Hace unos días volví a inscribirme en Xbox Game Pass para poder probar Ashen, la nueva joya de la corona de la plataforma de Microsoft. Lo ocurrido con el juego da para otra historia y un texto que ya podéis leer por aquí de la mano de Jarkendia, pero lo sucedido con el Netflix del videojuego de Xbox One me resultó aún más sorprendente.

Tras vivir una infancia en la que un juego debía durarte de una Navidad a otra, ¿qué narices puede pasar por mi cabeza para no saber qué elegir entre tantas opciones? Y lo que es peor, ¿cómo es posible que juegos por los que habría pagado gustosamente hace unos meses, ahora sólo me entretengan algo más de una hora?

La psicología de la elección

Por supuesto no es un problema al que me haya enfrentado por primera vez, mi catálogo de Steam y el abandono de otras suscripciones como la de Humble Monthly pueden dar buena cuenta de ello, pero sí me ha sorprendido el picoteo y la desidia con la que empecé a probar todos esos juegos que puse a descargar el día anterior con todas las ganas del mundo.

Ahí estaba yo, con cinco juegos que pintaban de lujo, intentando elegir por dónde empezar. No duró mucho. Por suerte o por desgracia nunca me he visto afectado por eso que llaman paradoja de la elección, aunque me parece importante destacarlo por ser un problema que se aplica a muchos usuarios de servicios como Xbox Game Pass, Netflix o cualquier otra plataforma que entregue una variedad de opciones a precio reducido.

Es curioso que, pese a pensar que tener más siempre es mejor, nuestro cerebro responda de forma diametralmente opuesta. A nivel psicológico, el ser humano se siente abrumado por la cantidad de opciones que se le presentan a la hora de decidir, lo que ha llevado de cabeza al mundo de la mercadotecnia desde hace más de cien años.

La duda sobre si la decisión tomada será o no la correcta puede llevarnos al camino que nadie en su sano juicio se plantearía. Por evitar ese estrés y una posible decisión errónea, a menudo elegimos no elegir. ¿Invierto mi tiempo en elegir y probar uno de esos 100 juegos que tengo delante o me decanto por el título al que siempre acudo cuando tengo un par de horas libres? Todos hemos estado ahí.

El valor de lo (casi) gratis

Sin embargo, pese a lo interesante de esa problemática, la mía era otra bien distinta. Juego tras juego, a los pocos minutos tenía la necesidad de dejarlo a un lado y saltar al siguiente, en la mayoría de ocasiones sin darme tiempo a adaptarme a su jugabilidad o sin ceder la oportunidad a que el juego me mostrase todas sus cartas. He venido a probarlo y ya lo he hecho, ¿para qué detenerme más?

De alguna forma el valor que le daba a la experiencia cuando quería comprar ese juego, se había perdido por completo al tenerlo a mi alcance por un precio irrisorio. Con una oferta de un mes a un euro, cada uno de los más de 100 juegos que tenía frente a mí costaban alrededor de un céntimo. ¿Tengo más tiempo para algo que me ha costado tan poco?

Ahí entra en juego otro fenómeno aún más interesante. No le damos valor a las cosas que hemos conseguido gratis. Aquí las palabras chirrían y resbalan porque en realidad esos juegos siguen teniendo un precio, pero al momento de jugarlos tenía la sensación de haber pagado por un producto que no era los juegos que tenía instalados, sino la posibilidad de probarlos. De alguna forma había pagado por Xbox Game Pass, pero los juegos eran gratis.

Y esa es precisamente la relación coste/valor que mi cerebro hace, que si algo me ha costado cero, cero es la cantidad de esfuerzo y tiempo que debería estar invirtiendo en él. Por más consciente que sea de lo absurdo de la cuestión, ese cortocircuito en mi cabeza siempre está ahí. Y por eso siempre elijo el helado de limón cuando hay decenas de opciones que también me llaman la atención, y tampoco tengo ninguna intención de volver a ese juego que estaba en mi lista de la compra y ahora no me llama en absoluto.

