24-12-2014 15:30
Venga, nadie ha sacado el tema, lo saco yo, el mr. Scrooge del foro. La pregunta lo resume todo, no hace falta entrar en más detalles.
A mí me encantaba la navidad de crío, ya sabéis, vacaciones, celebración, regalos, películas para niños en la tele, turrones...
Al entrar en la adolescencia me pasó como a muchos, que ya no quiero regalos (en todo caso dinero), que ya no siento esa "magia" hecha de películas infantiles, chocolates y juguetes nuevos. Que empiezo a ver la hipocresía consumista en todo este asunto... Y bueno, que siempre fui un pesimista. Así que le cogí manía a la navidad.
Luego te haces mayor y parece que cada vez importa menos. Y cada vez se celebra menos. Como dijo un forero en otro hilo, cenar con su madre y hermana y a la cama. Lo de todos los días, pero con tres veces más comida. Eso viene a resumirlo todo. A pesar de todo, las navidades, como los cumpleaños o los sanfermines (soy de Pamplona) son esas fechas claves que están ahí para recordarte que el tiempo pasa, que te haces viejo, y eso siempre me pone un poco melancólico.
Este año lo voy a pasar solo en Londres, y no tengo ningún plan especial. Durante las semanas precedentes a tan señaladas fechas he estado esperando las vacaciones simplemente por dejar de trabajar dos semanas, pero con una actitud bastante neutral, ni me alegra ni me deprime. Como si me dices que es hanukka o ramadám. Pero ha sido empezar las vacaciones y empezar a sentirme un poco deprimido.
Y me he dado cuenta de una cosa que me jode: que la gente y los medios estén todo el puto día recordándote que te tienes que alegrar. Porque sí, por cojones, porque es obligatorio estar alegre. No porque seas católico y celebres el nacimiento de Brian, no porque vayas a reunir con tu familia si es que eso te importa, ni por nada de eso. Te tienes que alegrar POR COJONES. Y me dan ganas de decirle al mundo que son idiotas, pero luego me lo pienso un momento y me doy cuenta de que esa actitud no sirve de nada, que lo que tengo que hacer es pasar del tema.
Bueno, pues esas som mis reflexiones un 24 de diciembre en el que no tengo nada que hacer aparte de navegar por internet y jugar a juegos, y en el que un musulmán me acaba de desear feliz navidad.
A mí me encantaba la navidad de crío, ya sabéis, vacaciones, celebración, regalos, películas para niños en la tele, turrones...
Al entrar en la adolescencia me pasó como a muchos, que ya no quiero regalos (en todo caso dinero), que ya no siento esa "magia" hecha de películas infantiles, chocolates y juguetes nuevos. Que empiezo a ver la hipocresía consumista en todo este asunto... Y bueno, que siempre fui un pesimista. Así que le cogí manía a la navidad.
Luego te haces mayor y parece que cada vez importa menos. Y cada vez se celebra menos. Como dijo un forero en otro hilo, cenar con su madre y hermana y a la cama. Lo de todos los días, pero con tres veces más comida. Eso viene a resumirlo todo. A pesar de todo, las navidades, como los cumpleaños o los sanfermines (soy de Pamplona) son esas fechas claves que están ahí para recordarte que el tiempo pasa, que te haces viejo, y eso siempre me pone un poco melancólico.
Este año lo voy a pasar solo en Londres, y no tengo ningún plan especial. Durante las semanas precedentes a tan señaladas fechas he estado esperando las vacaciones simplemente por dejar de trabajar dos semanas, pero con una actitud bastante neutral, ni me alegra ni me deprime. Como si me dices que es hanukka o ramadám. Pero ha sido empezar las vacaciones y empezar a sentirme un poco deprimido.
Y me he dado cuenta de una cosa que me jode: que la gente y los medios estén todo el puto día recordándote que te tienes que alegrar. Porque sí, por cojones, porque es obligatorio estar alegre. No porque seas católico y celebres el nacimiento de Brian, no porque vayas a reunir con tu familia si es que eso te importa, ni por nada de eso. Te tienes que alegrar POR COJONES. Y me dan ganas de decirle al mundo que son idiotas, pero luego me lo pienso un momento y me doy cuenta de que esa actitud no sirve de nada, que lo que tengo que hacer es pasar del tema.
Bueno, pues esas som mis reflexiones un 24 de diciembre en el que no tengo nada que hacer aparte de navegar por internet y jugar a juegos, y en el que un musulmán me acaba de desear feliz navidad.