatibles con el resto de consolas.
Su catálogo, infravalorado por limitaciones argumentales y online no está para nada exento de calidad. Es cierto que podrían ser juegos más elaborados, pero teniendo en cuenta la┬ánueva política de precios┬ápodríamos decir que┬áNintendo está siendo justa┬ácon sus productos y usuarios.
Wii U no tiene un mal catálogo.┬áPara nada. No está plagada de superproducciones pero sin embargo está sembrada┬áde intentos creativos. Merece que le prestemos un poco de atención, porque tiene mucho que ofrecer. Pero hay que aprender a escucharla, porque habla en un idioma muy diferente al que estamos acostumbrados a oír.
Si eres un ÔÇ£viciadoÔÇØ del online, es posible que encuentres en ella una consola muy┬álimitada. Pero si el tiempo apremia y tus ÔÇ£contactosÔÇØ online decrecen con el tiempo, quizás sea hora de redescubrir el concepto de videojuego con el que te criaste. Al parecer, aún está vivo.
Yo, con total honestidad, estoy sorprendido con el catálogo que tiene. No espero encontrarme en┬áWii U┬áun Witcher, un Metal Gear o un Dragon Age. Pero sí espero encontrarme propuestas┬ádivertidas, amenas y que me hagan pasar un buen rato disfrutando del ÔÇ£simple placer de jugarÔÇØ.
Fuente: GTM, por Juan Tejerina
Recuerdo que me hice con ella el┬á28 de noviembre de 2012. Lo recuerdo porque era el día de mi cumpleaños. Yo venía bastante mosqueado con┬áNintendo┬áy ese despropósito llamado Wii. La primera consola de Nintendo con la que me sentí┬átraicionado┬ácomo jugador y como seguidor de la marca. Escasos (que no inexistentes) juegos de calidad, difíciles de jugar en un LCD si apreciabas la salud de tus ojos; y esa estúpida política de tratar de abarcar un sector ÔÇ£casualÔÇØ de┬ápersonas que no podían estar más alejadas de mi perfil, fueron algunos de los pocos motivos que me hicieron detestar la máquina. Y mejor ni hablemos del online.
Joder, yo había estado┬áa las duras┬áen la época de┬áGameCube, dando un apoyo incondicional a la marca y (¡ojo!) viendo mis gustos satisfechos en número y calidad de título, independientemente de las ventas. Tras GameCube, Wii supuso una puñalada trapera en mi espalda, y lo único que salvó a Nintendo de mi hoguera personal fue, paradójicamente,┬áNintendo DS.
Cita:┬½¡Si Wii existía era porque seguidores como yo no habíamos retirado nuestro apoyo en época de GameCube! ¡Merecíamos un poco de consideración!┬╗
Sea como fuere, allí estaba yo el día┬á28. Aprovechándome de un soplo para tener la consola un poco antes de su lanzamiento oficial. Una vez más cargado de estúpidas esperanzas┬ánostalgicoides. ÔÇ£Esta vez lo harán bienÔÇØ, me decía ÔÇ£esta es la buenaÔÇØ.
No tardé mucho en darme cuenta de que no. Por algún motivo, los juegos que iban saliendo┬á(con cuentagotas)no acababan de calar en mí como jugador.
¿Zombi U? Dos días y a la estantería. ¿Super Mario 3D World? Dos días y de vuelta a su caja, todo me sonaba haberlo jugado ya. Le daba intentos a la máquina, pero nada que hacer. Pronto ÔÇöun año despuésÔÇö salió┬áPS4┬áyWii U┬ácayó en el cajón de los olvidos.
Condenada al ostracismo.
Pero de pronto mi vida dio un vuelco, me tuve que alejar de consolas, ocio y hobbies. Desconectar de mi mundo ÔÇ£onlineÔÇØ y en parte del ÔÇ£offlineÔÇ£. Incluso estuve desaparecido de┬áGTM, pero bueno: eran causas mayores.
Cuando la situación se estabilizó┬á(y desde aquí aprovecho para mandarle un abrazo a mi padre, por ser el guerrero más fuerte del mundo)┬áy pude volver a mi día a día, me di cuenta de que mi percepción de muchas cosas había cambiado. Cosas que en principio no tendrían por qué haberlo hecho. Y que aún me pregunto por qué.
