12-08-2017 04:27
A los logros les ha pasado un poco aquello de "life comes at you fast": antes eran la faceta más descaradamente adictiva y un poco sórdida de los videojuegos que sacaban una parte vergonzosa de cada uno, pero con la llegada de las microtransacciones, el pay to win y las tragaperras encubiertas se han quedado en un simple juego de niños. Aún habrá quien estén enganchado al desbloqueo de logros, claro, igual que en 2017 todavía hay gente adicta a la heroína, pero está claro que el mundo ha dado muchas vueltas desde entonces.
Quizá por eso Microsoft ha querido repensar un poco el concepto mismo de sus logros y sobre todo reconducir el tipo de hazañas que se premian con ellos, tal como explica Mike Ybarra: «Alguien que solo juega al multijugador de Halo 5 a nivel profesional quizá tenga solo 2.000 puntos de Gamerscore, pero nosotros queremos celebrar a esa persona». Y sigue con el mismo ejemplo: «Esa persona no juega a muchos juegos, pero está en el top10 mundial de Halo 5, así que vamos a ir a lo grande en lo de permitir a la gente exhibir y representar su historia videojuerguista y el tipo de jugadores que son, mucho más de lo que hacemos con el Gamerscore.»
La idea, por lo visto, es añadir al sistema otra serie de estadísticas que reflejen mejor la relación del jugador con la consola o con ciertos juegos en particular —el ejemplo de los eSports es clave—, y eso sin reemplazar el Gamerscore clásico instaurado desde la Xbox 360, sino más bien sumándole nuevos rasgos.
Si bien es cierto que, además del ya mencionado asunto de las adicciones cambiando de bando, también los hábitos de juego han cambiado un poco con la evolución de la industria en los últimos años. Ahora salen muchísimos más juegos todos los meses, y algunos de ellos están pensados para tener una larga vida y muchos meses o incluso años de relación con el jugador. Antes jugábamos un poco a muchos juegos, en muchos casos con la idea de sacar todos los logros de cada uno, los famosos 1.000G; y ahora jugamos más tiempo a menos juegos porque quizá hemos encontrado recompensas y estímulos dentro de la propia experiencia que alargan su rejugabilidad.
Fuente
Quizá por eso Microsoft ha querido repensar un poco el concepto mismo de sus logros y sobre todo reconducir el tipo de hazañas que se premian con ellos, tal como explica Mike Ybarra: «Alguien que solo juega al multijugador de Halo 5 a nivel profesional quizá tenga solo 2.000 puntos de Gamerscore, pero nosotros queremos celebrar a esa persona». Y sigue con el mismo ejemplo: «Esa persona no juega a muchos juegos, pero está en el top10 mundial de Halo 5, así que vamos a ir a lo grande en lo de permitir a la gente exhibir y representar su historia videojuerguista y el tipo de jugadores que son, mucho más de lo que hacemos con el Gamerscore.»
La idea, por lo visto, es añadir al sistema otra serie de estadísticas que reflejen mejor la relación del jugador con la consola o con ciertos juegos en particular —el ejemplo de los eSports es clave—, y eso sin reemplazar el Gamerscore clásico instaurado desde la Xbox 360, sino más bien sumándole nuevos rasgos.
Si bien es cierto que, además del ya mencionado asunto de las adicciones cambiando de bando, también los hábitos de juego han cambiado un poco con la evolución de la industria en los últimos años. Ahora salen muchísimos más juegos todos los meses, y algunos de ellos están pensados para tener una larga vida y muchos meses o incluso años de relación con el jugador. Antes jugábamos un poco a muchos juegos, en muchos casos con la idea de sacar todos los logros de cada uno, los famosos 1.000G; y ahora jugamos más tiempo a menos juegos porque quizá hemos encontrado recompensas y estímulos dentro de la propia experiencia que alargan su rejugabilidad.
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