17-02-2013 05:40
Lo reconozco, me mosqueó que dedicaran tanto tiempo a Nintendo Land en el E3 del año pasado cuando todos esperábamos... no sé, Mario 3D, Zelda, Retro Studios o algún otro plato fuerte para ponernos los dientes largos con la nueva consola. El juego no parecía ni remotamente tan revolucionario como Wii Sports cinco años atrás, y cuando me regalaron el pack de Wii U con ZombiU a mediados de diciembre, de primeras ni me planteé en ir a por él.
En su lugar me decidí por New Super Mario Bros U para acompañar al juego de Ubisoft, y con ambos me tiré diciembre, enero y parte de febrero. Pero después de pasar ZombiU y hacer el 100% del Mario, Nintendo Land volvió a mi cabeza. Lo busqué de segunda mano y me lo agencié como nuevo por 30 euros, con el código del Club Nintendo y todo. Hace dos días me llegó a casa, lo metí en la consola para pasar un buen rato y... empezó mi adicción. Llevo más de 10 horas y me cuesta soltarlo. Cada vez que tengo un rato libre, le echo una partida y el tiempo vuela. Esta noche volví a casa bastante temprano porque estaba cansado, me lo puse a eso de las 3 para jugar treinta minutillos y cuando me di cuenta ya eran las 5
¿Qué es lo genial de Nintendo Land? Básicamente, que tiene de todo. Los juegos son muy diferentes entre ellos, y se complementan a la perfección. Cuando te cansas de uno pasas a otro, y luego a otro, y luego a otro, y luego vuelves al primero, y luego pruebas otro diferente. Algunos son arcades de pura cepa que invitan a superar la puntuación una y otra vez, como el de Donkey Kong, el Ballon Fight o el de Yoshi (hasta mi madre se ha enganchado a este último).
Otros son casi como juegos enteros en sí mismos. Hablo de los de Zelda, Metroid y Pikmin. Montones de fases, escenarios bastante variados y algunos jefes. Esta tarde he peleado contra Kraid y me parece directamente una de las batallas más divertidas de la saga Metroid. Estoy realmente sorprendido con este aspecto del juego, sabía que eran más que un simple minijuego, pero no contaba con tener estas mini-aventuras que pueden llevar tranquilamente un par de horas completar.
Y la guinda a todo esto lo pone el dichoso minijuego de las monedas. Cada vez que vuelvo a la plaza con 20 o más monedas no puedo evitar correr hacia la torre central y usarlas en el pachinko virtual que nos recompensa con montones de estatuas y temas de la banda sonora para escuchar en la propia plaza. Banda sonora fantástica, dicho sea de paso. Nostalgia en estado puro para el seguidor de estas sagas, con una calidad en los remixes que poco tiene que envidiar a los Smash Bros.
Es curioso, hace un par de meses apenas tenía interés en este juego, y ahora lo que más deseo es que se convierta en una saga por derecho propio y tenga una nueva entrega en cada consola de Nintendo. No digo ya en Wii U, pero para la sucesora sería un puntazo tener una secuela ampliada y mejorada, con más minijuegos y sagas que no lograron hacerse hueco en esta edición (Star Fox, Pokémon, Kirby, Wario, Excite, etc). En mí tienen desde ya un seguidor.