La vida de un jugador independizado
#1
Hilos informativos 33Bits 
Cita
Tarde o temprano llega el día en que todos volamos del nido.


Algunos siendo aún polluelos tras romper el cascarón, y otros con┬áplumas en los huevos*;┬áa todos nos llega el momento┬áy┬ála┬ávida cambia con él.

[Imagen: matias.jpg]
*Disculpad el juego de palabras,┬álo tenía ÔÇ£a huevoÔÇØ.

En una primera instancia, siempre es algo emotivo y que llena de ilusión. Salir del hogar para construir el tuyo propio. No depender de nadie salvo de ti mismo, sentar tus propias normas y vivir bajo tus condiciones.┬áTu casa, tus normas┬á¿o no lo hemos oído cientos de veces? Os vengo a contar la vida de un jugador independizado. Uno de tantos.

Cuando entras por vez primera en tu nuevo hogar, te propones que en tu vida nada de lo que te gustaba cambie. Te propones┬ámuchas┬ácosas. La casa siempre estará limpia, la cama siempre estará hecha, los platos siempre en su sitio y nunca te faltará un vaso limpio aguardando en su correspondiente armario. El suelo nunca tendrá polvo, el armario siempre ordenado, la nevera siempre llena y todo como debe ser. No hablemos ya del baño, lugar sagrado y pulcro. Todo como siempre ha sido desde que tienes uso de razón.

Llegas y te instalas. Quizás tengas que comprar muebles; o tal vez vengan ya con la casa. En cualquier caso, ahora es tu hogar y tratas de amoldarlo a ti. Te afanas en inundarlo con tu esencia y hacerlo tuyo. Si estás leyendo esta diatraba, añadiré que┬á(por supuesto)┬áinstalarás tus consolas, periféricos y estaciones de juego en el lugar que más te plazca. Tu pequeño altar.

[Imagen: salon.jpg]

Y entonces las hojas del calendario comienzan a caer. El tiempo pasa, y esa ilusión inicial acaba desapareciendo. Aquellos┬áÔÇ£pequeños esfuerzosÔÇØpor mantener el nivel que tenías anteriormente acaban convirtiéndose en┬áobligaciones┬áauto-impuestas. Te acabas creando una rutina que tienes que seguir, porque no queda otra ¡amigo mío!

De lunes a viernes madrugas para ir a trabajar┬á(o si tienes suerte, quizás estés ÔÇ£independizadoÔÇØ pero aún cursando unos estudios). Llegas a casa a una hora tardía, por norma general entre las┬á18┬áy las┬á20┬áhoras. Cuando atraviesas la puerta empieza a contar el cronómetro del tiempo libre y es entonces cuando te das cuenta de muchas cosas.

A veces ocurre que al llegar, la┬ásed┬áte pide un trago. Abres el armario de los vasos y no hay ni rastro. No necesitas mirar más abajo para encontrártelos haciendo cola en el lavavajillas (o apilados en el fregadero). Y esas ganas por beberte un refresco mientras echas una partida acaban convirtiéndose en un rato fregando platos con un estropajo entre las manos, y no un┬ápad. Y cuando te quieres dar cuenta, es hora de ir preparándote la cena; y según el caso, también la comida del día siguiente para la oficina.

Puede ocurrir que llegues a casa y esta vez ¡aleluya! sí estén todos los vasos. Pero al abrir la nevera te des cuenta de que no queda nada en su interior y te toque bajar al súper ¿dónde dejaste la camiseta que te acababas de quitar?

Puede ocurrir que al llegar esté cayendo una tromba de agua y tengas el honor de presenciar cómo tu ropa tendida vuelve al estado en el que la dejaste a secar el día anterior.

Puede ocurrir que llegues y tengas que preparar un informe. O que simplemente estés tan hasta el culo de todo, que sólo te quieras tirar en el sofá.

Cuando miras el reloj es tarde. O quizás el cansancio te hace creer que┬áÔÇ£es tarde para jugarÔÇØ.┬áMiras a la consola de reojo y aunque tienes muchas ganas de hincarle el diente, lo cierto es que las energías te han abandonado.