Fuente

A mi me pasaría esto seguro

Hace veinte años recuerdo leer en revistas y en los primerizos foros digitales de las mismas, reportajes y proto-debates casi calcados a esto, pero en aquel entonces, porque la amplitud de opciones venía dada por la piratería. La verdad es que me identifico mucho con este texto, y aunque valoro lo gratuito, es verdad que muchas veces relego cosas que quiero jugar, ver o hacer por otras que ocupan su lugar en mi zona cerebral de los deseos, para muchas veces también ser sustituidas, y en más ocasiones de las que debería, probar algo ya conocido y no pensar en esas opciones.

Con los videojuegos la cosa creo que se agrava por la mayor duración y el escaso tiempo de la vida adulta, cuando muchas veces, con la cabeza fría, puedes empezar un juego largo, de esos de cien horas, echar un par de horas al día, o algunas sesiones de viciadas largas, y en tan sólo tres semanas o cuatro, tenerlo finiquitado.

¡Se acabó! Voy a jugar de tirón de una santa vez el South Park: La Vara de la Verdad, que tengo desde......desdeeee.......uffff........

A mi por eso no me atrae el Gamepass ni siquiera el Plus. Me gusta elegir los juegos que juego en cada momento, y si me pongo a probar juegos lo único que hago es eso, jugar un rato y los dejo. Siempre tengo algún juego que es al que realmente quiero jugar.

De hecho cogí el Gamepass por jugar a Forza Horizon 4 y a ese fue el que jugué. Probé otros pero ninguno repetir más de un día.

Y si vuelve a interesarme el Forza Horizon 4 (que obviamente no me lo pasé) pues probablemente lo compraré en alguna oferta porque lo del Gamepass no es para mí. O bueno, me espero al 5 que total, no tardará xD.

El efecto es similar a cuando pirateabas una consola y el poder acceder a todos los juegos gratis dejabas de jugar y te convertias en probador de videojuegos.

No me ha pasado nunca la verdad. Siempre tengo mas o menos claro que quiero jugar y, una vez empiezo, sigo hasta que lo he exprimido lo suficiente o me ha demostrado que no es para mi y veo que no me estoy divirtiendo.

Tener mucho de golpe es tentador, pero nada que me colapse.

Debo ser un tío con suerte o con las ideas muy claras porque a mi nunca me ha pasado nada de eso. Tengo ahora en la estantería como 200 juegos precintados y estrés cero, detrás de uno y otro. Hasta un juego de Dreamcast tengo con el precinto, ya le llegará su momento.

La PSX la pirateé y no andaba todo el día probando juegos, iba directo al grano a los juegos que quería jugar: Colin McRae 2.0, Metal Gear Solid, Dino Crisis, Resident Evil 2 y 3, Silent Hill, Ridge Racer Type 4, Driver... todos jugados en su versión Verbatim Edition y les metí cientos de horas. Claro que hubo juegos que probé y los dejé a la media hora pero porque no me gustaban lo suficiente, no porque tuviera cientos de juegos en una bobina de CDs.

Y en ordenador es más exagerado, casi todo lo jugado en ordenador desde tiempos de Spectrum ha sido pirata y siempre ando buscando algo que me guste y poder meterle horas, no andar picoteando. Con el Commodore Amiga ha sido lo más exagerado: creo que compré un par de juegos originales. El MSX es el único ordenador para el que compré bastantes juegos.

Yo por eso siempre digo que con los 500GB de una consola me sobra, y no por ello bajo el ritmo jugable. Registré unos 250 juegos en mi Gamertag con 360 y de 250, mínimo 200 los completé, alguno hasta con los 1000G. Sin embargo, jamás tuve más de 3-4 juegos pendientes a la vez. Tenía y usaba lo que pretendía, máximo un par o tres simultáneos, y no cogía otro nunca hasta no finiquitar dicha pequeña tanda.

Ahora me pasa exactamente igual, no necesito 1TB porque nunca tendré 13 juegos instalados pendientes; tendré 1 o 2 y cuando los finiquite tendré otros 2.

También pienso que a veces, la devaluación, el "gratis", los juegos a 2€ o los packs de 15 juegos por dos duros conllevan cierto riesgo —según el modo de verlo de cada uno— en cuanto a perder una parte de su valor. Y es que yo no puedo comprar 50 juegos en Steam porque me quita el sueño saber que igual tengo por acabar e incluso descubrir yo qué sé, 15 de PS2, 6 de GameCube, 26 de PSX y 14 de Snes, ¿para qué comprar 50 de hoy si tengo 100 de ayer? Obviamente al final hay que decidir y vas jugando como puedas a lo que puedas, pero no es casualidad que haya tanta gente con bibliotecas de 1,400 juegos y mirando su perfil, haya jugado "en serio" a 15 de ellos, con cientos, literalmente, sin ejecutar o con el logro de pasarse el prólogo y adiós.

