17-02-2014 21:50
Por Franchuzas
Mientras escribo esto, las webs de medio mundo están colgando sus análisis de la nueva entrega de la saga Donkey Kong, Tropical Freeze. Pero como simple jugador de a pie que soy, a mí todavía me toca esperar hasta el viernes para poder echarle el guante, así que mientras tanto os tendréis que conformar con leer una entrada sobre la entrega anterior, Returns. A lo tonto, ya han pasado más de tres años desde que salió a la venta, y más de tres y medio desde que se mostró por primera vez en el E3 de 2010. Sin embargo, todavía recuerdo aquel día con una claridad cristalina: sin internet en mi piso de estudiante, me desplacé al ciber más cercano para seguir la conferencia de Nintendo y comentarla vía Messenger con el ahora también 33bitero rapsodos. Y es difícil olvidar una presentación de este estilo cuando lo primero que ves es a Miyamoto saltando al escenario para hacer una demostración jugable del nuevo Zelda, algo sale mal, los controles no responden y todos los presentes se quedan con cara de circunstancias.
Aunque como el título indica, hoy no vamos a hablar de Miyamoto, ni de Skyward Sword, sino de una saga que curiosamente también nació de la mente del creativo japonés, pero que los chicos de Rare hicieron suya hace dos décadas al convertirla en un plataformas al uso con el primer Donkey Kong Country. Al contrario que el E3 de 2010, eso sí que ahora ya parece casi prehistoria videojuegil, aunque los Country consiguieron calar entre el público de tal modo que Nintendo un día decidió contar con los artífices de la trilogía Metroid Prime para traerlos de vuelta. Y no voy a mentir: aquella tarde, sentado frente al ordenador de un ciber, me sentí un poco decepcionado mientras veía el primer tráiler oficial. ¿Retro Studios pasando de crear mundos tan ricos y densos como Tallon IV a un plataformas de scroll lateral?
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