Ha llovido mucho desde que Jonathan Blow, creador del notable Braid, anunciase The Witness, una propuesta muy ambiciosa que nos prometía explorar una isla repleta de rompecabezas y que lucía un aspecto de lo más preciosista. El desarrollo de The Witness no ha estado exento de polémica debido a que fue anunciado hace la friolera de siete años y ha permanecido sumido en el pozo del silencio durante la mayor parte del tiempo pero ahora sí, por fin, podemos ser testigos del misterio que rodea el intrincado diseño de la isla. The Witness es una aventura de mundo abierto en la que debemos resolver una cantidad abrumadora de puzzles si queremos llegar hasta lo más profundo del vasto escenario en el que nos sueltan sin ningún tipo de explicación.

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Buen análisis Rivera, yo llevo avanzado relativamente poco, pero creo que has reflejado bien lo que hay.

Me han gustado especialmente dos partes:

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"Me incluyo en ese grupo de los que pensaban eso de ÔÇ£si casi todos los puzzles son paneles de estos y hay un total de casi 700 de ellos, esto tiene que ser extremadamente repetitivoÔÇØ pero, por suerte, también me incluyo en ese grupo que unas horas después de emitir dicha sentencia se vio abrumado, confuso y absolutamente sorprendido con el resultado que puede dar un arrebato de imaginación."

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"He de confesar que me siento un poco frustrado mientras escribo este análisis porque estamos ante un título que no se puede describir tan fácilmente; hay que sentirlo. Os podéis hacer una idea de lo que os espera en la isla, de cómo son algunos de sus puzzles o de cuál es la mecánica principalÔǪ pero ni por asomo os podéis hacer una idea de la mezcla de sensaciones que produce vagar por un escenario tan entrañable como frío, en soledad y con tantas preguntas sin respuesta mientras que nuestro único acompañante no es otro que el sonido ambiente. The Witness es algo muy especial, algo que, pese a tener varios aspectos que tienden al minimalismo, a su vez es muy grande. Un título único y diferente que hará las delicias de los amantes de los juegos de puzzles."

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Yo de momento no voy a hacer análisis del juego (quizá cuando lo acabe), pero si quiero comentar un paralelismo bien jodido que me sucede jugando a The Witness, ya tengo sensaciones parecidas a las que me ofrece la saga Souls.

Si, más diferentes no pueden ser, pero a la vez creo que ambos comparten varios aspectos que consiguen conectar conmigo como jugador.

De entrada esa sensación de entrar en un mundo criptico, que de primeras te abruma y parece no tener mucho sentido ni conexión, donde no se te explica nada de forma explicita, sino que tu propia experiencia y los "golpes" son los que te van enseñando a descrifar mecanicas, lugares y el propio diseño del juego.

Punto clave este, y que me admira cada vez que lo contemplo: contemplar un engranje complejo e interconectado, donde notas que las cosas están ahí por que tienen que estar ahí, tienen sentido, hay ideas sólidas, inteligencia y reto trás lo que te encuentras en pantalla.

Otro punto común, el reto, ya que en ambos puedes estar atascado en un punto horas o días, y luego superarlo en una sesión corta en la que, sin más, te encuentras inspirado. Momentos que ofrecen una sensación de recompensa muy alta.

Y más allá de mecánicas en ambos brilla el arte:

En uno luminoso y definido, un maravilloso y enorme puzzle resplandeciente en forma de isla.

El  otro es como el reverso tenebroso de la misma idea: un mundo enorme, oscuro y denso, esperandote, casi retandote a que lo recorras.


Arte que se completa además ese aprecio que tienen ambos por el silencio, por el sonido del entorno, por la autenticidad dentro de la fantásia. Por hacer sentir parte de ese entorno virtual, sin necesidad de VR.

Quiza una puta locura de comparativa, para muchos sin sentido por lo diferentes que son por género y estilo, pero en mi cabeza y mis sensaciones cuando me siento delante de ellos, muy reales.

salu2