He jugado más y mejor cuando he tenido que ahorrar o dosificar, que en alguna época pirata en la que he tenido una tarrina de verbatines con 50 juegos a los que podría jugar en cualquier momento. Sin embargo esa pérdida de valor me ha hecho verlos como cosas insignificantes, de "voy a probar este, voy a ver qué tal se ve este, veamos este que tengo curiosidad", sin ese "esfuerzo" de por medio y amontonados, y al final he probado muchos pero he jugado lo justo y casi pensando ya en el siguiente. Anda que no hay gente que prueba pirata el día 1 un sinfín de juegos, y luego le preguntas al año siguiente y resulta que no jugó a ninguno.

Esta generación he tenido casi todo lo relevante, pero tengo claro que si los hubiera tenido de golpe, habría probado media hora de 500 juegos distintos para nada.

Yo en la 360 si he tenido juegos precintados sin tocar. Pero sufría de logritis y les sacaba a casi todos los 1000G. Lo que no hacía era jugar a varios juegos a la vez. Yo me pongo con uno y me lo paso, me gusta sacarles el 100% si es asequible y a otra cosa mariposa.

Desde que me pasé al PC, por muy tirados de precio que puedan estar los juegos, compro uno, me lo paso y no compro el siguiente hasta que termino el anterior. Total, las ofertas son cíclicas. Bueno, ahora ni compro porque tengo la biblioteca compartida con un colega que tiene chorrocientosmil títulos.

Joder, casi toda mi biblioteca de Steam está sin tocar, y sigo gastando.
Por eso de momento no me interesa el Gamepass. Me pillaré la prueba gratuita para el nuevo Ori y a corto/medio plazo ya estaría.

Curiosamente con Switch no me pasa nunca y con PS4 en menor medida.

Yo creo que el modelo Game Pass es a lo que va el negocio encaminado sin ninguna duda. Y además luego tienes los ejemplos de los grandes AAA de Xbox como Forza 4 que aunque los incluyen en esto, venden muy bien también.

Personalmente creo que es un servicio genial, peri simple y llanamente no va con mi modelo actual de consumo. No me interesa. Prefiero comprar lo que me apetezca y jugarlo ahora o dentro de años, como a veces me pasa.

Sobre lo del Gamepass, yo también creo que es un modelo genial, y que realmente, cuando tienes tanto que jugar ¿Acaso eso es malo?¿Se agobia la gente porque en Netflix haya tanta serie y película? Quizás si, pero es bueno tener acceso a tantas cosas. Por ejemplo, aun con todo lo pendiente que tengo, estaba mirando de pillar unos meses de Ea Access, pasarme algunas cosillas que me interesan, y no renovar, quedando algo cojonudo de precio para los juegos que tengo en mente. Yo creo que es una ideaza, pero también, que va a pasar justamente como Netflix, que cada cual va a terminar sacando su plataforma de juegos y vamos a tener varias (bueno, ya casi las tenemos con tanto launcher en pc), pero al menos, así la oferta legal es bastante rica.

(12-12-2018 17:36)chente escribió:Yo creo que el modelo Game Pass es a lo que va el negocio encaminado sin ninguna duda. Y además luego tienes los ejemplos de los grandes AAA de Xbox como Forza 4 que aunque los incluyen en esto, venden muy bien también.

Personalmente creo que es un servicio genial, peri simple y llanamente no va con mi modelo actual de consumo. No me interesa. Prefiero comprar lo que me apetezca y jugarlo ahora o dentro de años, como a veces me pasa.

Yo creo que el negocio irá así para los que no estén en la pomada de vender juegos como churros. ¿Imaginas un Nintendo Pass con el catálogo a unos euros o con promociones de 1€ a menudo cuando ahora coloca 15m de Pokémon, 13 de Mario y 12 de Zelda?

Ceo que las que lo hagan, dando por hecho que sean las que más juegos venden, será algo relativamente restrictivo y ni por asomo una cosa que muchos casi casi interpreten como un regalo.