Te dices que es normal, que entre semana tienes mucho que hacer. Que saliste por la mañana con prisas y la cama no se hace sola. Que cenaste algo tarde la noche anterior y los platos no se fregaron solos. Que se te olvidó poner el posavasos y la mesa sigue exhibiendo ese circulito tan característico. Sea como fuere, nada se hace solo. Y ni siquiera te sorprendes, simplemente┬ávaloras┬álo mucho que tenías antes.

Porque antes llegabas a casa y podías ir directo a jugar. Porque tenías la suerte, la┬ágran┬ásuerte, de llegar a casa y que alguien te preguntase qué querías para merendar. Porque tu única preocupación acabada la jornada era ventilarte el último juego que te habías agenciado. Y si además trabajabas, nunca faltaba el dinero para el último lanzamiento.

Y ahora te ves entre tus cuatro paredes, abriendo el buzón para encontrarte con el logotipo de tu compañía telefónica junto a la del gas y el agua, cerca del logotipo de tu banco y de la comunidad de┬ádesentrañablesvecinos. Haciendo cuentas para llegar a fin de mes, privándote de algún que otro juego y apilando en la estantería aquellos que pasan la criba económica pero no temporal.

Te encuentras relegando forzosamente esas tardes de diversión a los fines de semana; momento en que te organizas meticulosamente el horario de modo que por la mañana te toque darle un buen repaso a la casa, pero te reste la tarde libre para jugar.

Y cuando sacas las manos del inodoro y te ves a ti mismo de rodillas sobre los adoquines, te paras a pensar en lo mucho que ha cambiado todo. En la cantidad de obligaciones ineludibles. Y en lo mucho que te gustaría poder vivir sin preocupaciones, como antes.

Pero en el fondo sonríes, porque es la vida que has elegido. Porque aunque no tengas ni la mitad de tiempo para mantener el ritmo, valoras cada una de esas horas con la consola como si fuesen diez. Porque aprendes a valorar cada minuto de ocio que puedes permitirte. Porque puedes incluso ser rebelde┬á(¡tu casa, tus normas!)┬áy darte┬áel placer┬áde mandarlo todo a tomar por saco para tirarte la tarde enganchado a la máquina. Y esa tarde habrá valido más que ninguna de las que acostumbrabas a pasar en tu antiguo hogar.

Y ya pueden las obligaciones esperar, que siempre es bueno permiritse volver momentáneamente a aquellos días.
Sí, ahora mi vida ha cambiado; pero no la cambiaría por nada. Valoro más y mejor algo con lo que crecí. Sigo sintiendo ese furor por los juegos a pesar de que no nos veamos a diario. Es irónico que hayan tenido que pasar dos años desde que me emancipé para darme cuenta de lo mucho que┬áme gustaba┬ájugar. De lo mucho que┬áme gusta┬ájugar.

Por mucho que cambie tu vida en el futuro, o por mucho que haya cambiado ya; recuerda que las normas no sólo están para cumplirlas, sino que a veces también puedes saltártelas. No dejes de lado aquello que te hace feliz, aunque no puedas dedicarle todo lo que te gustaría.

No te olvides de disfrutar.

Artículo de GamesTribune, Juan Tejerina--> http://goo.gl/AHC6H3
#2
Cita
Por eso las portátiles me llenan y me llenarán en el futuro.

No requieren de televisores, son fáciles de llevar, y sacian mis ganas de juego rápidamente.

Obviamente siempre tendré mi rinconcito para sobremesas, y por supuesto sacaré algo de tiempo de algún sitio. Pero tampoco me mataría mucho que no pudiera hacer lo que hacía antes, porque por suerte, la experiencia portátil recibe experiencias de sobremesa.
#3
Cita
Gran artículo.

Siempre me ha dado miedo tener que dejar algún día de lado este hobby, y algún día lo haré, estoy seguro. Cada vez me llama menos este mundo y todo me parece morralla obviable a precios desorbitados. Hay otros hobbies más baratos, que me ocupan menos tiempo y que cumplirán con creces.

Al final los recuerdos estarán ahí siempre.
#4
Cita
El independizarte no tiene nada que ver pero si llegas a tener niños, en mi caso dos de golpe, la cosa cambia y mucho
#5
Cita
(22-09-2015 18:18)Jase escribió:Al final los recuerdos estarán ahí siempre.

Mah Jase, que se me pone sentimental Tongue

Muy buen artículo. A mí, como a Jase, también me llama cada vez menos el mundillo, entre tanto que la literatura va ocupando un espacio mayor en mi tiempo de ocio.

