23-07-2018 14:33
MercurySteam, el estudio español creador de juegos emblemáticos como Castlevania: Lords of Shadow o Metroid: Samus Returns, ha explicado cómo Konami y Nintendolograron salvarles de tener que echar el cierre.
En una entrevista concedida a DualShockers, el jefe de MercurySteam, Enric Alvarez, explicó cómo el estudio se encontraba al borde del colapso cuando una afortunada cadena de eventos evitó este triste final.
"En 2005, cuando estábamos a punto de desaparecer, creamos una pequeña demo, basada en un momento de la película The Exorcist", comenzaba explicando. "En aquellos días, la gente de Epic Games estaba mostrando su nuevo juego de Gears of War, y vimos algunas imágenes de los monstruos. Entonces, pensamos: 'Oye, nosotros también podemos hacer esto, hagámoslo'.
El trabajo que realizaron fue tan llamativo que permitió que el estudio obtuviera un trabajo en Clive Barker's Jericho con Codemasters. "Ese día conseguimos salvar el estudio". Pero, no bastando con eso, unos años más tarde de conocer a Dave Cox tras una visita a Konami, les llamaron para darles una gran noticia: "Nos dijo: 'Oigan, chicos, ¿queréis reiniciar Castlevania?"
Esto dio lugar a Castlevania: Lord of Shadows que, a su vez, llamó la atención de Nintendo y acabaron trabajando en Metroid: Samus Return y, además, en Castlevania: Mirror of Fate, secuela de Lord of Shadows. "A Nintendo le gustó, y pensaron que estábamos a la altura de hacer lo que hacíamos. El resto es historia".
Álvarez, a su vez, también habló sobre las diferencias existentes entre los editores japoneses y occidentales. "Especialmente en el caso de Nintendo, la mayor diferencia es que lo único que les importa es la calidad", explica. "Todo lo que les importa es satisfacer a sus jugadores. El resto es secundario".
En este sentido, Álvarez explica que esta situación no se da con las compañías occidentales. "Siempre hay restricciones de tiempo, siempre hay mucha presión. Sobre todo cuando hablamos de enormes cantidades de dinero: siempre están preocupados por ese dinero, lo cual es normal y justo".
"No significa que no haya presión en ambos lados", aclara. "Pero la presión que proviene de un editor japonés se basa en ese aspecto: la calidad".
Fuente
En una entrevista concedida a DualShockers, el jefe de MercurySteam, Enric Alvarez, explicó cómo el estudio se encontraba al borde del colapso cuando una afortunada cadena de eventos evitó este triste final.
"En 2005, cuando estábamos a punto de desaparecer, creamos una pequeña demo, basada en un momento de la película The Exorcist", comenzaba explicando. "En aquellos días, la gente de Epic Games estaba mostrando su nuevo juego de Gears of War, y vimos algunas imágenes de los monstruos. Entonces, pensamos: 'Oye, nosotros también podemos hacer esto, hagámoslo'.
El trabajo que realizaron fue tan llamativo que permitió que el estudio obtuviera un trabajo en Clive Barker's Jericho con Codemasters. "Ese día conseguimos salvar el estudio". Pero, no bastando con eso, unos años más tarde de conocer a Dave Cox tras una visita a Konami, les llamaron para darles una gran noticia: "Nos dijo: 'Oigan, chicos, ¿queréis reiniciar Castlevania?"
Esto dio lugar a Castlevania: Lord of Shadows que, a su vez, llamó la atención de Nintendo y acabaron trabajando en Metroid: Samus Return y, además, en Castlevania: Mirror of Fate, secuela de Lord of Shadows. "A Nintendo le gustó, y pensaron que estábamos a la altura de hacer lo que hacíamos. El resto es historia".
Álvarez, a su vez, también habló sobre las diferencias existentes entre los editores japoneses y occidentales. "Especialmente en el caso de Nintendo, la mayor diferencia es que lo único que les importa es la calidad", explica. "Todo lo que les importa es satisfacer a sus jugadores. El resto es secundario".
En este sentido, Álvarez explica que esta situación no se da con las compañías occidentales. "Siempre hay restricciones de tiempo, siempre hay mucha presión. Sobre todo cuando hablamos de enormes cantidades de dinero: siempre están preocupados por ese dinero, lo cual es normal y justo".
"No significa que no haya presión en ambos lados", aclara. "Pero la presión que proviene de un editor japonés se basa en ese aspecto: la calidad".
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