Lo comentaba hace unas semanas en un artículo sobre┬áÔÇ£el placer de jugarÔÇØ, donde ya comenzaba a dar los primeros pasos que hoy me traen hasta aquí. Algo en mí cambió. Quizás solo sea algo relacionado con el momento personal que toca vivir, pero en cualquier caso así fue.
Comencé a prestarle más atención a┬áWii U. Puede que se deba a mi debilidad por las consolas desfavorecidas(adoro GameCube, venero a PSvita y tengo a DreamCast en un altar en mi propia casa), pero el caso es que comencé a fijarme en aquellas cajas de color turquesa tan llenas de polvo.
Empecé a hacer un repaso de títulos que sólo podría encontrar en Wii U y la sensación no fue mala. Eran ya bastantes, y sabía a ciencia cierta que todos tenían una calidad ÔÇôcomo mínimoÔÇô notable.
En mi estantería me esperaban títulos como ÔÇ£Zelda: Wind WakerÔÇØ ÔÇömi favorito, lo siento Ocarina of TimeÔÇö, ÔÇ£Super Mario 3D WorldÔÇ£, ÔÇ£Super Smash BrosÔÇ£, ÔÇ£The Wonderful┬á101ÔÇ│,┬áÔÇ£Pikmin 3ÔÇ£, ÔÇ£Capitán ToadÔÇØ o ÔÇ£Mario Kart 8ÔÇØ entre otros. Algunos aún precintados, y me reproché┬á┬½ni siquiera les has dado una oportunidad┬╗.
Repasé el catálogo de┬áWii U┬ásólo para ver qué me había estado perdiendo y en cuestión de días actualicé mi colección con el fichaje de ÔÇ£YoshiÔÇÖs Wooly WorldÔÇ£, ÔÇ£Kirby y el Pincel ArcoirisÔÇ£, ÔÇ£SplatoonÔÇØ y el reciente ÔÇ£Super Mario MakerÔÇ£.
El primero en entrar por la ranura fue┬áYoshi. El juego me enamoró no sólo a mí, sino también a mi pareja; que en un abrir y cerrar de ojos hizo lo inimaginable:┬ásentarse a mi lado y coger el mando┬á(y para mí el segundo pad). Sin comerlo ni beberlo nos encontramos┬ápasamos tardes jugando al juego, disfrutando juntos y pasando un buen rato. Es una sensación muy diferente a la de aislarme con el último┬áDragon Age. Para que me entendáis, podríamos decir que es como perderte en la lectura de una novela┬á(a solas con┬áese┬áuniverso)┬áo disfrutar de una tarde de cine con tu pareja. Ambos son disfrutables y también┬ácompatibles.
Pronto comenzamos a investigar juntos el catálogo y ya sabemos que después jugaremos a más títulos. Si todos tienen una calidad similar a la de este┬áYoshi, estaré encantado de redescubrir a una consola que, estúpido de mí, daba por muerta.
Wii U┬áes┬ádiferente. De eso no cabe duda. Su apuesta es diferente en muchos aspectos. Tanto su concepto jugable como su ÔÇ£targetÔÇØ de usuario son diferentes y compatibles con el resto de consolas.
Su catálogo, infravalorado por limitaciones argumentales y online no está para nada exento de calidad. Es cierto que podrían ser juegos más elaborados, pero teniendo en cuenta la┬ánueva política de precios┬ápodríamos decir que┬áNintendo está siendo justa┬ácon sus productos y usuarios.
Wii U no tiene un mal catálogo.┬áPara nada. No está plagada de superproducciones pero sin embargo está sembrada┬áde intentos creativos. Merece que le prestemos un poco de atención, porque tiene mucho que ofrecer. Pero hay que aprender a escucharla, porque habla en un idioma muy diferente al que estamos acostumbrados a oír.
Si eres un ÔÇ£viciadoÔÇØ del online, es posible que encuentres en ella una consola muy┬álimitada. Pero si el tiempo apremia y tus ÔÇ£contactosÔÇØ online decrecen con el tiempo, quizás sea hora de redescubrir el concepto de videojuego con el que te criaste. Al parecer, aún está vivo.
Yo, con total honestidad, estoy sorprendido con el catálogo que tiene. No espero encontrarme en┬áWii U┬áun Witcher, un Metal Gear o un Dragon Age. Pero sí espero encontrarme propuestas┬ádivertidas, amenas y que me hagan pasar un buen rato disfrutando del ÔÇ£simple placer de jugarÔÇØ.
Fuente: GTM, por Juan Tejerina