Tampoco me pongo a filosofar sobre el asunto. Veo un tanto inútil especular sobre mi futura relación con los videojuegos.
#6
Cita
Pues en esa situación -parecida- ando yo, que he empezado a trabajar hace unos meses (que ya iba siendo hora coño XD). Por suerte a las 2 del viernes soy libre hasta el lunes siguiente a las 9 y puedo darme el gustazo de echar horas los fines de semana al vicio.
#7
Cita
Que puta depresion de articulo, a ver si me toca la loteria o algo
#8
Cita
Yo soy de los que piensan que nunca dejaremos de jugar, mientras la salud nos lo permite y no sea inviable por otros temas, pero si se puede, dudo que algún día pierda el interés. Se me antoja igual que otros de mis hobbies como jugar al fútbol y cocinar; no contemplo el día en que no me diga nada realizarlos.

Lo que sí es cierto es que va por rachas y, como cualquier otro tipo de ocio, va ligado al estado anímico. Lo mismo te pegas dos semanas sin ganas de jugar o lo mismo un juego que hoy es la bomba mañana no te dice absolutamente nada y no te motiva. Creo que a todos nos ha pasado, pero siempre vuelve.
#9
Cita
Pues yo no me siento demasiado representado con ese texto, y voy ya para 9 años independizado (y más de 16 desde mi primer trabajo). Ya lo he puesto en más ocasiones, pero a día de hoy, juego mucho más que antes y desde luego me encanta la sensación de salir de trabajar y pensar que hasta el día siguiente no tengo que preocuparme por nada más. Cuando estudiaba siempre tenía una sensación de cosas que hacer, o bien trabajos, o estudiar, o algo que me dejaba intranquilo. Ahora puede que algún día me vaya con algo del curro en la cabeza cuando me voy a casa, pero ya.

Al final la vida es como cada uno se la busca, a mi las obligaciones lo justo... no quiero hijos, ni me gustan las actividades que me obliguen a ocuparme mi tiempo libre. Y si, tengo novia, pero por suerte cada uno tenemos nuestras aficiones en casa que no chocan las unas con las otras y yo puedo estar jugando mientras ella hace otras cosas y de vez en cuando vemos series o películas juntos.

Y como ha puesto Rivera, yo tampoco veo el día de que deje de gustarme jugar esto de los videojuegos, al contrario. Después de más de 30 años jugando me sigue ilusionando como el primer día, y de hecho, con la realidad virtual tengo unas ganas de lo que pueda llegar que no tenía desde hace mucho tiempo. Y sinceramente, no veo porqué iba a dejarme de gustar. Es un hobbie como cualquier otro y que se va adaptando a lo que queremos en cada momento.

Si que hay veces que apetece menos, o bien porque has jugado algún juego muy largo, o lo que sea, pero es cuestión de unas semanas que no sabes a qué jugar hasta que te vuelven las ganas.
(Ultima edición: 22-09-2015 20:09 por Cikio.)
#10
Cita
(22-09-2015 20:04)Cikio escribió:Al final la vida es como cada uno se la busca, a mi las obligaciones lo justo... no quiero hijos, ni me gustan las actividades que me obliguen a ocuparme mi tiempo libre.

te pierdes grandes cosas
#11
Cita
(22-09-2015 20:24)Cisko escribió:te pierdes grandes cosas

Los niños los tienen que tener los que les gusten los niños, porque con eso no vale lo de devolverlos si no estamos satisfechos xD
#12
Cita
BUenas:

A mi la independencia no me quitó horas de vicio, lo que me las ha quitado han sido las oposiciones y mi niña pequeña... bueno, le podría echar la culpa más bien al puto guardado del RE de cartuchos de tinta limitados que hacen que no pueda aprovechar las horas que si tengo para jugar pero a veces me pego dos horas y acabo sin llegar a salvar entre reconocimiento, ensayo y error... y por fin cuando voy decidido no llego lo suficientemente lejos para guardar... al final me canso.

Pero vamos, actualmente si no juego nada no es por la niña, podría escoger otro juego, es porque por las opos llevo 6 años de retraso de comics y ahora estoy que no doy a basto leyendo jajaja

De hecho jugaba bastante con mi mujer y estoy deseando que mi niña crezca para ponernos mano a mano jejeje


Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 1 invitado(s)